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Ver: El Lago de los cisnes con el Ballet Nacional Checo y coreografía de John Cranko en el Liceu de…
El Ballet Nacional Checo es una institución imprescindible en la historia y el desarollo del ballet y la cultura de la República Checa.
Desde su fundación en 1883 dio lugar a una continua tradición artística valorando los clásicos del repertorio clásico y ballets neoclásicos a la vez que ha dado lugar a coreógrafos modernos como Jiří Kylián, Itzik Galili, Conny Jansen, Mats Ek, Petr Zuska, Nacho Duato, Jan Kodet, Stijn Celis, Christopher Bruce, William Forsythe por nombrar solo a algunos.
Dirigida por Filip Barankiewicz desde la temporada 2017/18 la compañía destaca por su gran variedad de bailarines de todo el mundo (Brazil, España, Polonia, Japón, Italia, Moldavia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Hungría …) siendo un fiel reflejo al entorno multicultural de Praga.
En Barcelona, y por primera vez en España, estrenaron el Lago de los cisnes en la versión de John Cranko, con música de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, siendo la 2º compañía autorizada para representarlo fuera del Ballet De Sttutgart, de donde Cranko fue coreógrafo marcando un antes y un después en su historia gracias a su legado.
El Ballet Nacional Checo ha realizado 12 adaptaciones de El lago de los cisnes, y la versión de Cranko es la decimotercera.
La producción es una gran obra de cuatro actos, separados por dos intermedios. «La coreografía del segundo acto está más basada en la versión de Petipá / Ivanov [1895], pero el resto son originales de Cranko. Puede decirse que el cuarto acto es su obra maestra«, me explica Michael Kořínek integrante de la compañía.
Cada uno de los actos se vieron maravillosos. La producción de altísima calidad con que el Ballet Nacional Checo demuestra lo cuidadosamente imprescindibles que son, artísticamente hablando, de la obra coreográfica de John Cranko. Eso quedó demostrado en todas y cada una de las cuatro representaciones que tuvieron en Barcelona y queda claro que la presentación de su repertorio dentro del Ballet Nacional Checo está bien protegido.
El sábado 29 de mayo los bailarines principales fueron Ayaka Fujii y Giovanni Rotolo. Ambos excelentes artistas con una presencia dramática importante, con un sentido del estilo y de la técnica espléndidos que, acompañados de un magnífico corps de ballet, resultan los verdaderos protagonistas de la tarde.
El Lago de Cranko está hecho a medida para ellos y se nota, pues esta versión refleja su fiel estilo: elegante, sencillo y agradable. Un ballet narrativo donde la coreografía es el guión del movimiento y sirve para contar la historia o crea un estado de ánimo, temperamento o personalidad.
Como cambio especial al clásico Lago, sabemos que Cranko quiso darle mas personalidad a Siegfried y retratarlo como un ser humano real, y no solo como un partenaire acompañante de Odette/Odile. No solo logró que el papel tuviese mas relevancia escénica y narrativa (cualidad que queda demostrada al darse cuenta de su traición a Odette), sino que desde el primer momento es notable el cambio de Siegfried en comparación a otras versiones.
La idea del Príncipe como un ser humano real fue, desde siempre y particularmente atractiva para Rudolf Nureyev, quien bailó en la versión de Cranko en 1963 junto a Marcia Haydée en el papel de Odette / Odile, y la usó y la llevó más allá en sus propias producciones para Viena y París.
La coreografía en general es bastante tranquila y pulcra; sin grandes momentos dramáticos ni dancísiticos estelares, y la magia esta presente sobre todo cuando aparecen los hermosos cisnes blancos en el segundo acto (siendo este acto precisamente el que respeta bastante el espíritu de Lev Ivanov manteniendo su romanticismo y su magia original) todos al unísono, bellos y perfectos.
Los cisnes construyeron una estupenda unidad, formando hermosos patrones geométricos, por lo que se llevaron largas y merecidas ovaciones. ¡Realmente hermosos!
La notable escenografía de Martin Černý (la gran escalera del salón de baile, por ejemplo, es absolutamente soberbia) y el exquisito vestuario de Josef Jelínek completan una estupenda producción que se ajusta a las habilidades de sus bailarines, creando una versión elegante y llena del mejor ballet que ha demostrado ser uno de los grandes éxitos de la compañía.
El paso del Ballet Nacional Checo por Barcelona a sido un rotundo éxito, en donde en cada una de las noches la sala del Liceu estuvo absolutamente llena y plena de balletómanos entregados al paradigma del ballet de todos los ballets, El lago de los cisnes; en una versión nueva para España, la de John Cranko, que ha sumado una obra sumamente valiosa a la mágica historia de este arte y disciplina.
Esta pieza, como cualquiera del repertorio, no es nada sin la música y en este caso es justo y de rigor mencionar que la Orquesta del Gran Teatre del Liceu, dirigida por Václav Zahradník, ha sido sencillamente magistral en su ejecución.
No podemos dejar de agradecer a Michael Kořínek por la hospitalidad que ha demostrado conmigo y con la fotógrafa Dorothy Elfring, y lo reconocemos expresamente. ¡Gracias!
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NdeP - Premsa - Departament de Comunicació Gran Teatre del LiceuCarolina de Pedro Pacual