Anna Pavlova e Isadora Duncan, bailarinas icónicas de la danza de principios del siglo XX, se encuentran al morir en una estación, en espera del tren que las transportará a la eternidad. Un encuentro imaginario en el que estas dos mujeres conversan acerca de la danza y la vida. Un buen momento para voltear atrás y descubrir cuáles eran las preguntas que se hacían estas dos artistas que revolucionaron la danza hace un siglo y que murieron a los 50 años.
Isadora Duncan
Festival «Isadora Duncan 2018» San Petersburgo, Rusia
«Isadora Duncan 2018» XVII Festival Internacional de Danza Plástica a la memoria de Isadora Duncan, del 26 al 28 de mayo.
El festival anual está programado para el cumpleaños de Isadora Duncan, gran bailarina que se convirtió en un símbolo del estilo modernista de la danza.
Natalia Osipova como Isadora Duncan
El estreno mundial de un nuevo ballet sobre la vida de la bailarina pionera Isadora Duncan será protagonizado por la aclamada bailarina Natalia Osipova dentro de la proporcionará una apertura dramática para el programación de la nueva temporada 2018/2019 del Segerstrom Center for the Arts.
ISADORA – estreno mundial protagonizada por Natalia Osipova del 10 al 12 de agosto de 2018.
Isadora danse au pays des Soviets
Il était une fois dans l’Est : Isadora danse au pays des Soviets par Julie Birmant et Clément Oubrerie.
Capitaine Kosack – fév 01, 2016 (casesdhistoire.com).
Invitée en 1921 par le gouvernement soviétique à exercer son art à Moscou, la danseuse Isadora Duncan, alors au faîte de sa gloire, éblouit le jeune poète Serguei Essenine sur la scène du Bolchoï. C’est le coup de foudre et le début d’une liaison fusionnelle et destructrice, racontée dans ce premier tome par Julie Birmant et Clément Oubrerie. De l’URSS à l’Amérique, récit de la dernière passion amoureuse de la danseuse la plus libre de tous les temps.
La dernière danse d’Isadora
La dernière danse d’Isadora de Frédéric Couderc (Auteur).
Deauville, août 1914. Hantée par la mort brutale de ses enfants survenue dix-huit mois plus tôt, Isadora Duncan, «la danseuse aux pieds nus«, tente de surmonter cette période douloureuse de sa vie.
Rodin’s dance sculptures
Flexibility and truth: Rodin’s dance sculptures at the Courtauld, London.
“This is the revelation of the great mystery,” wrote Auguste Rodin, “how to express movement in something that is at rest.” The briefest stroll through the galleries and gardens of Paris’s Musée Rodin leave no doubt that the sculptor solved that mystery. Even his most monumental works have a dynamism and muscularity that hint at the potential for leaping or falling from a pose frozen in marble or bronze.
Isadora Duncan, la bailarina del futuro.
Isadora Duncan concebía a la bailarina del futuro como aquella “cuyo cuerpo y alma hayan crecido juntos tan armónicamente que el lenguaje natural de esa alma se convierta en el movimiento del cuerpo”. Aquella bailarina no pertenecería a ninguna nación sino a toda la humanidad. “No bailará al modo de una ninfa, como hada, ni … Leer más
Isadora, o cómo bailar «La Internacional»
En la antesala del centenario del octubre-noviembre rojo, la antesala – septembrina ésta- de otra efemérides redonda: los 90 años de la muerte de Isadora Duncan, bailarina del futuro.
Se presumen para entonces glosas de su vida intensa, esplendorosa, dolorida, escandalosa y trágica; glosario que, casi con toda seguridad, pasará como de puntillas por su participación breve y ardorosa en la revolución a la que fue invitada.
Por Ángel García Pintado
Isadora by Amelia Gray
Using the scaffolding of Isadora Duncan’s life and the stuff of her spirit, Amelia Gray’s breakout novel delivers an incredibly imaginative portrait of the artist, resulting in “a stunning meditation on art and grief by one of America’s most exciting young authors” (NPR).
As dynamic, enthralling, and powerful as the visionary artist it captures, Amelia Gray’s Isadora is a relentless and living portrayal of a woman who shattered convention, even in the darkest days of her life.
La Danseuse/La Bailarina
Loie Fuller nació en el gran oeste americano.
Nada hacía sospechar que esta chica de campo llegaría a convertirse en estrella de los cabarets de la Belle Époque y mucho menos que llegaría a bailar en la Opera de París.