«Anna Karenina», la asombrosa y potente coreografía de Boris Eifman que estrenó el Gran Teatre del Liceu donde el destino del famoso triángulo de amor literario creado por Tolstoy, cobró vida y triunfó ante un público entregado al drama y a una compañía de primerísimo nivel internacional.
La versión que Eifman hace de la gran novela de Tolstoy es simplista, o tal vez solamente simplificada, ya que una novela del porte de Anna Karenina sería sin duda terriblemente difícil de describir con precisión en apenas 2 horas de baile.