Ella tenía un alma hermosa, una voz melodiosa; un bello cuerpo. Era admirada por todos, pero no era feliz en su mundo acuático. Quería vivir en el mundo que desconocía y le era ajeno a su forma de vivir. Salió fuera, conoció el amor humano y quiso tener una vida eterna a través del amor.
«Ondine» de Friedrich Kvapil de la Motte Fouqué, es toda una metáfora sobre la superación, la capacidad de crecer y abrir horizontes que acaba resultando trágica. Como en toda obra romántica, la tragedia es un elemento fundamental.