Laura Urdapilleta (1932-2008), toda una vida en la danza.
“Me hubiera gustado tener más de una vida para dedicarla a la danza. Nunca pensé dedicarme a otra cosa que no fuera el ballet y si volviera a nacer me dedicaría otra vez a los mismo, pero con más ganas”, Laura Urdapilleta
Por Fritzi Mazari
“Me hubiera gustado tener más de una vida para dedicarla a la danza. Nunca pensé dedicarme a otra cosa que no fuera el ballet y si volviera a nacer me dedicaría otra vez a los mismo, pero con más ganas”, Laura Urdapilleta
Por Fritzi Mazari
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 2 de febrero de 1932 y años después se le consideró “La Bailarina de México”… Laura Urdapilleta, Primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza, maestra, ensayadora y evaluadora de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, quien dedico su vida al placer de la danza, falleció el pasado lunes 11 de febrero, de causas naturales, a la edad de 76 años de edad.
Un camino que más allá del gran amor y vocación por la danza le significó –en sus palabras- el poderse comunicarse con la gente al expresar lo que sientes. Laura Urdapilleta sostenía que la técnica era valiosa, que era un lenguaje que se tenía que saber porque si no cómo se podría expresar. “¿Cómo se puede ser un poeta si no se sabe la gramática?”
Para la maestra, la técnica era como un respaldo, pero lo más importante era expresar y comunicar lo que se quería decir, o como ella afirmaba: “Para ser bailarina tiene uno que tener el don porque es cierto que se necesitan muchas cualidades técnicas que te sirven para expresarte, pero aparte tienes que tener sentimiento, sensibilidad, proyección y temperamento. Sí, es cierto que la disciplina y el trabajo ayudan, porque he visto bailarinas con menos dones y mucho trabajo que han llegado a ser alguien, pero no es fácil. Yo era muy trabajadora y tenía más dones que técnica”.
Con estudios de piano y arte dramático, Laura Urdapilleta inició su preparación en ballet con Olga Escalona para continuar con Nelsy Dambré. Algunos de sus maestros fueron Gloria Campobello, Michel Panieff y Sergio Francheli.
Desde su debut profesional con el Ballet de la Ciudad de México, a los 15 años, la maestra Urdapilleta se distinguió por sus grandes aptitudes físicas y su magnífico temperamento artístico. El talento y la disciplina mezclados con la pasión y carisma, le valieron numerosas invitaciones para participar como bailarina huésped en importantes compañías de los Estados Unidos, Europa y Sudamérica, donde el público aplaudió su maestría técnica en la interpretación de papeles emblemáticos del repertorio clásico.
Entre 1941 y 1945 realizó sus primeros estudios de Danza Clásica en la Academia de Olga Escalona. En 1947 audicionó y se hizo miembro del Ballet de la Ciudad de México, dirigido por Nellie y Gloria Campobello. Destacó su trabajo como Primera Bailarina de la Compañía Nacional de Danza, con la que tuvo interpretaciones memorables de coreografías como Giselle, Coppelia, La fille mal gardée, Las sílfides, El cascanueces y El lago de los cisnes. Asimismo, en 1978 fue nombrada directora artística de este organismo y diez años después se integró al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón.
Dueña de una destacada trayectoria artística, a lo largo de su carrera recibió importantes reconocimientos, entre los que destacan la Medalla de Oro de Bellas Artes, la Medalla de Oro del Gobierno de Jalisco, la Medalla del Festival Internacional de la Plata y, las Llaves de la ciudad de Córdova, Veracruz.
Tras su retiro como bailarina fundó la Escuela de Ballet Clásico, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Por su hacer y aportación a las nuevas generaciones, Laura Urdapilleta, fue una de las figuras destacadas en danza clásica, sus cualidades interpretativas y calidad humana le dieron grandes amigos y seguidores de su trabajo, como el crítico de arte, Alberto Dallal, quien en alguna ocasión la describió como “una artista plena, cuyas características de personalidad le han permitido volcar sus conocimientos y su talento en un trabajo cotidiano no exento de esfuerzos intensos, que expresan, antes que nada, su amor por la danza y su vocación de servicio. En muchas ocasiones la gente no sabe que recibe clases, se comunica, conversa o despeja incógnitas artísticas ante una de las figuras más auténticas, completas y de más firme trayectoria de la danza clásica mexicana”.
Un camino que más allá del gran amor y vocación por la danza le significó –en sus palabras- el poderse comunicarse con la gente al expresar lo que sientes. Laura Urdapilleta sostenía que la técnica era valiosa, que era un lenguaje que se tenía que saber porque si no cómo se podría expresar. “¿Cómo se puede ser un poeta si no se sabe la gramática?”
Para la maestra, la técnica era como un respaldo, pero lo más importante era expresar y comunicar lo que se quería decir, o como ella afirmaba: “Para ser bailarina tiene uno que tener el don porque es cierto que se necesitan muchas cualidades técnicas que te sirven para expresarte, pero aparte tienes que tener sentimiento, sensibilidad, proyección y temperamento. Sí, es cierto que la disciplina y el trabajo ayudan, porque he visto bailarinas con menos dones y mucho trabajo que han llegado a ser alguien, pero no es fácil. Yo era muy trabajadora y tenía más dones que técnica”.
Con estudios de piano y arte dramático, Laura Urdapilleta inició su preparación en ballet con Olga Escalona para continuar con Nelsy Dambré. Algunos de sus maestros fueron Gloria Campobello, Michel Panieff y Sergio Francheli.

Entre 1941 y 1945 realizó sus primeros estudios de Danza Clásica en la Academia de Olga Escalona. En 1947 audicionó y se hizo miembro del Ballet de la Ciudad de México, dirigido por Nellie y Gloria Campobello. Destacó su trabajo como Primera Bailarina de la Compañía Nacional de Danza, con la que tuvo interpretaciones memorables de coreografías como Giselle, Coppelia, La fille mal gardée, Las sílfides, El cascanueces y El lago de los cisnes. Asimismo, en 1978 fue nombrada directora artística de este organismo y diez años después se integró al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón.
Dueña de una destacada trayectoria artística, a lo largo de su carrera recibió importantes reconocimientos, entre los que destacan la Medalla de Oro de Bellas Artes, la Medalla de Oro del Gobierno de Jalisco, la Medalla del Festival Internacional de la Plata y, las Llaves de la ciudad de Córdova, Veracruz.
Tras su retiro como bailarina fundó la Escuela de Ballet Clásico, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Por su hacer y aportación a las nuevas generaciones, Laura Urdapilleta, fue una de las figuras destacadas en danza clásica, sus cualidades interpretativas y calidad humana le dieron grandes amigos y seguidores de su trabajo, como el crítico de arte, Alberto Dallal, quien en alguna ocasión la describió como “una artista plena, cuyas características de personalidad le han permitido volcar sus conocimientos y su talento en un trabajo cotidiano no exento de esfuerzos intensos, que expresan, antes que nada, su amor por la danza y su vocación de servicio. En muchas ocasiones la gente no sabe que recibe clases, se comunica, conversa o despeja incógnitas artísticas ante una de las figuras más auténticas, completas y de más firme trayectoria de la danza clásica mexicana”.
Por Fritzi Mazari
February 14, 2008
"La vida de una bailarina es bastante dura, porque todo el tiempo quieres perfeccionarte y se te acaba la vida y no terminaste, es un trabajo y una entrega constantes"
Laura Urdapilletaen Danza Ballet Muere Natalia Bessmértnova estrella del ballet
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