La magnificencia de la Orquesta Filarmónica de Berlín

La magnificencia de la Orquesta Filarmónica de Berlín | Danza Ballet 
La magnificencia de la Orquesta Filarmónica de Berlín | Danza Ballet 

La célebre Orquesta Filarmónica de Berlín, una de las dos mejores del mundo, dirigida por el británico Sir Simon Rattle, cuenta hoy con 128 músicos procedentes de varios países: 22 primeros violines (entre ellos los primeros concertinos Guy Braunstein, Daishin Kashimoto y Daniel Stabrawa, y el concertino Andreas Buschatz), 20 segundos violines, 17 violas (uno de ellos el español Joaquín Riquelme García), 14 violonchelos, 11 contrabajos (entre los cuales se encuentra el venezolano Edicson Ruiz, benjamín de la orquesta), 4 flautas, 5 oboes, 5 clarinetes, 5 fagots, 7 trompas, 5 trompetas, 5 trombones, 1 tuba, 2 timbales, 4 percusionistas y 1 arpa.

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Orquesta Filarmónica de Berlín ©Sebastian Hänel

Los comienzos

Su prehistoria se remonta a principios de 1882. Por aquel entonces el director de orquesta Benjamin Bilse ofrecía a los miembros de su conjunto un magro honorario y pasaje en tren de cuarta clase para tocar un concierto en Varsovia. Los músicos se negaron a aceptar la propuesta y resolvieron independizarse fundando la Ex Orquesta de Bilse.

El nuevo conjunto recibió desde un primer momento apoyo administrativo del agente de conciertos berlinés Hermann Wolff. Por consejo suyo los músicos cambiaron el nombre por el de Orquesta Filarmónica Berlinesa. El agente buscaba un local donde la orquesta pudiera ensayar y ofrecer conciertos hasta que encontró un estadio cerrado de patinaje que se convirtió entonces en la primera sede de la Filarmónica. Además trajo a los mejores directores de orquesta de la época para los conciertos de abono organizados por su agencia.

Los grandes educadores

Hans von Bülow (1830-1894), quien había trabajado antes muy estrechamente con el compositor Johannes Brahms en la Orquesta de la Corte de Meiningen (al sur de Turingia, este de Alemania), fue el primer director estable de la Filarmónica Berlinesa entre 1887 y 1893 llevándola rápidamente a un elevado sitial.

Los que vinieron después permanecerían por mas tiempo: Arthur Nikisch asumió la dirección en 1895 y durante 27 años dejaría su impronta modelando decisivamente el estilo de la orquesta. «Se puede afirmar sin vacilaciones que en una orquesta de primer rango cada uno de sus miembros merece la denominación de artista», escribía Nikisch, contribuyendo con su credo esencialmente a la idea del virtuosismo que hasta hoy constituye una de las cualidades inconfundibles de la Filarmónica de Berlín.

Si las interpretaciones de Bülow eran más bien de brillantez analítica, las de Nikisch eran de gran riqueza y calidez sonora con austeridad gestual y cierto aire de improvisación rapsódica. Consecuentemente, las obras principales del repertorio eran de Chaikovski, Berlioz, Liszt, Strauss, Mahler y, especialmente, de Bruckner. Bajo la batuta de Nikisch la orquesta alcanzó prestigio internacional, y todos los solistas más afamados del planeta venían a Berlín para presentarse junto a la Filarmónica.

La era Furtwängler

Tras el fallecimiento de Nikisch en 1922, el joven Wilhelm Furtwängler asumió la dirección y continuó edificando sobre los logros alcanzados por su antecesor. Su peculiar técnica y su forma apasionada e inspirada de hacer música exigen una extrema responsabilidad y sensibilidad de los músicos. La filosofía de Furtwängler ponía énfasis en la atemporalidad de las grandes obras de arte y así rendía profesión de fe a las obras maestras de los períodos clásico y romántico. Furtwängler y su orquesta berlinesa se convertirían en legendarios intérpretes de las obras de Beethoven, Brahms y Bruckner. Al mismo tiempo el director ampliaría el repertorio con piezas contemporáneas de Schönberg, Hindemith, Prokofiev y Stravinski. Con sus giras por el exterior, la Filarmónica de Berlín consolidaría su prestigio internacional como una de las mejores orquestas del mundo.

El nazismo y la guerra

La dictadura nacionalsocialista (1933-1945) de Adolf Hitler (1889-1945) y la Segunda Guerra Mundial (1939 -1945) causaron irreparables daños al panorama cultural de Alemania, afectando también a la Orquesta Filarmónica de Berlín. Debido a la política racista de los nazis la orquesta perdió valiosos músicos y quedó aislada del intercambio mundial de solistas y directores. Al mismo tiempo la modélica orquesta alemana fue utilizada como instrumento por la política cultural oficial a cargo del ministro de Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels (1897-1945). Pese a todo, Furtwängler y la orquesta lograron preservar hasta pasada la guerra la sustancia artística del conjunto musical.

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Concierto de Nochevieja de 2012 de la Orquesta Filarmónica de Berlín en su gran sala auditorio ©Stephan Rabold

La postguerra

Bajo la dirección de Leo Borchard los músicos de la Filarmónica ofrecieron su primer concierto de postguerra el 26 de mayo de 1945, 18 días después de la victoria sobre el nazismo, en el Titania-Palast, un antiguo cine reacondicionado como sala de música. Pocos meses después, en agosto, Borchard moriría a consecuencia de las heridas recibidas cuando un soldado aliado le disparó accidentalmente con su arma de fuego.

El joven Sergiu Celibidache

Un director absolutamente nuevo y desconocido, recién salido de la universidad, fue contratado entonces para dirigir la orquesta: el rumano Sergiu Celibidache, y la apreciación de la Filarmónica fue acertada. Celbidache entusiasmó a la orquesta y al público con su ígneo temperamento y amplio programa de obras. A partir de 1947 Wilhelm Furtwängler pudo dirigir nuevamente a la orquesta, tras su proceso de desnazificación, y en 1952 asumió otra vez su dirección general.

La era Karajan

En noviembre de 1954 fallecía Furtwängler. Le sucedería el hombre que más tiempo habría de permanecer unido a la orquesta como su director artístico: Herbert von Karajan. Karajan elaboró con la orquesta una cultura sonora específica, con una perfección y un virtuosismo desconocidos hasta entonces y que constituirían una sólida base para el triunfo nacional e internacional del conjunto, tanto en conciertos como en grabaciones de discos.

Más allá de ello, Karajan supo implementar innovaciones esenciales en el campo de las actividades de la orquesta: en 1967 fueron inaugurados los Festivales de Pascuas de Salzburgo (Austria), con los cuales la Filarmónica de Berlín creaba su propio evento de importancia internacional y se posicionaba también como orquesta de ópera.

Otra iniciativa fue la fundación de la Academia de la Orquesta Filarmónica de Berlín, para dictar cursos prácticos a jóvenes talentos inciándolos en las elevadas exigencias de una orquesta de primera categoría. Durante la era de Karajan se emprendió la construcción del nuevo edificio de la Filarmónica de Berlín, concebido por el arquitecto Hans Scharoun, y cuya gran sala auditorio ocupa la orquesta desde octubre de 1963. La obra fue ampliada con la construcción de la sala de música de cámara en 1987.

Claudio Abbado y los nuevos acentos

Después de casi 35 años como director artístico fallecería Herbert von Karajan en julio de 1989. Su sucesor no era un desconocido: Claudio Abbado dirigió por primera vez la Filarmónica en 1966 y desde entonces se ganó el alto aprecio de los músicos. Abbado no es un educador, como lo fueron sus antecesores, pero impresionaba por su fuerza de convicción y su presencia artística.

Puso nuevos acentos en la programación uniendo el repertorio contemporáneo y el tradicional con otros sectores artísticos a través de conceptos que los englobaban. Cada ciclo de conciertos tenía un énfasis temático especial como, por ejemplo, Fausto o Los Peregrinos o La música es placer sobre la Tierra.

Esa modernización conceptual se corresponde con un ostensible rejuvenecimiento de los músicos: más de la mitad de los actuales integrantes de la Filarmónica de Berlín ingresaron en esa época a la orquesta.

En febrero de 1988 Claudio Abbado dió a conocer su decisión de no prolongar su contrato más allá de la temporada 2001/2002 y en junio de 1999 los músicos eligieron por gran mayoría a un nuevo director general de la Filarmónica de Berlín.

Sir Simon Rattle, el gran innovador

Con el nombramiento de Sir Simon Rattle la Filarmónica de Berlín no sólo conseguiría fichar a uno de los directores de maxor éxito de la nueva generación, sino introducir también importantes innovaciones. La transformación del conjunto musical en la Fundación de derecho público Orquesta Filarmónica de Berlín desde el 1 de enero de 2002 crea condiciones para explorar nuevos campos y consolidar la continuidad económica del grupo que dispone ahora de más de 128 plazas. La fundación es patrocinada con aportes financieros del Deutsche Bank, el banco comercial más importante de Alemania.

Uno de los acentos de esa promoción lo constituye el Programa Educacional (Zukunft@BPhil) creado con el ingreso de Sir Simon Rattle a la dirección artística de la orquesta y orientado a amplias capas de la población, pero fundamentalmente a los jóvenes. Sir Simon Rattle describe así su objetivo: «Zukunft@BPhil debe recordarnos que la música no es un lujo, sino una necesidad fundamental. La música debe ser una parte vital y esencial en la vida de la Humanidad.»

Embajadores de UNICEF

En los más de 125 años de historia de la Orquesta Filarmónica de Berlín esto significa una ampliación de su tarea cultural, a la que se dedica total y permanentemente con su característica entrega. Para ese compromiso, la Filarmónica de Berlín y su director artístico Sir Simon Rattle fueron designados Embajadores Internacionales de UNICEF, una distinción concedida por primera vez a un grupo artístico.

La ceremonia de nombramiento fue en noviembre de 2007 en Nueva York antes de la presentación del proyecto de danza The Rite of Spring. El proyecto se realizó durante los 10 días de residencia de la Orquesta Filarmónica en el marco del Festival Berlin in Lights del Carnegie Hall y tuvo lugar en el United Palace Theater del barrio de Harlem.

Internet y era digital

Otro de los pasos fue el de la creación de la sala digital de conciertos (www.digitalconcerthall.com), a través de la cual espectadores de todo el mundo pueden ver en vivo o por medio de vídeos de archivo los conciertos de la Filarmónica de Berlín. Además, en salas de cine de Alemania y de varios países europeos (Austria, República Checa, Reino Unido e Irlanda) es posible presenciar simultáneamente algunas de las presentaciones en vivo de la afamada orquesta berlinesa.

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Sir Simon Rattle dirige a más de 240 jóvenes en el 12º Encuentro de Orquestas de Esculas e Institutos de Estudios Secundarios en la Filarmónica el 17 de febrero de 2013 © Monika Rittershaus

 

Filarmónica de Berlín prepara memorables conciertos en Madrid y Barcelona

La célebre Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Sir Simon Rattle, se prepara en estas semanas para la gira que realizará por Europa entre junio y julio próximos, con escalas en Madrid (los días 26, 27 y 28 de junio, en el Teatro Real; 29 y 30, en el Auditorio Nacional de Música) así como en Barcelona (1 de julio en el Palau de la Música Catalana) con un variado e interesante programa para casi todos los gustos.

En el Teatro Real, los tres días mencionados, siempre a las 20 horas, interpretará la Sinfonía nro. 9 de Ludwig van Beethoven con la intervención (en el coro final sobre la Oda a la alegría de Friedrich Schiller) de Camilla Tilling (soprano), Nathalie Stutzmann (contralto), Joseph Kaiser (tenor), Dimitry Ivashchenko (bajo) y el Coro del Teatro Real.

En el Auditorio Nacional, el día 29, a las 19:30 horas, ejecutará la Sinfonía nro. 2, en do mayor, opus 61, de Robert Schumann; y el Requiem, en re menor, opus 48 (versión de 1900), de Gabriel Fauré, con la soprano Camilla Tilling, el barítono Andrè Schuen y el Orfeón Donostiarra.

En este mismo escenario, el día 30, a las 19:30 horas, la Filarmónica de Berlín tocará la Obertura de la ópera La flauta mágica (KV 620), de Wolfgang Amadeus Mozart; el movimiento sinfónico «Blumine» (Florecillas, música incidental para una obra de teatro) de Gustav Mahler; el Concierto para violín («Dem Andenken eines Engels») de Alban Berg (estrenado el 19 de abril de 1936 en el Palau de la Música Catalana), con el solista Guy Braunstein; y la Sinfonía nro. 3, en mi bemol mayor, opus 97 («La renana»), de Robert Schumann.

Finalmente, el 1 de julio, a las 20:30, en el Palau de la Música Catalana, la orquesta repetirá el mismo programa del 29 de junio en el Auditorio de Madrid, con la Sinfonía nro. 2 de Schumann y el Requiem de Fauré y la intervención de Tilling (soprano), Schuen (barítono) y el Orfeón Donostiarra.

Acerca de los detalles de este periplo y otros temas, hemos conversado con el contrabajista Peter Riegelbauer, integrante del directorio de la orquesta, en entrevista exclusiva para Danza Ballet.

Juan Carlos Tellechea:

Veo un programa muy interesante con obras muy diversas, desde lo más conocido, como la Novena de Beethoven hasta el Requiem de Fauré…¿por que han elegido este programa, quiénes y cómo lo han elegido?

Peter Riegelbauer:

Los programas de los conciertos vienen siempre del director (Sir Simon Rattle), como director artístico esa es su tarea. Pero, en este caso específico de las presentaciones en España, concretamente queríamos mostrar el más amplio espectro posible de las obras que toca la orquesta. No sólo una faceta, sino, en lo que fuera viable, la multiplicidad de formas musicales que interpreta la orquesta.

Juan Carlos Tellechea:

¿Cómo han arreglado el problema financiero para cubrir los costos de estos conciertos en Madrid y Barcelona ante las dificultades emanadas de la crisis en España?

Peter Riegelbauer:

Hemos calculado muy afinadamente nuestros costos. Queríamos, imprescindiblemente, hacer algo, rescatar la idea de estar presentes en España, principalmente por el excelente público que hay allí y porque hace tiempo que no vamos a ese país. Tenemos buenos amigos, tenemos un muy buen organizador, D. Alfonso Aijón, y el Teatro Real estaba muy interesado en que viniéramos, como gesto ante España que tiene problemas también en el ámbito cultural frente a la dificil situación financiera por la que atraviesa. Como el Teatro Real no podía pagar el proyecto original, y queríamos de todas formas salvarlo, ajustamos nuestros costos al máximo. No se pudo conseguir esto totalmente, pero hemos hecho algo.

Juan Carlos Tellechea:

¿Hay algún patrocinador?

Peter Riegelbauer:

Posiblemente, pero no para nosotros directamente, sino para el teatro. Y como digo, hemos calculado muy afinadamente los costos de nuestra parte y también lo ha hecho la otra parte. Así hemos llegado a un compromiso con el que ambos estamos satisfechos, nosotros podemos cubrir nuestros costos y podemos hacerlo posible.

Juan Carlos Tellechea:

¿Con cuántos músicos viajarán?

Peter Riegelbauer:

Entre 90 y 100 músicos. Depende un poco de los programas. Vienen algunos más de los que efectivamente se necesitan para cada concierto, porque nos alternamos, si no es mucho trabajo…y porque puede haber necesidad de sustituir algún músico por enfermedad…por eso siempre viajan algunos.

Juan Carlos Tellechea:

¿Cómo funciona la democracia en esta orquesta? No todas las orquestas pueden tomar decisiones libre y democráticamente como la Filarmónica de Berlín…

Peter Riegelbauer:

Bueno…no podemos decidir todo democráticamente, sobre todo en el arte (ríe)…pero sí en la organización…

Explicar todo es muy complejo, necesitaríamos un par de días para ello. Pero lo importante es que ya la misma fundación de la orquesta (ndlr: en 1882) fue un acto democrático (ndlr: ver historia). Creo que ese fue el origen de ese avance, de ese espíritu republicano. Porque no es lo mismo que la Staatskapelle Berlin o la Staatskapelle de Dresde u otras orquestas similares que tienen un origen monárquico, sino que la Filarmónica de Berlín tiene un carácter…digamos…revolucionario.

Y desde entonces esta orquesta tuvo que arreglárselas sola. Los músicos tenían que ganar dinero, tocaban y decidieron entonces que querían formar una orquesta moderna y traer al mejor y al más moderno director principal y de la época. Así fue como vino Hans von Bülow (1830-1894). Y este, creo, es el germen de este pensamiento democrático, porque la orquesta no fue instalada, no fue creada desde arriba, sino que fueron los músicos quienes la fundaron, algo que no era dable en aquella época. Hoy en día todo es naturalmente muy diferente, jóvenes músicos forman frecuentemente orquestas (Orquesta Filarmónica Juvenil…Orquesta Gustav Mahler…), pero en aquel entonces era un acto revolucionario.

En todos estos años todo se ha ido transformando. Al principio había estructuras en las que los directores principales tenían más influjo que ahora…con la toma del poder por el régimen de Hitler y la formación del Tercer Reich (el 30 de enero de 1933)…el ministro de Propaganda, Joseph Goebbels tenía mucha influencia…y despué vino el gobierno de la ciudad…etcétera.

Ahora, tras muchos, muchos años y evoluciones de diverso cuño hemos llegado a un punto en el que la forma democrática ha sido edificada con mucha amplitud. El órgano más importante de la orquesta es, naturalmente, la asamblea general, esto es, el parlamento. Todos los miembros activos de la orquesta (es decir, los que han sido confirmados después de pasar dos años iniciales de prueba) conforman la asamblea general, el órgano supremo, y tienen derecho a voto.

Muy importantes son las pruebas de admisión, las audiciones, en las que elegimos a los músicos que integrarán nuestra propia orquesta. Es un importante patrimonio el que poseemos. Por ejemplo, en Estados Unidos no es así, los integrantes de las orquestas son elegidos por pequeños comités en los que el director general tiene el mayor peso. En nuestra orquesta cada miembro tiene un voto, el director tiene también solamente un voto para el reclutamiento de jóvenes músicos cuando hay plazas vacantes. Después del período de prueba de dos años, la orquesta vuelve a votar sobre la permanencia o no del nuevo músico (la aprobación requiere el voto de los dos tercios de la asamblea general).

Hay otros muchos aspectos sobre los que la asamblea general debe decidir. Pero no sobre todos los temas, porque si no perderíamos flexibilidad. Por eso hay diversos organismos ejecutivos: un consejo (artístico y de organización) asesor de cinco miembros elegidos entre los músicos de la orquesta; y el directorio de dos miembros, entre los cuales me cuento (ndlr: junto con Stefan Dohr, trompa).

Tenemos voz en todos los aspectos artísticos y organizativos que tocan a la Fundación de la Orquesta Filarmónica de Berlín, que abarca a todos los sectores de esta institución, músicos, administración y técnicos, y de cuyo directorio también formamos parte.

Hay además un directorio de dos miembros para asuntos mediáticos (un sillar muy importante en toda esta formación), relacionados con todo lo que tiene que ver con la protección de nuestros derechos de realización artística (grabaciones, discos compactos, vídeos, filmes, transmisiones digitales de conciertos vía internet), por supuesto con un grupo jurídico asesor.

Es decir tenemos cuatro miembros de la orquesta que se encuentran en el máximo nivel ejecutivo y que integran (como titular y suplente respectivamente) el directorio de la Fundación, integrado además por el director general (intendente) administrativo (Martin Hoffmann) y el director principal artístico (Sir Simon Rattle). Esta es la cúpula de nuestra institución, que tiene la máxima responsabilidad ejecutiva y que exhibe también el principio democrático que nos guía.

Juan Carlos Tellechea:

¿Qué próximas decisiones importantes tienen por delante?

Peter Riegelbauer:

Siempre tenemos asuntos que decidir, por ejemplo elecciones de los integrantes del consejo de cinco miembros o del directorio de medios o del directorio (ahora, por ejemplo, deberemos elegir a un nuevo miembro para suceder a mi colega Stefan Dohr, quien renuncia por acumulación de trabajo. La elección de quien le suceda demora alrededor de dos meses. Hay una campaña previa de cuatro semanas para presentar a los candidatos y después comienzan los comicios)…Y algo muy importante que nos tocará en algún momento será el de la elección del nuevo director artístico principal que es votado por toda la orquesta.

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Peter Riegelbauer © Berliner Philharmoniker

Juan Carlos Tellechea:

Es decir que tendrán que escoger al sucesor de Sir Simon Rattle antes de que venza su contrato en el verano (boreal) de 2018 y que no será prolongado más allá de esa fecha, según él mismo ha decidido, por propia voluntad, según anunció hace algunas semanas atrás ante la asamblea general de la orquesta. ¿Tienen ya a alguien en mente para los próximos años?

Peter Riegelbauer:

No. No hay todavía ninguna decisión, no es necesario que sea ahora, hay tiempo todavía…tal vez dentro de dos años podríamos hablar sobre el asunto…

Juan Carlos Tellechea:

Pero, tal vez, el nuevo director no debería ser demasiado joven…¿Hay quizás premisas de este tipo al respecto?

Peter Riegelbauer:

No, en realidad no.

Juan Carlos Tellechea:

¿Puede ser elegido quizás un joven como el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel (ndlr: nacido el 26 de enero de 1981 en Barquisimeto), quien tendría 37 años en 2018, o hay prejuicios en tal sentido?

Peter Riegelbauer:

Gustavo Dudamel es ya director principal de Los Angeles Philharmonic Orchestra, es una muy buena posición…Puede ser alguien joven, puede ser alguien mayor…no hay prejuicios sobre la edad…sencillamente debería ser el mejor. Hasta ahora siempre hemos tenido a los mejores para escoger y hemos elegido muy bien. Quien sea director principial aquí…tiene prestigio…(Hans von) Bülow, (Arthur) Nikisch, (Wilhelm) Furtwängler, (Herbert von) Karajan, (Claudio) Abbado…fueron siempre los músicos más interesantes, cada uno en su época, muy diferentes entre si…puede ser joven o mayor, no importa su edad, pero tiene que ser alguien muy especial…

Juan Carlos Tellechea:

¿Piensan realizar alguna gira por América Latina próximamente?

Peter Riegelbauer:

Queremos ir, eventualmente, si todo marcha bien, en 2016, con toda seguridad a Argentina y Brasil, quizás también a Chile…Pero estamos todavía en la fase exploratoria y de conversaciones preliminares. Estuvimos en Sudamérica (Buenos Aires, Sao Paulo y Río de Janeiro) por primera vez en 1998 con Claudio (Abbado). Algunos años antes había sido planeado un viaje a México, pero el proyecto lamentablemente fracasó.

Juan Carlos Tellechea:

¿Están satisfechos con los conciertos del Digital Concert Hall (www.digitalconcerthall.com) vía internet qué repercusiones han tenido?

Peter Riegelbauer:

Es muy interesante lo que ocurre con nuestro Digital Concert Hall. Al principio representaba un gran riesgo, mirábamos el proyecto con escepticismo. Pero ahora todo marcha muy bien, con gran éxito, la calidad es excelente y el número de abonados crece de forma constante. Esto es también muy interesante para América Latina y en general para todo el mundo. Hay mucha gente que no puede venir personalmente a Berlín para ver nuestros conciertos. Claro, nuestras presentaciones en vivo son insustituibles, pero es una buena solución ésta de la transmisión vía internet. Además, si efectivamente concretamos nuestro proyecto de viajar a Sudamérica, encontraremos allí a una familia de amigos que siguen nuestros conciertos vía internet y que tendrían la oportunidad entonces de presenciarlos en vivo. Más allá de otras áreas, como el mercado de discos digitales que está ya casi totalmente destruído. Los sellos tradicionales como Deutsche Gramophon o EMI siguen haciendo un trabajo importante y bueno, pero no es lo mismo que en épocas pasadas, como en los tiempos de Karajan, cuando se grababa mucho. Ahora todo se baja por internet, las cosas han cambiado enormemente, y esto abre la posibilidad de ver nuestros conciertos en vivo por esa vía, lo cual es algo sensacional.

Juan Carlos Tellechea:

¿Ve usted en esta situación un desafío, un peligro para la actividad artística?

Peter Riegelbauer:

No. En nuestro caso para nada. Por el contrario. Estas nuevas posibilidades técnicas no representan ningún peligro para la actividad artística. Los programas no se ven para nada influidos por la idea de que serán transmitidos por internet. Nosotros hacemos nuestro trabajo como siempre, hay cámaras que lo toman, pero no hay ninguna influencia sobre nuestra labor.

Juan Carlos Tellechea:

Pero, en general, no solamente para la Orquesta Filarmónica de Berlín, sino para la actividad artística musical en su totalidad…¿cómo ve usted estas tendencias?

Peter Riegelbauer:

Esto de internet es evidentemente una tendencia. Pero, pese a todo, creo que los conciertos en vivo serán cada vez más importantes. Mundialmente hay un crecimiento del público deseoso de ver conciertos en vivo, de presenciarlos personalmente, directamente. Creo que el número de personas que asiste a conciertos nunca ha sido tan elevado en la historia de la música como ahora. No soy para nada pesimista en tal sentido. Y creo asimismo que las grabaciones en el futuro también serán muy importantes. Da igual el medio, el soporte sobre el que se hagan, ya sean discos de pasta a base de goma laca o de vinilo o discos compactos o discos compactos de vídeo o cassettes… el medio es lo de menos. Lo trascendente será siempre su valor documental.

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Celebración del «40º aniversario de la Academia de la Orquesta Filarmónica de Berlín» el 1 de diciembre de 2012: Sir Simon Rattle en el ensayo general antes del estreno mundial de «Música para la Filarmónica», de Benedikt Mason © Holger Kettner

 

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