Ballet Ondine

Ella tenía un alma hermosa, una voz melodiosa; un bello cuerpo. Era admirada por todos, pero no era feliz en su mundo acuático. Quería vivir en el mundo que desconocía y le era ajeno a su forma de vivir. Salió fuera, conoció el amor humano y quiso tener una vida eterna a través del amor.

«Ondine» de Friedrich Kvapil de la Motte Fouqué, es toda una metáfora sobre la superación, la capacidad de crecer y abrir horizontes que acaba resultando trágica. Como en toda obra romántica, la tragedia es un elemento fundamental.

«Ondine» de Friedrich Kvapil de la Motte Fouqué (1777-1843), está considerada por la crítica literaria y por los apasionados de las leyendas y la literatura fantástica, como la más plena realización literaria de la tan conocida historia de la ondina que se enamora y se casa con un mortal. Este, narrar en el justo medio entre lo real y lo sobrenatural, da una dimensión fundadora a la creación de La Motte Fouqué y la convierte en el libro fundador de una leyenda, que desde la ópera de E.T.Hoffmann con libreto de la Motte Fouqué, hasta las recreaciones más contemporáneas subyuga a lectores, oyentes y espectadores.

Friedrich, barón de la Motte Fouqué, nació en Brandeburgo el 12 de febrero de 1777 en el seno de una familia francesa de hugonotes (antiguo nombre otorgado a los protestantes franceses de doctrina calvinista durante las guerras de religión) de rancio abolengo. En 1803, se casó con Carolina von Briest, autora de numerosas novelas caballerescas y románticas. Murió el 23 de enero de 1843. De su obra, adscrita a la corriente romántica imperante en su época, Ondina (1811), ha sido la pieza que mejor ha superado el paso del tiempo. Otras obras significativas del barón de la Motte Fouqué son la obra teatral Sigurd (1808) y la novela El anillo mágico (1818).

«Ondine» fue siempre un favorito del ballet romántico desde que el escritor Motte Fouqué dio forma a la historia originariamente escrita en alemán en 1811. Como en «La Sylphide», «El lago de los  cisnes», «Giselle» y otros ballets románticos, cuenta la historia de un ser mágico, en este caso salido de las aguas, quien aparece en la tierra y se enamora de un mortal con todas las consecuencias que ese amor prohibido o imposible trae aparejadas. En el siglo XIX se asociaba a «Ondine» con la bailarina Fanny Cerrito, quien bailó la versión de Jules  Perrot (1843). Carlota Grissi lo bailó luego en Rusia pero con música de Pugni (1851) y Anna Pavlova también asumió el personaje.

A mediados del siglo XX y gracias a la recreación del coreógrafo inglés Frederic Ashton con nueva partitura de su contemporáneo Hans W. Henze (1958), fue Margot Fonteyn quien interpretó e hizo famosa a la criatura acuática del cuento, y sus fotos en una leve túnica son abundantes y muy conocidas. Ya en el siglo XXI, y en conmemoración del centenario del legendario Ashton, el Royal Ballet repuso este ballet.

«Ondine» ballet clásico en tres actos y seis escenas

ARGUMENTO

Escena I
Una playa de Sicilia, con una gran roca en forma de arco sobre el fondo.

Los paisanos y los pescadores se están preparando para la festividad de la Madonna. Matteo, un joven pescador, presente con su novia Giannina, invita a todos los amigos a su boda que se llevará a cabo al día siguiente. Giannina recibe muchos elogios que fluyen en una danza. Todos se van, excepto Matteo, que desea pescar un pez para la cena. Cuando lanza su red al mar, una cáscara emerge del mar revelando a una hermosa criatura que se le aparece a menudo en sueño a Matteo. La Náyade, que se llama Ondina, se enamora del pescador, y ha elegido esta forma para revelarse. Matteo sin embargo, ama a Giannina y se resiste a las tentaciones de la Náyade, pero ella lo seduce con una danza, tanto que Matteo comienza a seguirla hasta la roca del acantilado, desde el cual, Ondina se arroja invitándolo a que haga lo mismo.

Embobado por la criatura, Matteo está listo para lanzarse, cuando los pescadores acuden para salvarlo rompiendo el encantamiento.

Escena II
Giannina y la madre Teresa esperan con ansiedad la vuelta de Matteo, que una vez vuelto, les cuenta de su aventura con la Náyade: Giannina entristece. Las dos mujeres comienzan a hilar, y Giannina pide a Matteo que le ayude a envolver la madeja de seda. Imprevistamente, una ráfaga de viento hace abrir la ventana, por la cual entra Ondina, invisible, que gruñe por las atenciones de Matteo hacia su prometida, rasgones de seda se funden de las manos de Giannina.

La Náyade se muestra sólo a Matteo e intenta seducirlo de nuevo, invitándolo a que se lance con ella desde la ventana. Giannina se da cuenta de la presencia de Ondina y reprueba a Matteo por su inconstancia justo el día antes de su boda. Teresa aplaca a la joven y Matteo, quedándose solo, se adormece en un asiento.

Ondina, decidida a conquistar al pescador, decide aparecérsele en sueños, mostrándole el seductor mundo subacuático.

Escena III
Una caverna submarina poblada de ninfas vestidas de azul, cabello suelto y collares de coral. Ondina se revela en medio de otras Náyades y baila un pas de six. Segura haber conquistado el amor de Matteo, se arroja a sus pies. Aparece Hydrola, reina de las aguas, que advierte a la hija sobre la fragilidad de la existencia humana; por toda respuesta, Ondina toma una rosa, declara su deseo de marchitarse y morir como la flor, antes que perder a Matteo. Hydrola intenta en vano disuadirla.

Escena IV
La víspera de la Fiesta de la Madonna, la estatua está sobre un altar, homenajeada por los paisanos. Después de las oraciones, todos se unen en una animada tarantella, que imprevistamente se interrumpe por las campanas que anuncian la Víspera: todos se arrodillan y ruegan. En ese momento, Ondina emerge de la Fuente del lado del altar y Matteo intenta llevarla por entre la muchedumbre arrodillada. Giannina se da cuenta de la agitación de Matteo y le suplica que ruegue, pero mientras el pescador mira a la estatua de la Madonna, por un momento divisa la cara de Ondina.

Las danzas continúan hasta la puesta del sol, cuando todos vuelven a sus casas. Al quedar solos, Matteo y Giannina buscan abrigo en la barca, pero Ondina, cada vez más decidida, lanza a Giannina al agua y toma su apariencia.

La luna que está en el cielo es tan brillante que Ondina puede ver su sombra reflejada en el suelo, sorprendida por su nueva condición de mortal: ejecuta el celebre pas de la sombra. Matteo acude y ahora encuentra a Ondina bajo la semblanza de Giannina. La pobre novia no se ahogó, sino que, ayudada por las Náyades, es llevada al palacio de Hydrola.

Escena V
El dormitorio de Giannina. Ondina duerme en la cama de Giannina, mientras que Hydrola la observa con tristeza, desapareciendo tan pronto como ella despierta. La Náyade está cansada y exhausta, y ruega a la madre a quien le suplica que le abandone su estado mortal antes de que sea demasiado tarde, ante su negativa, Hydrola aparece de nuevo. A la llegada de Teresa y de Matteo, los dos jóvenes bailan el pas de la rose fletrie, una tarantella que lleva a Ondina al extremo de las fuerzas. Matteo, creyendo encontrarse de frente a Giannina, está compungido de pensar casarse con una muchacha tan débil, habiendo renunciado a una criatura inmortal.

Escena VI
La escena se abre con el cortejo nupcial. La Náyade, ahora en estado de debilidad, camina con dificultad, ayudada por Matteo. Hydrola y las Náyades consuman una última tentativa de salvar a Ondina. la reina lleva a Giannina en lugar de Ondina. Matteo reconoce la frescura real de la novia y es nuevamente feliz, mientras Ondina, luego de haber reasumido su estado de inmortalidad, es llevada en triunfo a su casa bajo el mar. Argumento extraído de la versión original presentada por Pierre Lacotte para el Mariinsky Ballet el 16 de marzo de 2006.

«Ondine»

Ballet romántico creado por la pareja Perrot – Cerrito fue aplaudido gracias a la música, pero sobretodo por la interpretación de la Cerrito, que en el pas de l’Ombre se lució por el dramatismo y el virtuosismo.

En 1851, el ballet fue representado por Perrot en Rusia, con Carlotta Grisi como protagonista, en la residencia del Zar en Peterhof. Para esa ocasión, el coreógrafo hizo preparar el escenario directamente sobre el agua del lago, con la Náyade que aparecía en su barca bajo la forma de conchilla. Marius Petipa montó el ballet en 1874 y luego en 1892, alterando progresivamente la coreografía original: la última gran intérprete del papel fue Mathilda Kshessinkaja.

Pierre Lacotte ha reconstruido recientemente su versión del ballet para el Teatro Marinski. La tarea no fue fácil, porqué no quedó ningún documento de las versiones de Perrot y de Petipa, sólo fotos y litografías de la época. Se trataba de dar vida a una coreografía en la cual se mezclaba la existencia de pescadores con sus tarantellas, con lo inefable de la náyade.

Una reconstrucción muy personal es la ambientación de Bournonville, en un ballet que se equilibra entre Napoli y La Sylphide, constituido a partir de una catarata infinita de variaciones que resaltan la preeminencia del cuerpo de baile. Como en el caso de la Hija del Faraón, se reconstruyó muy poco del material original. En ayuda de Lacotte, ha ido la partitura para violín de Cesar Pugni y las enseñanzas de la maestra Carlotta Zambelli.

Alexandra Ansanelli in «Ondine» Royal Ballet . «Ondine» de Friedrich Kvapil de la Motte Fouqué, es toda una metáfora sobre la superación, la capacidad de crecer y abrir horizontes que acaba resultando trágica.

Body Ballet ® - Carolina de Pedro
La correcta danza clásica para adultos.
Danza clásica, elongación y estiramientos.
Desde 2003

www.bodyballet.es


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies y Google Analitycs para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas, y de nuestra política de cookies, privacidad y RGPD ACEPTAR

Aviso de cookies