La escuela rusa del ballet es una de las más importantes del mundo. A pesar de que las bailarinas se jubilan a los 38 años y menos del 5% de los graduados tienen la oportunidad de convertirse en solistas, los padres siguen inscribiendo a sus hijos en las clases esperando que algún día brille en el escenario del Teatro Bolshói o el Mariinski.
Por Por María Fedoríshina, para RBTH.