Si en el bailarín habita el espíritu consagrado,
todas las formas de danza pueden ser canales para el mensaje de su espiritualidad,
porque hay una influencia que pasa a través de la Belleza
que puede cambiar el mundo llevándolo desde la tosquedad, la vulgaridad, la crueldad, a la observancia de los más elevados ideales de cultura y compasión.
Rukmini Devi Arundale, Fundadora de Kalakshetra, Centro Internacional para las Artes, Chennai, India.
Por Sunil Kothari (India)*