Le Petit Prince, Carolina de Pedro y Danza Ballet®

Le Petit Prince, Carolina de Pedro y Danza Ballet® | Danza Ballet
Le Petit Prince, Carolina de Pedro y Danza Ballet® | Danza Ballet

Hace unos días me encontré con una agradable sorpresa que deseo compartir con ustedes.

Pablo Portela es estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid y creador de LePetitPrince; un blog dedicado al mundo de la moda. Portela, como editor, deseaba conversar conmigo y hacerme una entrevista a propósito del estreno en los cines de la película Cisne Negro, dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Natalie Portman.

LePetitPrince fue creado el 22 de Julio del 2010, y siendo aún muy joven, se perfila ya con un futuro prometedor en el campo de la belleza y el de la actualidad del mundo de la moda. Es un claro ejemplo de estilo y arte, donde una gran cantidad de temas actuales son desarrollados de una manera creativa y seria.

Cada uno puede expresar su personalidad, sus gustos y aficiones de mil maneras diferentes, y en este caso en particular, LePetitPrince rinde culto al mundo de la moda con dedicación y pasión, y se convierte así, en una publicación especializada.

Tengo una fascinación y admiración especial por los grandes modistos de todos los tiempos, y al ver que en el diseño de Le Petit Pince había una foto de los años 70 de Yves Saint Laurent me di cuenta que ese era un reflejo de la exquisita personalidad de su editor.

Estas pequeñas cosas, según mi opinión, reflejan la personalidad de quienes las poseen.

El resultado de su invitación, fue un agradable dialogo que he disfrutado, y que reproduzco en Danza Ballet®.

Agradezco especialmente a Le Petit Prince, y a su creador Pablo González Portela por la gentileza que ha tenido conmigo.

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¿Cisne blanco o cisne negro?

Por Le Petit Prince

Espero que me disculpéis por publicar esta entrada en el blog tan tarde. Sé que a lo mejor muchos de vosotros ya habéis visto “Cisne negro”, pero una vez más, los exámenes han agotado todo mi tiempo de ocio.

Para compensaros, hoy os traigo al cisne blanco en persona. Pero de eso ya os hablaré más adelante.

Los rumores resultaron ser ciertos, la increíble Natalie Portam nos ha dejado a todos con la boca abierta con su papel en el film, y prueba de ello es la estatuilla dorada que ha recibido el pasado 27 de febrero en la categoría de mejor actriz de los Oscar. Como os dije hace unos días, no me iba a perder esa cita, y cuando mis ojos parecían ya cerrarse, Portman salió a por su premio con un elegante vestido de Rodarte. Como siempre, iba radiante.

Me imagino que todos tenéis más que analizado el vestuario que lucen las bailarinas, obra de Rodarte. He de confesar que además de por la participación de Natalie, el diseño del vestuario fue una de las razones que me arrastró al cine a ver la película.

Y cuando pensábamos que la danza se quedaba en un segundo plano en la moda, no siendo por los creadores que se han ofrecido a diseñar el vestuario de un ballet a lo largo de la historia, nuestros ojos se han ido a las colecciones para esta próxima temporada. Adam, Chloé o Collette Dinnigan son algunas de las firmas que han decidido inspirarse en los tutús y las zapatillas de las bailarinas, ayudándose de plisados y tejidos vaporosos.

Como os decía, no sé si os decantáis por ser cisnes negros o cisnes blancos, pero dado el triste final del film (no os lo voy a arruinar, ni voy a hacer spoiler), hoy os traigo al mismísimo cisne blanco en persona para desearos un feliz fin de semana.

Hace muy poco tiempo que la conozco, pero me he sorprendido gratamente a medida que me ha ido respondiendo a mis mails. Es una gran mujer, y aunque todavía no la he visto bailar, ni dar clases de danza, estoy seguro de que es una fantástica profesional en su campo.

Ella es Carolina de Pedro Pascual, editora de Danzaballet.com y profesora de danza clásica en Barcelona. Seguro que a muchos os suena su nombre, porque ha salido en el especial de Belleza de Vogue Noviembre 2010.

Ya os decía que os traía al cisne blanco en persona…

Buenos días Carolina. Muchas gracias por aceptar la colaboración con nuestro blog. Antes de nada nos gustaría que te definieras en 5 palabras.

¡Uf…! Difícil… Seré breve. Trabajo, trabajo y más trabajo. Soy leal, fiel, completamente vintage e independiente.

Tanto Le Petit Prince como yo adoramos la danza. La vemos como un arte más, como una forma de plasmar lo que sientes: tus apetencias, tus sentimientos… Nos gustaría saber qué es para ti la danza.

Absolutamente todo. Tengo 41 años y bailo desde los 6. A la danza le debo gran parte de lo que soy.

¿Cuándo decidiste que la danza era tu mundo? ¿En qué momento dijiste, “Carolina, este es tu lugar?

Era muy pequeña, tenía 5 años. En un cine, una tarde con mi madre, gracias a la famosa escena del baile del vals de “La bella durmiente” de Walt Disney y su inolvidable música de Tchaikovsky. En ese momento se despertó en mí la vocación. La música, el baile… Me quedé como volando y le dije a mi madre que quería bailar. Después, la casualidad. A la pocas semanas, la madre de una amiguita que la llevaría a clases de ballet, se ofreció a llevarme también a mí.

Las clases se dictaban en el mejor estudio de ballet de Buenos Aires, el estudio Olga Kirowa, y la profesora era la Sra. Ethel Lynch, que a la vez era profesora del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.

Recuerdo que al comenzar la primera clase cogí la barra y fue como si lo hubiese hecho desde siempre. Increíble. A los 10 días Lynch llamo a mi madre y le dijo que yo tenía muchísimas condiciones, y que me anotara en el Teatro Colón, pues ahí haría carrera.

Bueno, no se equivocó. Aquí estamos.

Sabemos que ahora mismo impartes clases de danza en Barcelona. ¿Cómo ha cambiado todo? Me refiero al paso de bailarina a profesora. ¿Ayuda la experiencia a entender a tus alumnas/os?

Es imprescindible, pues de lo contrario, es imposible. ¿Cómo le puedes explicar a leer a un niño, si tú no sabes leer? No puedes. La comprensión hacia las personas es fundamental. El respeto y la responsabilidad son esenciales.

Mi paso a la enseñanza fue natural, digamos que no tuve elección. A los 27 años tuve una operación difícil en un pie y ya no pude hacer más punta. Me incliné durante un tiempo hacia la danza moderna, técnica Martha Graham, ya que podía bailar descalza. Me gustaba, pero me di cuenta de que no era lo mío y lo dejé.

Había hecho una carrera preciosa, a costa de mucho trabajo y absoluta dedicación, y también con mucha suerte. Por la época en que me había tocado estar en el Teatro Colón (años 70 y 80), había conocido y compartido escenario con personalidades extraordinarias como Nureyev, Maximova, Plisestkaya, Kerche, Prebil, etc. Fui una preciosa bailarina, pero no una Prima Ballerina.

Había dado lo mejor de mí, y después de estar estudiando en Moscú en el 93, sinceramente, sabía que no había más, o había más de lo mismo…

Decidí ocuparme de mi pie, y después vería.

La enseñanza se me ofreció como opción de continuidad. Hoy sé que me llena como persona. Me resulta tremendamente gratificante, y es parte de mi auténtica vocación.

La danza es una arte que parece que vuelve a las personas más empáticas. ¿Es eso cierto?

Y también altamente competitivas… Sobre todo la danza clásica.

¿Alguna vez has sentido esa empatía a la hora de bailar en pareja o en una compañía de ballet?

Si, absolutamente. Cuando estás en la escuela de ballet, en las clases de Partenaire, te enseñan que tienes que ser capaz de bailar con todos los chicos por igual, y a ellos les enseñan lo mismo.

Esa empatía que señalas, esa profunda sensación o capacidad de sentir como propios los pensamientos y sentimientos ajenos, esa comprensión, esa ternura, lo he sentido sólo una vez, con mi amigo, también bailarín, Javier Vera. Bailar con él era extraordinario. Estudiamos juntos en Buenos Aires, y también viajamos juntos a Moscú.

Parecía un auténtico príncipe, rubio, de ojos celestes, alto y hermoso. Una extraordinaria persona. Vive en París.

No sé si has visto la película “Cisne negro” todavía. ¿Qué te ha parecido? ¿Crees que Natalie Portman ha por lo menos reflejado la perfecta expresividad de una bailarina apasionada?

He visto la película, y sinceramente, no me ha gustado nada de nada. Se banaliza y deforma la profesión de la bailarina de ballet absolutamente. No es una película de ballet, es un thriller psicológico con ciertos toques de terror que se ambienta en el ballet, un ballet bastante terrorífico.

He leído declaraciones de Natalie Portman, por ejemplo en el Dominical del 6/02/2011 del Periódico de Catalunya, donde decía “Estás sometiendo al cuerpo constantemente a un dolor extremo. Realmente he comprendido la autoflagelación que practica una bailarina de ballet”.

Seamos serios. Estos comentarios son perjudiciales y nocivos, además que son los comentarios de una actriz, y no los de una bailarina. Me parece que es una película muy negativa hacia el ballet. Comparto tu opinión en cuanto al papel de Portman. Está fantástica en la cinta y magnífica en su interpretación, pero no de una bailarina, sino en la interpretación de una señorita con serios trastornos psicológicos.

¡La danza clásica es una bendición, tanto para el físico como para el espíritu! Es pura maravilla. También es difícil, sí, pero vale lo que cuesta.

¿Qué opinas de los diseños de Rodarte para el vestuario de la película?

Las hermanas Kate y Laura Mulleavy han tocado el cielo con las manos. Diseñaron más de 40 trajes para la película y son preciosos. Mira si han tenido éxito que después de esa experiencia, diseñaron el vestuario de un ballet real para el Het Nationale Ballet de Amsterdam.

Me gustó principalmente el vestido blanco que luce Portman en su presentación en sociedad noches antes del estreno, tan vaporoso y delicado. Lo que no me gustó nada de nada fue el maquillaje del Cisne Negro. En general, el vestuario es muy fino y delicado, vaporoso, precioso.

Y por último, Le Petit Prince me ha pedido que te dijera si podía ser tu alumno en alguna de tus clases cuando te vaya a visitar a Barcelona. ¿Aceptas el reto?

Nada podría hacerme más feliz. Sería un gran honor tenerlo en mi sala de ballet. La gente queda encantada con las clases y el ambiente principalmente invita a no dejar de bailar nunca.

¡Lo espero con ansia!

Muchísimas gracias por estas palabras, Carolina. Esperamos verte muy pronto.

Ha sido un honor tenerte aquí. Un beso.

¡Un beso a todos y feliz fin de semana!

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