Música de cámara de Uruguay en la Deutsche Oper

Música de cámara de Uruguay en la Deutsche Oper | Danza Ballet 
Música de cámara de Uruguay en la Deutsche Oper | Danza Ballet 

Una interesante y singular velada de música de cámara de Uruguay dedica este lunes 14 de marzo el Kammerensemble Classic der Deutschen Oper Berlin en la capital alemana, con obras muy diversas de Guido Santórsola (1904-1994), José Serebrier (1938), Gerardo Matos Rodríguez (1897-1948), Esteban Klísich (1955), Miguel Del Águila (1957), León Biriotti (1929), Alfredo Zitarrosa (1936-1989) y Aníbal Sampayo (1926-2007).

El programa atrae a un público también muy heterogéneo y curioso por conocer estas obras contemporáneas (del campo y la ciudad) que, exceptuando al popularísimo tango «La cumparsita» de Matos Rodríguez, son casi ignotas en Europa. La presentación del concierto corre a cargo de Gerhard Hofmann, ex corresponsal del Primer Canal de la Televisión Alemana (ARD) en Buenos Aires, y conocedor de las costumbres del Río de la Plata.

Una de las grandes revelaciones de esta tarde es la soprano uruguaya Amalia Laborde Dasque con sus exquisitas interpretaciones de «Los éxtasis de la montaña» de Biriotti, con texto de Julio Herrera y Reissig (1875-1910), «Río de los pájaros», de Sampayo, «Naif», de Klísich, y «A José Artigas», de Zitarrosa, con letra de Carlos Bonavita (1933-1976 detenido-desaparecido bajo la última dictadura militar de Argentina).

El programa se abre con el segundo movimiento («Aria – Calmo») del «Cuarteto nro.2 para flauta, viola, violonchelo y guitarra» de Santórsola, a modo de introducción y describiendo con delicados trazos la serenidad y melancolía del paisaje campestre uruguayo, con sus praderas y colinas de suaves líneas. Las excelentes intervenciones solísticas, sobre todo del argentino César Nigro (guitarra), Juan Lucas Aisemberg (viola) y Jochen Hoffmann (flauta) llevan al público inmediatamente a la reflexión y a la introspección.

El contraste no puede ser mayor con el estreno europeo de la suite «Seis por televisión», para flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa y percusión, compuesta en 1973 por Serebrier. El primer movimiento («Mini Ouvertüre – Andante più mosso e marziale») es vibrante, dinámico, como una marcha para la banda sonora de una película sobre legionarios romanos. El segundo («Sunaloiroc – Più allegro – Andante») reboza energía, antes de pasar a un precioso movimiento de mucha sensibilidad («Juliet – Andante»), así como profunda reflexión, y cerrar la obra («Taming of the Bull – Allegro – Andante più mosso») con otra destacada intervención del percusionista Benedikt Leithner (de la orquesta de la Deutsche Oper Berlin).

La obra –según relata Serebrier– data de cuando él era director musical del American Shakespeare Festival en Stratford (Connecticut/Estados Unidos) y simultáneamente director asociado de Leopoldo Stokowski en el Carnegie Hall de Nueva York (1962-1967). En esa época el compositor uruguayo escribió obras musicales para varias piezas de Shakespeare («Romeo y Julieta», «El rey Lear», «Coriolano»). Una de las cadenas estadounidenses de televisión filmó diversos pasajes y necesitaba música de fondo. Esta suite, compuesta en 1973, está basada en dicha música, fue editada por la casa Peer Music (Hamburgo/Nueva York), y ha sido grabada en CD varias veces. El título, «y solo el título», se inspira en el de la obra magistral del compositor mejicano Silvestre Revueltas «Ocho por radio» («es un homenaje» a este creador, a quien Serebrier admira) y hace mención a que se utilizan solo seis instrumentos.

«La cumparsita» para cuarteto de cuerdas suena aquí exquisita, académica. Cuando la compuso Matos Rodríguez en 1917, dedicada a la comparsa estudiantil de carnaval y utilizando para ello el piano de la Federación de Estudiantes del Uruguay (a la sazón cursaba arquitectura en la universidad de Montevideo), jamás se le hubiera pasado por la mente que este tango, hoy el más difundido y venerado en todo el mundo como himno de la cultura popular rioplatense, pudiera dar tanta inspiración a otros músicos. La intervención solística de la violinista Indira Koch (segunda concertino de la Deutsche Oper) transmite en esta velada enorme emoción y sentimiento al público.

Un poco más complejo es «El oriental» (por el originario de la República Oriental del Uruguay), para guitarra (destaca otra vez la intervención solística de César Nigro) y quinteto de cuerdas, de Klísich, con elementos del tango clásico al comienzo («Tango – Deciso») que se van «apiazzolando» («chicharra» incluída) a lo largo de la obra. «La Milonga Lenta – Andante» suena melancólica, entrañable (con la viola de Aisemberg), y el «Milongón – Allegro» saltarín, juguetón, vivaz, querendón (violonchelo de Johannes Petersen), no puede disimular el evidente influjo de la habanera, entre otros elementos afroamericanos y europeos, en el Río de la Plata.

Tras el interludio, le llega el turno a «Pacific Serenade», op. 59, para clarinete, dos violines, viola y violonchelo, de Miguel Del Águila, que comienza «Con nostalgia», invitando a la meditación y la reflexión, con intervenciones solísticas del clarinete (Matthias Höfele, del Kammerensemble Classic de la Deutsche Oper Berlin), el instrumento preferido de este compositor uruguayo radicado desde 1978 en Estados Unidos, y del violín, antes de continuar con un segundo movimiento que titula con «el signo de una nota negra = ca. 50» («50 negras por minuto», según el compositor), más lento, pero del que sobreviene una cascada de tonalidades con la intervención del quinteto de músicos. Por último «Ricitando» que comienza con el clarinete seguido por las cuerdas, hasta establecer un diálogo entre ambos muy ajustado, claro, contundente y sensible a la vez.

La pieza fue escrita en 1988 y está dedicada al grupo de camara de Los Angeles que la encargó: Pacific Serenades Ensemble», explica Del Águila en un reciente intercambio por correo electrónico con este corresponsal de Danza Ballet. «El nombre de este grupo inspiró la obra que es una serenata o sea una musica sensual y tranquila que se toca de noche en honor a una persona querida … como aquellas al pie del balcón… Mi música es a menudo muy emocional e intensa y con esta obra quise escribir lo opuesto: una obra sin intensidad dramática ni emocional, pero provista de sensualidad. En la música puedes oír influencias del folclore latinoamericano y del Jazz. He escrito numerosas versiones de esta obra originariamente para clarinete y cuarteto de cuerdas (tambien clarinete y piano y saxofón con piano o cuerdas). Pacific Serenade esta grabada por CRI (CD Exchange Latin America)», agrega.

Con «Los éxtasis de la montaña» de Biriotti, la soprano uruguaya Amalia Laborde despliega con sutil sensibilidad su interpretación de dos («La Flauta» – Moderato; e «Iluminación Campesina» – Andante moderato, por este orden) de los 40 sonetos reunidos en la serie el «Éxtasis de la montaña» (más tarde «Eglogánimas»), compuestos entre 1904 y 1907 por Julio Herrera y Reissig (1875-1909).

«Cien iluminaciones, en fluidos estambres, / perlan de rama en rama, lloran de los alambres… / Descuidando el rebaño, junto al cauce parlero, / (…)», enfatiza con amplio registro la cantante. En el «Interludio – Allegretto», destaca la intervención solística del arpa (Maria Smirnova), así como de la flauta (Jochen Hoffmann) y el fagot (Helge Bartholomäus).

«Alternando a capricho el candor de sus prosas, / Ruth sugiere a la cítara tan augustos momentos! / y Fanor en su oboe de aterciopelamientos / plañe bajo el ocaso de oro y mariposas…(…) >>¡Dulce amigo!<< ella gime. Y Fanor: >>¡Oh mi amada!<<«, entona vibrante Amalia Laborde.

En «Río de los pájaros» (en alusión a la voz guaraní «uruguay», río de los pájaros pintados), de Sampayo (cofundador con Jaime Dávalos en 1960 del célebre festival de música folclórica de Cosquín/Córdoba/Argentina), la voz de la soprano suena diáfana y muy emotiva, acompañada por el arpa y la flauta.

«Los amores de la costa, / son amores sin destino, / camalotes de esperanza / que se va llevando el río.// (…)», canta Laborde al interpretar el sentimiento de Sampayo, nacido y fallecido en Paysandú (a orillas del río Uruguay). Con especial dulzura vibra la voz de la soprano al describir la figura del niño del campo uruguayo: «Gurisito (de la voz guaraní «gurí», niño) pelo chuzo, / ojitos de yacaré (voz guaraní por caimán o cocodrilo), / barriguita chifladora, / lomito color café. // (…)», en esta obra laureada en Cosquín en 1964.

Muy dulce y sensible es también la interpretación de «Naif», de Klísich, respaldada por flauta y arpa: «Cuando andés jugando un serio / con la mugre del cordón / cuando venga el viento a helarte la ilusión. / Cuando sientas que jamás Montevideo / vió pasar algo tan gris, tan triste y feo / como vos. // «No te olvides de lo que aquel viejo decía: / Hoy es siempre todavía / ahora viene lo mejor. / No te olvides de buscarte donde espera, / donde vive, donde sigue estando / lo lindo de vos.// (…)».

Más profunda aún es la emoción que transmite la cantante en «A José Artigas» (el héroe nacional de Uruguay), la vidalita (estilo triste, originario del noroeste argentino, de influencia colla/aymara, y amplia difusión en el Río de la Plata) con música de Zitarrosa y letra de Bonavita. «Patria sola y patria, vidalitay, / patria sola y muda, / rompé tu silencio, vidalitay, / vamos en tu ayuda.», enfatiza con gran fuerza Laborde, con el apoyo de los vientos y el arpa del conjunto de cámara de la Deutsche Oper.

Merecidos aplausos y ovaciones del público durante prolongados minutos cerraron esta magnífica velada en uno de los escenarios más importantes de la capital alemana.

Música de cámara de Uruguay en la Deutsche Oper | Danza Ballet

Miguel del Aguila Photo Donna Granata


Berlín, 14/03/2011
Foyer del teatro de la Deutsche Oper Berlin.
Amalia Laborde (soprano), César Nigro (guitarra), Indira Koch (violín), Chié Peters (violín), Juan Lucas Aisemberg (viola), Johannes Petersen (violonchelo), Christoph Langhammer (contrabajo).
Kammerensemble Classic der Deutschen Oper Berlin: Jochen Hoffmann (flauta), Holger Burke (oboe), Matthias Höfele (clarinete), Helge Bartholomäus (fagot), Paul Sharp (trompa), Maria Smirnova (arpa) y Benedikt Leithner (timbales, percusión). «Cuarteto nro. 2», para flauta, viola, violonchelo y guitarra, de Guido Santórsola (1904-1994). «Seis por Televisión», para flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa y percusión, de José Serebrier (1938). «La Cumparsita», tango para cuarteto de cuerdas, de Gerardo Matos Rodríguez (1897-1948). «El Oriental», para guitarra y quinteto de cuerdas, de Esteban Klísich (1955). «Pacific Serenade», op. 59, para clarinete, dos violines, viola y violonchelo, de Miguel del Águila (1957). «Los éxtasis de la montaña», para soprano, flauta, oboe, fagot y arpa, texto de Julio Herrera y Reissig, de León Biriotti (1929). Tres canciones uruguayas con arreglos de Esteban Klísich: «Río de los pájaros», para soprano, flauta, clarinete, fagot y arpa, de Aníbal Sampayo (1926-2007); «A José Artigas», de Alfredo Zitarrosa (1936-1989); y «Naif», tradicional, de Esteban Klísich.
Conducción: Gerhard Hofmann.
100% del aforo.

 

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