Mauricio Wainrot, es uno de los mayores exponentes de la danza contemporánea argentina, y además, uno de los coreógrafos más destacados de su país. Ha logrado el éxito no sólo a nivel nacional, sino que también es reconocido internacionalmente.
Pasado, presente y futuro.
Su contribución dentro de la historia de la danza contemporánea es única e inimitable. Comprometido con su tiempo en lo creativo y lo social, Wainrot lleva 14 años como director artístico del prestigioso Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, una de las mejores compañías de la República Argentina.
Desde Buenos Aires y recién llegado de Turquía donde presentó Carmina Burana junto al Ballet Nacional de Turquía, nos ha cedido parte de su escaso tiempo para conversar con nosotros y responder unas preguntas.
Es Usted uno de los coreógrafos argentinos, sino «el coreógrafo» argentino, que posee una trayectoria y un prestigio inimitable. Una amplia presencia internacional y proliferación de obras a cual mas brillante, ha llegado muy alto …….
A lo largo de mi carrera he tenido experiencias artísticas extraordinarias, -muchas de ellas maravillosas y hasta sublimes., con las obras que he creado o remontado en las cuarenta y cuatro compañías de danza y ballet que tuve la fortuna de realizar mis proyectos artísticos. Como soy un agradecido a la vida, también quiero agradecer a todas esas compañías que han producido mis obras, y a todos los bailarines que me han acompañado en tantas fascinantes experiencias. Decir que he llegado alto es un gran elogio, aunque siento internamente que llegar a un sitio no es realmente el significado de mi vida. Día a día sigo haciendo mi camino, soñando obras y dibujando en el espacio nuevos movimientos. Ese es el mejor lugar donde puedo estar, ese es sin duda mi sitio preferido, que es en el de la creatividad, el que se produce cuando se concreta el intercambio con los diferentes artistas que colaboran en mis proyectos. Como dice Machado, Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Cuando sienta que he llegado, ese será el día final.Por mis obras y mi forma de trabajar, me he ganado el respeto y un prestigio internacional, -como usted menciona en el epígrafe de su pregunta-, que valoro muchísimo, también lo agradezco, pues considero ese es mi mayor y mejor capital.
Nunca ha pensado instalarse definitivamente en el extranjero?
Regresé a Buenos Aires en el 2000, después de haber vivido casi 15 años en el extranjero, entre Bélgica y Canadá, dos países que quiero mucho, que me abrieron las puertas de manera incondicional, y donde trabajé con varias compañías en un gran número de producciones. En ambos países realicé una gran actividad artística. En Bélgica trabaje con tres instituciones fundamentales en mi carrera. Durante once años fui coreógrafo invitado permanente del Royal Ballet of Flanders, creando y remontando para esta gran compañía europea once de mis mejores obras.
Con el Ballet Royal de Wallonie cuatro fueron las obras que monté y en Mudra International, en la época que esta institución estuvo dirigida por Maurice Bejart, remonté la Sinfonía de los Salmos.
Canadá es otro país fundamental para mí. Fui Director Artístico y coreógrafo residente de Ballet Jazz de Montreal, compañía que llevó mis trabajos a numerosas ciudades de mundo. Luego vendría otra gran compañía: el Royal Winnipeg Ballet donde monté tres programas completas: Carmina Burana, El Mesías y una importante creación, Carmen. En Montreal realizó un programa especial para la televisión sobre mis trabajos. La CBC TV produjo dos de mis obras: Fiesta de Ravel y Libertango de Piazzolla, en un programa que fue nominado como Mejor Programa Cultural del año.
Además de trabajar en estos dos países, he montado obras en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Italia, Israel, Suecia, Austria, México, Chile, Venezuela, Uruguay, Singapur y Turquía.
Ahora en Ankara, Turquía, esperando la presentación de Carmina Burana con el Ballet Nacional de Turquía…
Esta compañía de ballet, tiene estupendos bailarines. Hace 3 años monté aquí, Tango Plus de Piazzolla, que resultó ser un enorme suceso tanto en Ankara como en otros sitios de Turquía. Actualmente una de sus bailarinas principales es Aysem Sunal, una artista que adoro, para quién creé nada menos que 8 obras cuando Aysem era la Primera Bailarina del Royal Ballet of Flanders de Bélgica, y la compañía estaba dirigida en ese tiempo por Robert Denvers. Aysem Sunal estrenó en 1998 el rol principal de Carmina Burana, y entre 1998 y el 2000 lo bailó 137 veces en las diferentes giras que realizó el Royal Ballet of Flanders por Europa y Asia. Ese es el mismo rol que ahora vuelve a reeditar de manera maravillosa Estoy feliz con este reencuentro con la el Ballet Nacional de Turquía y con una bailarina por la que tengo tanto respeto y admiración.
El pasado mes de mayo tuvo dos estrenos muy importantes en Estados Unidos, uno con el Richmond Ballet estrenando Voyages, un obra creada sobre un soporte sonoro de músicas étnicas y folclóricas de diversas culturas y Carmina Burana con el Cincinnati Ballet, obra que estrenara en semanas en Turquía, que nos puede contar, como ha trabajado con las compañías y sus bailarines?
Con ambas compañías, nos une también una larga historia de trabajo. En los años 90 monté, creé dos obras para cada una de ellas. Las dos son muy buenas compañías y tienen un denominar común, que es la jerarquía artística de sus bailarines y el profesionalismo con que encaran sus respectivos proyectos. Me encantan los bailarines estadounidenses por su gran versatilidad, y por su trabajo en general. En 1990 monté Anne Frank con Cincinnati Ballet y en 1994 volví a esta compañía a crear nada menos que la primera versión de la Consagración de la Primavera. Como particularidad debo mencionar que con esta compañía trabajé con cuatro directores artísticos diferentes. En 1990 fue Iván Nagy quién me convocó a montar Anne Frank, en 1992 el nuevo Director Artístico, Richard Collins, me solicitó que remontara esta misma obra. En 1994 Nigel Burgoine, tomó la dirección de esta compañía, -debido al fallecimiento prematuro de Richard Collins-, y me solicitó una creación. Así surgió una de mis mejores obras, Rite of Spring, (Consagración de la Primavera), obra que luego monté en otras compañías y destaco especialmente el Royal Ballet of Flanders, pues allí le hice algunos cambios que es la versión definitiva de la obra.
Actualmente la directora artística es Victoria Morgan, y estrené hace solo unas semanas con esta compañía Carmina Burana, y puedo decirle que se trata de una producción absolutamente memorable para mí, porque tanto los bailarines, como la orquesta, coros y cantantes solistas realizaron un trabajo fenomenal. Estuvieron excelentes , y el público respondió ovacionando cada una de las funciones.
Respecto al Richmond Ballet, Stoner Winslett, es su directora artística desde hace 25 años, y me convoco por tercera vez . Esta ha sido también una hermosa experiencia que valoro mucho. En éste caso el proyecto fue Voyages, una obra realizada con temas étnicos y folklóricos.
Cuáles fueron los momentos más importantes en su carrera?
Pregunta muy difícil para responder para alguien como yo que lleva 42 años de carrera. Elegir me tomaría hacer una nota larguísima. Las etapas de mi carrera son tantas y tan variadas que no puedo responder con facilidad. Han pasado por mi vida artística tantos innumerables momentos que seguramente seré injusto al olvidarme de muchos. Hay una historia como bailarín, otra como coreógrafo y otra como director artístico. En cada una de estas etapas, han existido memorables e importantes momentos para recordar y para agradecer que hayan sucedido.
El gran salto internacional es probablemente el momento que mas recuerdo ahora. Mi carrera cambió con la creación de Anne Frank estrenada el 5 de mayo de 1985. Esta obra creada para el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, fue representada luego por once diferentes compañías de diversos países. Sin duda, el estreno en Suecia, con el Ballet de la Opera de Gotemburgo es uno de mayor impacto. Anne Frank fue la primera obra que monté fuera de mi país y la que me dió renombre internacional. Ulf Gaad, director artístico del Ballet de la Opera de Gotemburgo, confió en mi cuando vio la obra en Buenos Aires, y su invitación a montar un programa completo en Gotemburgo, luego me abrió muchas puertas en el mundo. Ese programa estaba constituido por tres coreografías, Anne Frank, Tres Danzas Argentinas, y La Sinfonía de los Salmos. Debido a su suceso y a las excelentes críticas que el programa obtuvo, comenzaron a invitarme a trabajar en numerosas compañías de danza europeas primero y luego americanas y de Asia. Luego vendrían los estrenos de Anne Frank en Alemania, en las compañías de las Operas de Wiesbaden y de Hildesheim. Posteriormente en los Estados Unidos, en Cincinnati Ballet, Ballet Florida y Omaha Ballet. En Bélgica con el Royal Ballet Royal de Wallonie , en Inglaterra con el English National Ballet, en Chile con el Ballet Nacional Chileno, y en Buenos Aires con el Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires y en Venezuela Ballet de Cámara de Caracas.
En mi repertorio de creaciones hay otras obras que amo y que tienen un lugar de trascendencia en mi carrera artística por diferentes motivos: Un Tranvía llamado Deseo, es una obra que me encargó un artista y amigo que quiero mucho, Iván Nagy. Ivan para su debut como director del Ballet de Santiago de Chile me convocó pidiéndome una creación, y así nació Un Tranvía llamado Deseo Elegí muy bien cuando le propuse esa obra que es ahora uno de mis trabajos predilectos y preciados. Luego Un Tranvía llamado Deseo la monté con el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín y con el Ballet del Teatro San Carlo de Nápoles, con Maximiliano Guerra en el rol principal.
Otros momentos memorables han sido las creaciones de obras como la Sinfonía de los Salmos, Consagración de la primavera, El Mesías, Medea, La Tempestad y sin duda Carmen, mi última creación para el Royal Winnipeg Ballet. En muchos sentidos son inolvidables porque marcaron un cambio de rumbo a mi trabajo, como lo es Distant Light, por lo que la obra cuenta y representa, y por haber recibido una distinción internacional muy importante: la nominación al premio Benois de la Danse en el Teatro Bolshoi en Moscú.
El haberme hecho cargo de la dirección artística del Ballet Contemporáneo por segunda vez, en 1999, marca un nuevo hito en mi carrera. Me jugué con esta movida, pues después de haber vivido en el exterior por 15 años, y de colaborar con numerosas compañías en Europa, América y Asia, decidir volver a mi país fue un momento de gran riesgo para mí. Decidí correr ese enorme albur y por fortuna no me equivoqué al elegir Buenos Aires, tampoco en hacer de esa compañía donde me había formado como bailarín, en la mejor compañía de danza que ha tenido la Argentina. Esta es una suma de capacidades, y si bien estoy a la cabeza de la compañía, he sabido elegir a los profesionales adecuados en cada momento para acompañarme para realizar una labor que se ha calificado desde hace tiempo como muy importante.
Los excelentes coreógrafos extranjeros que invité en los primeros años han sido un importante factor junto a la calidad de los maestros que enseñaron a nuestros profesionales a mejorar su nivel artístico y técnico. Hemos sabido elegir alumnos y bailarines por su calidad y por las posibilidades de crecimiento que pensábamos podían poseer. Por fortuna crecieron bajo nuestra atenta mirada y consejos hasta convertirse mucho de ellos en destacados profesionales de la danza.
La rotación permanente de roles en nuestras coreografías ha sido un importante factor para que esto sucediera, como así también la incorporación, año a año, de nuevos bailarines egresados la mayoría de nuestro Taller de Danza, que esta bajo la dirección de Norma Binaghi.
Estos han sido puntos de referencia muy destacados en mi gestión, pero es sobre todo por la gran calidad de nuestro repertorio de las numerosas obras estrenadas durante mi gestión: 54 obras en 10 años por lo cual siento una particular satisfacción artística. También por la gran repercusión que nuestro trabajo tiene y ha tenido a lo largo de esta década en el público y la crítica. Sin duda haber decidido ser Director Artístico del Ballet Contemporáneo del San martín ha sido uno de mis mejores y mas largos momentos memorables.
Ana Frank fue una obra trascendente para Usted ¿Que le transmitió Anne Frank y por que eligió esta historia?
Ya expliqué la trascendencia de esta obra en mi carrera. Elegí hacerla por distintos motivos. Anne Frank es una obra política, antifascista que habla de la brutalidad del ser humano arrasando a otros congéneres. Nuestro país estaba gobernado por una terrible dictadura, y como ciudadano y artista me sentía terriblemente agobiado y apenado por estar obligado a convivir en una sociedad tan brutal. Si bien me parecía tremenda la dictadura militar, debo decir que no estaba tampoco de acuerdo con los grupos armados revolucionarios que azotaban mi país por esos tiempos-, sin comparar, por supuesto mucho mas terrible era convivir con el terrorismo de estado. La mayoría de los ciudadanos estábamos en medio de una guerra creada por dos tipos de locuras diferentes, los grupos armados y el poder militar. Mi historia familiar no había sido muy diferente, mis padres habían vivido el Miedo con mayúscula, y les había sucedido esto en Polonia. Lo mismo que a muchos argentinos que desaparecían a diario, desaparecieron casi todos mis tíos y abuelos. Mi familia toda, los padres de mis padres, y todos sus hermanos fueron muertos en campos de concentración por los nazis. En la Argentina, en mi país, cuarenta años después una similar metodología producía los mismos efectos. La muerte como solución final.
Mi obra Anne Frank nació como una voz , un símbolo y una respuesta a mis angustias. Investigué sobre mi historia familiar y así surgió este trabajo, desde un punto de total veracidad interior. La obra la trabajé durante mas de dos años, era un tema muy delicado y difícil de abordar desde todos ángulo. Quería que los bailarines bailaran y que no se notase que eran bailarines. Busqué un vocabulario gestual de movimientos cotidianos, y una teatralidad que poco a poco fue dándome algo parecido a lo que yo estaba sintiendo cuando pergeñada mi obra. Finalmente Anne Frank fue organizándose de la manera que sentía debería ser. La música de Bela Bartok, muy bien elegida para esta obra como la canción Lili Marleen que la otorga un espíritu dramático muy fuerte en muchas de las escenas, cerraron el círculo de mi creación.
Cuando Anne Frank se estrenó en la Opera de Wiesbaden, en Alemania, lloré al final de la obra recibiendo los aplausos de un público alemán que sentía la obra con mucha sinceridad, mientras pensaba en mi padre ya muerto y en los abuelos que no pude conocer. Al salir al hall del teatro se acercó una señora mayor, que me pregunta: como sabía usted que en el campo de concentración donde yo estuve encerrada nos torturaban todo el día con la canción Lili Marleen, mostrándome el número tatuado en el brazo de presa. No lo sabía le contesté… es una casualidad…
La combinación del movimiento con la música, mas la integración del cuerpo con su expresividad a lo que sumamos el mensaje que el coreógrafo desea transmitir, sin duda un trabajo matemático, como surge en Ud. toda esta conjunción?
Esta es una verdadera alquimia, que no es mágica, pero tiene un profundo misterio espiritual. No tiene nada que ver con la religión, sin embargo cuando estoy creando una obra, creo, y estoy seguro que al menos lo que me sucede a mí, hay una gran religiosidad en ese momento.
La conjunción de todos los elementos música, vestuarios, escenografía, luces, bailarines tienen que estar al servicio de una idea y concepto primigenio. De esta manera parto el parto de sacar a luz una obra nueva. El estímulo es una obra de teatro, una historia, una noticia, el atentado de la AMIA, la vida de una cantante, una música de Bela Bartok, Igor Stravinsky, Ravel. Piazzolla, Phillip Glass y etc. etc. También he creado obras porque me he enamorado artísticamente de maravillosas bailarinas o bailarines que me inspiraron diferentes obras y roles.
No trato de transmitir ningún mensaje, mis obras las hago siempre por el placer de hacerlas para mi en primer lugar. Crear es un acto de amor, y se produce una muy fuerte relación entre los bailarines, que son como mis colores y pincel, y mi cabeza y mi cuerpo que crea tanto las formas y movimientos como las situaciones. Creo en la belleza, sin ser cursi, y creo que el escenario es un espacio teatral de pensamiento y entrega. El bailarín al expresarse, esta realizando un acto de plena intimidad, y nosotros que estamos afuera, el público, presenciamos ese hecho único de privacidad y entrega. Si no siento que sucede esto con los bailarines que bailan mis obras, o las de otros corógrafos, me siento descolocado porque el hecho artístico no se produce, es vacuo e inútil.
El Ballet del Teatro General San Martín, en la actualidad y desde hace años es la compañía de danza contemporánea más destacada de Argentina. Posee una identidad propia y desde siempre independiente. Una compañía con una trayectoria brillante que a evolucionado según las personalidades que la han dirigido a lo largo de los años sumándole prestigio. Cuales fueron para Usted los años mas oscuros y los mas destacados?
Desde hace 10 años estoy a cargo de la Dirección Artística del Ballet Contemporáneo del teatro San Martín. Entre el 1982 y 1985 dirigí por primera vez la compañía. Acabamos de cumplir 30 años de historia, de esos 30 años yo tuve la fortuna de ser su director artístico por un lapso total de 14 años, casi un 50 % de la existencia de la misma. También lo han sido Ana María y Oscar Araiz, por lapsos bastante importantes, y luego hubieron dos breves intermedios, el primero de año y medio la compañía estuvo dirigida por un triunvirato formado por Norma Binaghi, Lisu Brodky y Alejandro Cervera. Posteriormente por un año estuvo a Cargo de Andrea Chinetti como directora interina.
Estos breves lapsos de tiempo, no los voy a analizar, porque surgieron justamente luego de distintas crisis que la compañía tuvo, y de las cuales salió siempre adelante. Ana María y Oscar hicieron un muy buen trabajo de cohesión artística. Son importantes coreógrafos, cada uno con una historia destacada y remarcable, y entre los tres hemos conformado lo que es hoy la gran historia del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín.
Desde mi segunda llegada a la dirección artística en 1999, después del intermedio de un año de dirección interina, me hice cargo de la compañía por segunda vez invitado por Kive Staiff. Esta vez venía con un bagaje de experiencias enorme y muy preciado. Había trabajado en el exterior en al menos cuarenta compañías y montado mas de cien obras en todas esas instituciones internacionales. Había conocido personalmente el funcionamiento de muchas grandes compañías del mundo y la forma de trabajar de Directores Artísticos que eran para mi un ejemplo de profesionalismo y creatividad. Había trabajado con bailarines excelentes y compartido programas con coreógrafos que admiraba. Había dado clases y montado espectáculos en escuelas como la Juilliard School de New York, Mudra en Bruselas, la Hochshule for Darstellende Kunst en Frankfurt. Además , y lo mas importante, era que había creado numerosas obras que estaban en el repertorio de muy buenas compañías de danza y de ballet en diferentes ciudades del mundo. Obras que se estaban representando en la mayoría de los casos con gran suceso. Mi idea principal era que ese destacado repertorio de obras, creadas en el exterior, mas las nuevas que iría forjando con los bailarines, junto a las de los coreógrafos que iría invitando año a año, harían del Ballet Contemporáneo la gran compañía que yo vislumbraba, y por fortuna no me equivoqué.
Fue duro al comienzo pues los bailarines que tomé eran muy jóvenes sin experiencia, y como Buenos Aires esta tan lejos del mundo de la danza con mayúsculas, estaban poco interiorizados de la manera de trabajar y como funcionan las instituciones que consideraba modelos para la nuestra. Después de diez años de estar al frente del Ballet Contemporáneo aún ahora ese sigue siendo una de las temáticas que mas me preocupa.
Durante mi gestión se crearon 54 obras diferentes, estrenamos 36 programas diferentes, realizando entre 60 y 70funciones anuales. Mas de 80 es el número de bailarines y aprendices que han pasado por nuestra compañía en estos diez años de dirección. Hemos hecho obras memorables tanto de mi autoría como Carmina Burana, Un Tranvía llamado Deseo, Consagración de la Primavera, Distant Light, La Tempestad, Medea, Las 8 Estaciones y Four Janis for Joplin, como de coreógrafos invitados: Mamam de Jean Claude Galotta, La muerte y la Doncella de Robert North, The shape of the infinity de Ginette Lauirn, Tiempo Suspendido de Vasco Wellemcamp, Purcell Pieces de Nils Criste, In and around Kosla Street de Serge Benhattan, Rise and Falls de David Parsons, Bolero de Marc Ribaud, Minor Threat de Marc Godden, Bésame de Ana María Stekelman, Detrás de las cosas de Alejandro Cervera, Amargo Ceniza de Carlos Trunsky, En Cero de Roxana Grinstein, Playback de Carlos Casella y Excusas para el dolor de Gabriela Prado.
Hemos impuesto una forma de trabajar, que es la excelencia en todo sentido, y el público nos ha acompañado en nuestras propuestas multiplicándose anualmente.
Le agrada la docencia?
Me agrada la docencia, aunque desde hace tiempo no he dictado clases de técnica. También soy docente cuando hago coreografías, cuando monto un espectáculo o cuando corrijo a los bailarines en mis obras o en las de otros coreógrafos.
De sus años de estudio en el Teatro Colón que rescata?
Primero a Wasil Tupin, mi gran maestro de danza clásica y mentor, y a Eda Aisemberg que me enseño la danza moderna y a amarla. También recuerdo los ensayos que veía con Olga Ferri, Esmeralda Agoglia, Norma Fontenla, José Neglia, Antonio Truyol y Enrique Lommi, y pienso que han sido mis maestros por su manera de trabajar y profesionalismo. Fueron sin duda los años de oro del Ballet del Colón y por fortuna los pude vivir muy de cerca.
Cuando en danza contemporánea se nombra el «El Mesías» naturalmente se relaciona a sus autores Haendel y Wainrot. Crear esta obra ha sido mi regalo de cumpleaños en mis 50 aniversario. Mi querido amigo Robert Denvers me encargó una obra nueva para ser estrenada en la temporada 1996, para el Royal Ballet of Flanders, y propuse El Mesías que se estrenó el 28 de septiembre, mi aniversario es el 29. Quería agradecer a la vida por lo mucho que había recibido, y por la fortuna que tuve de ser un artista y creador, y por haber podido compartir con tanta gente maravillosa mi fantasías, creatividad y mundo interior. Era además mi manera de festejar mi alegría por estar en el aquí y ahora de mis 50 años.
Le pedí a Carlos Gallardo, mi compañero de vida, que ha realizado las escenografías y vestuarios de todas mis obras, que para El Mesías quería un cielo, pues todo sucediera en un lugar blanco, nítido y puro. Así gesto ese espacio asombroso de belleza. Me conmueve ver cuanto la gente se emociona con esta obra, y también cuanto los bailarines que la bailan o la han bailado, la sienten tan propia y tan de ellos.
El Mesías ha sido un suceso fenomenal desde que se estrenó y son muchas las compañías que la tienen en su repertorio: Ballet Nacional Chileno, Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, Ballet de la Opera de Niza y Ballet de la Opera de Bordeaux en Francia, Royal Winnipeg Ballet y pronto estará en dos compañías mas que no nombro porque aún estamos en tratativas contractuales.
La Argentina se quedó en el tiempo en la historia internacional de la danza?
Lamentablemente es así, a pesar de todos mis esfuerzos para poner nuestra danza en el mapa del tiempo. Sé que hemos creado un nuevo Standard de excelencia en nuestro país, pero la distancia hace que nuestras creaciones no sean vistas ni juzgadas por otros públicos, agentes, críticos o directores de compañías de otros sitios del mundo. Vivimos en una especie de burbuja, que para nuestro trabajo es muy malo, porque no podemos medirnos con otros realidades actuales mas avanzadas, y por supuesto también nos hace dificultoso el crecer.
Sus coreógrafos elegidos?
Kyllian, Ek, Bausch, Naharim, Laurin, Bronislava Nijinska, Tudor, Galili, Duato, Joos, Prejlocaj, Ezralow y Bejart.
Una compañía con la que desearía trabajar?
Culberg Ballet y Les Grands Ballets Canadians
Benois de la Danse o New York International Dance Competition?
Son muy diferentes y apuntan a distintos objetivos. La primera es para premiar la mejor producción anual de obras de danza clásica o neo clásica en el mundo y sus intérpretes propuesto por un jurado. El segundo es premiar a los jóvenes talentos que salen de las escuelas, o que están bailando en compañías de danza.
Fue nombrado Director Artístico del Swiss International Coaching Project for Choreographers 2004 (SiWiC), un programa de entrenamiento para coreógrafos y creadores jóvenes, sigue trabajando en el proyecto?
Esta ha sido una gran e inolvidable experiencia. Se realiza anualmente en Zurich, y tuve la fortuna de ser Director Artístico de este evento en el 2004. Me he nutrido viendo trabajar a siete jóvenes coreógrafos de distintos países, dándoles, durante dos semanas diferentes ejercicios de trabajos coreográficos que se tenían que realizar en un tiempo relativamente muy corto. Fue apasionante ver como surgían uno a uno los resultados de estas búsquedas intempestivas. Al final del día los corregía y les daba como devolución mis comentarios. Año a año el Siwic renueva los directores que tendrán que realizar el mismo tipo de tarea que realicé, es una experiencia muy interesante para todos. Ojala pudiera reeditar esta misma idea en Buenos Aires con otros jóvenes coreógrafos latinoamericanos.
Una obra que todavía no ha visto la luz y con la que dentro de pronto nos sorprenderá?
Me gustaría poder hacer Muerte de un Viajante de Miller, y Romeo y Julieta de Shakespeare, Les Noces de Stravinsky, la Novena de Beethoven, y de Mahler, la sexta o Séptima Sinfonía.
Una ciudad?
Amberes….Bruselas…..a veces Buenos Aires, y un pueblo, La Cumbre en Córdoba.
Por qué no ha estrenado Carmen, la pasión en Argentina?
Carmen se estrenó hace solo seis meses con el Royal Winnipeg Ballet de Canadá. Fue un proyecto muy interesante, ya que la música es original y fue creada sobre un libreto que escribí. Todo el proceso tuvo un duración de dos años. Con Elizabeth Raum, la compositora, nos comunicábamos por email muy frecuentemente, mas de una vez por día. Es una obra que se creó con un vocabulario clásico y es en puntas. Nuestra compañía no hace obras en puntas, o sea que debo esperar el momento para hacerla, probablemente, con el Ballet del Teatro Colón, pues sería mas adecuado. Por otro lado la producción costosa en escenografías y vestuarios, y derechos musicales, o sea que por ahora deberemos esperar. Tal vez el Royal Winnipeg Ballet la traiga en una futura gira por Sudamérica.
Declaro que «la vida de un bailarín dura 15 años» y después que?
Es difícil generalizar. De cualquier manera esta es mi visión de un bailarín o bailarina que desarrolla su actividad y trabaja en compañías grandes o medianas. Hablo de bailarines que trabajan en grupos y su trabajo esta muy interrelacionado con el de los otros bailarines. Un bailarín independiente que trabaja en proyectos privados se maneja normalmente con otros parámetros. De acuerdo a mi experiencia de trabajo con tantas compañías de danza o ballet, el mejor rendimiento proviene de los bailarines es entre los 20 y 35 años Por supuesto hay excepciones y he visto muy buenos bailarines principales o solistas que llegan a estar en un buen estado y forma hasta con 20 años de carrera . Pero estos han sido casos muy aislados y especiales.
Sabemos como bailarines que hemos elegido una carrera efímera, donde el trabajo corporal y su deterioro es muy fuerte, comparativamente hablando con las que pueden ofrecer las carreras de un músico o un actor. Pienso que los bailarines tenemos que prepararnos mentalmente, desde muy temprano, para el después de la danza, con carreras alternativas, porque como atletas que somos, sabemos o deberíamos comprender desde muy jóvenes, que el cuerpo tiene un límite y ese límite esta marcado por la disminución de nuestra destreza técnica y la calidad de nuestro trabajo con el correr de los años, como sucede con cualquier otro atleta. profesión o hacia la compañía que nos contrata y cobija. Esta es una constante en bailarines que comienza a una edad que roza los 30 años, de allí en mas tenemos que plantearnos muy claramente como nuestra vida artística continuará, y si es que queremos para que nuestra vida artística siga adelante o no, o tal vez la respuesta sea buscar otros destinos fuera de la danza, o trabajando en profesiones que estén cerca de la danza.
La «Consagración de la primavera» Diaghilev, Bausch, Bejart, Angelin Preljocaj, Mauricio Wainrot, rendidos ante la música o la historia?
Como no enamorarse de la música que cambio la música del Siglo XX. La historia tiene su magia, Stravinsky, Diaghilev y Nikinsky, por un lado, luego Bejart, mas tarde Bausch. La obra es mítica y hay una mística profunda entre todos los creadores que hemos puesto nuestro sello coreográfico creando las diferentes versiones. No es una competencia entre nosotros, sino es dejar una marca propia, un eslabón en la larga cadena que hemos construido entre todos. 10 años al frente del Ballet del San Martín, todo un hito en la historia argentina, no esta cansado?
Como mencioné mas arriba, la compañía ha cumplido 30 años de existencia, y he sido su director artístico en dos oportunidades, entre 1982 y 1985, y desde 1999 a la fecha. En total llevo catorce años en la dirección. Me une una historia en común aún mas extensa al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Durante 9 años fui bailarín de la compañía, desde 1977 a 1985, los últimos 4 de mi carrera de bailarín los compartí también como director artístico. En total son 19 los años que estoy en la institución.
No estoy cansado, al contrario, pude en todos estos años crear espectáculos memorables y maravillosos, y son muchos los bailarines que se formaron bajo mis directivas dándoles un sentido a sus carreras y porque no a sus vidas, transformándolos en muy buenos profesionales, lo que me produce una gran alegría. También muchos son los coreógrafos que he invitado en todos estos años, 27 en total. Hemos contado también a lo largo de estos años con muy buenos maestros que nos han aportado enormes enseñanzas. Nuestra escuela el Taller de danza del San Martín, creció y mejoró en calidad y calidad de alumnado., debido al crecimiento de nuestra compañía. Nuestros alumnos saben que algún día cercano estarán trabajando con nosotros en la compañía, y este ha sido su mejor aliciente de crecimiento y conducta, porque saben que creo en el recambio constante de bailarines y en crear oportunidades en forma permanente.
Por todo lo que hemos logrado en estos diez años de dirección artística, me siento con enormes fuerzas, deseos y ambición para que nuestra compañía siga siendo aún mejor día a día, y que el público siga creyendo mas y mas en nuestro trabajo, como lo ha hecho a lo largo de esta fructífera década artístic.

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