Ballet de Santiago remonta «Romeo y Julieta», de John Cranko: El legado de quien revolucionó el ballet.
Aunque siempre es un privilegio ver esta obra maestra, se puede apostar a que este montaje será especial, a la vez que marcará un hito en la historia de la danza del Municipal. Porque la puesta está en manos de Marcia Haydée y Richard Cragun (para quienes fue creada la pieza), y de Georgette Tsinguirides, encargada de guardarla para la posteridad.
Desde afuera parece un ensayo más, pero ya en la sala, la atmósfera advierte que algo inusual está sucediendo.
Tal como hacía el coreógrafo sudafricano, ellos han trabajado con cada bailarín, enseñándoles a usar su propio material emotivo para construir su personaje. Así, la técnica ha quedado totalmente subordinada a la interpretación y el escenario se llena de seres vivos, individuales.
Chile no los merece
Aún conmocionados, los bailarines agradecen a estos artistas la generosidad con que les transmiten sus conocimentos, su experiencia, sus vivencias. Cada uno en su estilo. Haydée principalmente a través de la intuición y las emociones. Cragun, desde su exquisita sensibilidad y profunda cultura, y Tsinguirides, con su total dominio y amor por el universo crankiano.
Conmovida, Marcia se dirige a la compañía por la cual dejó la comodidad de su casa en Alemania:
«He bailado cientos de veces esta obra y de tanto montarla en Stuttgart y otros lugares había perdido la emoción ante ella. Pero en estos ensayos he recobrado esa emoción, he vuelto a los días en que trabajábamos con John y todo parecía un sueño. Y eso se lo debo a ustedes. Cada uno es un artista increíble y si Cranko los pudiera ver, sabría que su legado puede tener continuidad.
Deben saber que en este momento no hay ninguna compañía en el mundo que pueda hacer este ballet como ésta, ni siquiera la de Stuttgart, donde nació. Doy gracias a Dios por haberme traído a Chile. Hay sólo una cosa que me apena y enrabia: aunque amo inmensamente este país, creo que no se merece una compañía así. Chile no sabe los tremendos artistas que tiene, no los aprecia, y eso me pone muy mal. Quiero dar todo de mí para cambiar las cosas. No sé si lo lograré, pero debo intentarlo, porque se lo merecen».
De Stuttgart a Santiago
John Cranko hizo una primera versión de «Romeo y Julieta» en 1958 para la compañía de la Scala de Milán y en 1962 renovó la pieza especialmente para Marcia Haydée y Richard Cragun, entonces estrellas del Ballet de Stuttgart. Lo que más llamó la atención de la crítica y del público de la época fue la fidelidad con que el coreógrafo puso en danza todo lo expresado por Shakespeare, sin acudir a ningún tipo de artificio. Fundamental para su propósito fue la hermosísima partitura de Sergei Prokofiev, que da la atmósfera exacta a cada escena.
El remontaje que se ofrecerá en el Teatro Municipal entre el 6 y el 10 de octubre cuenta con varios repartos y en los roles principales se alternarán cuatro parejas.
John Cranko (1927-1973)
LOS MAESTROS
John Cranko (1927-1973)
Coreógrafo sudafricano que revolucionó la danza clásica con sus obras de ballet teatro. En 1961 se hizo cargo del Ballet de Stuttgart, convirtiéndolo en una de las cinco compañías más importantes del mundo y a sus bailarines, en sinónimo de artistas integrales, a los que enseñó a encontrar cada personaje desde su propia interioridad.
Marcia Haydée
Aunque nacida en Brasil, su carrera se desarrolló en Europa, principalmente en Alemania, donde aún tiene su hogar. Musa de Cranko y de todos los grandes coreógrafos del ballet moderno, es considerada la mejor bailarina actriz de todos los tiempos. Próxima a cumplir 70 años, sigue inspirando a creadores como Maurice Béjart o Ismael Ivo.
Richard Cragun
Uno de los diez intérpretes masculinos más importantes del siglo XX; su inquietud lo ha llevado a estudiar cine, teatro y dibujo, entre otros. Dirigió los ballets de Berlín y de Río de Janeiro y hace cinco años invirtió los ahorros de su vida en una escuela y una pequeña compañía en la ciudad carioca, donde trabaja con 200 niños y jóvenes en riesgo social.
Georgette Tsinguirides
Siendo primera bailarina del Ballet de Stuttgart, en 1965 se fue a Londres para estudiar coreología con los creadores de esta notación que permite llevar con todo detalle una coreografía al papel. Como trabajó siempre al lado de John Cranko, conserva no sólo los movimientos, sino la razón de ser de cada personaje, siendo la más fiel remontadora de sus piezas en el mundo.
Natalia Berríos
«Julieta es uno de mis roles preferidos y ahora puedo captarlo en su profundidad ya que Marcia nos ha explicado qué significa cada movimiento, cada gesto, mostrándonos que todo tiene una razón de ser».
José Manuel Ghiso
«Con estos maestros, uno se empapa del espíritu del coreógrafo, que era muy especial en el manejo de los personajes. Te exige como ninguno fusionar lo artístico con lo técnico, ser un buen partenaire… es como hacer un magíster».
Luis Ortigoza
«Que artistas como éstos te enseñen una obra hecha para ellos es como tener al creador entregándote la esencia de su arte. Cranko es el gran narrador de la danza. En este momento, éstas son las obras que prefiero y las que más me aportan».
Andreza Randisek
«Éste es el ballet de mi vida, el que más amo, y agradezco a Dios el poder prepararlo con «la» Julieta de todos tiempos. Según Marcia, soy una ‘bailarina de Cranko’ y escucharla decir eso es de las cosas que me mantienen despierta toda la noche».
Gabriel Bucher
«Aún me cuesta creer que estoy preparando Romeo con Richard, quien creó este papel y lo hizo famoso en todo el mundo. Ojalá la compañía pueda guardar la obra de Cranko y seguir su tradición para que nunca se pierda su espíritu único».
Marcela Goicoechea
«Tener a Marcia, Richard y Georgette entregándonos su arte desde sus entrañas es un regalo de Dios. A veces me basta ver a Marcia hacer un gesto para entrar en un universo increíble. Ella es, sin duda, la mejor de las mejores».
Lidia Olmos
«Aunque Julieta es una adolescente, es necesario tener madurez para construirla. Estos artistas te enseñan a usar la experiencia que has acumulado, entonces la coreografía fluye y tú vas creciendo como intérprete a lo largo de la obra».
Nicolás Caudullo
«Richard y Marcia eran los intérpretes más importantes para Cranko y nos traen lo que aprendieron en toda una vida. Trabajar con ellos es lo mejor que le puede pasar al Ballet de Santiago. Será como ver la obra por primera vez».
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