Dos vascos en la historia del ballet.
El destino puso en mi camino a dos niños de la guerra en 2006.
Puede que fuera el azar o, simplemente, mi trabajo, el que quiso que me topara con dos leyendas en poco tiempo. Con orígenes parecidos, ambos desarrollaron sus carreras profesionales como artistas –bien bailarín, bien coreógrafo-, pero en lugares, contextos históricos y socioeconómicos muy diferentes. Los dos habían vuelto a su tierra y ambos me recibieron y agasajaron en sus respectivos domicilios.
Por Iratxe de Arantzibia*