Carlos Acosta, de 42 años, se retira esta temporada del ballet clásico, pero seguirá como bailarín en obras contemporáneas y como coreógrafo.
Tras agradecer a su familia y amigos, el artista cubano aconsejó a las nuevas generaciones de bailarines que no temieran cometer errores, que fueran curiosos y disfrutaran la vida sin desperdiciar ni un momento.
Ha sido descrito como el gran bailarín de su generación, un virtuoso que parece volar por el escenario como si estuviera suspendido del cielo. Y es que los más refinados superlativos no parecen alcanzar para describir el talento de Carlos Acosta, el bailarín cubano que este jueves se despidió con su propia coreografía de Carmen, del escenario que fuera su hogar durante 17 años, el Royal Opera House, sede del Royal Ballet, en Londres.