Las páginas dedicadas a obituarios traerían una triste noticia en los primeros días del pasado mes de julio: Irina Baronova, la más joven y famosa de las “baby ballerinas” de los Ballets Russes, acababa de fallecer en Australia, donde residía desde su matrimonio con el empresario Cecil Tennant. La hermosa bailarina comenzaría a transitar por los escenarios del mundo cuando era apenas una adolescente, y ante los ojos del público se convertiría en una de las más bellas y admiradas estrellas danzarias en las décadas de los años 30 y 40.