Filarmónica de Berlín conmemora el centenario de Mahler.
El centenario de la muerte de Gustav Mahler (Kaliste/Bohemia, actual República Checa, 1860-Viena, Austria 1911) es conmemorado en estos meses por la Filarmónica de Berlín con la interpretación de todas sus sinfonías en sucesivos conciertos y con una interesante exposición fotográfica.
La muestra, titulada «Su momento ha llegado», se extiende hasta el próximo 21 de febrero e incluye documentos históricos sobre «la vida y obra» de este genial compositor y director de orquesta austríaco, así como sobre «la tradición de la Orquesta Filarmónica de Berlín en la ejecución de sus obras».
«La música debe contener siempre un deseo ardiente; un deseo ardiente más allá de las cosas de este mundo», afirmaba Gustav Mahler, según una de las leyendas colocadas en la exhibición fotográfica, cuya sección dedicada a su vida y obra forma parte de un proyecto conjunto con la Konzerthaus, de Berlín, concebido por la Médiathèque Musicale Mahler, de París.
Mahler y Berlín
«Berlín y su Orquesta Filarmónica han desempeñado desde un principio un importante papel en la difusión de las obras de Mahler», subraya en la presentación de la muestra Helge Grünewald, director de dramaturgia de la Filarmónica de Berlín.
La tradición mahleriana de esta célebre orquesta comenzó el 12 de diciembre de 1892 con la interpretación de sus Canciones sobre los poemas de Des Knaben Wunderhorn (de Achim von Arnim), compuestas entre 1888 y 1894, en un concierto con la contralto austríaca Amalie Joachim dirigido por Raphael Maszkowsi.
Mahler asumió como director de la orquesta del Stadt-Theater de Hamburgo en marzo de 1891 y para entonces ya había compuesto La canción del lamento, Canciones de juventud, Canciones de un camarada errante, los dos primeros cuadernos de Canciones Des Knaben Wunderhorn en versión para piano, así como el poema sinfónico Titán (versión original de la Sinfonía nro. 1), y Ritos fúnebres (poema sinfónico en un movimiento, basado en el drama lírico Dziady del polaco Adam Mickiewicz, terminado en 1888) que más tarde se convertiría en el primer movimiento de la Sinfonía nro. 2, se explica en una de las estaciones de la exposición bajo una foto dedicada a su amigo de correrías juveniles, Emil Freund.
La primera sinfonía
En 1888 Mahler compuso la versión original de la Sinfonía nro. 1 (en dos partes y cinco movimientos) y la dirigió personalmente el 20 de noviembre de 1889 en Budapest, bajo el título de Poema Sinfónico, se señala al pie de un fascímil de la partitura (editada en 1898 por el vienés Josef Weinberger) con una dedicatoria al director belga Sylvain Dupuis en 1889.
Después de varias ejecuciones (en Hamburgo y Weimar) y numerosos cambios, Mahler trajo a Berlín la versión definitiva, reducida a cuatro movimientos, titulada Sinfonía en re mayor, para ser ejecutada el 16 de marzo de 1896.
Dupuis (1856-1931), quien entre 1900 y 1911 fue jefe del Teatro Real de La Monnaie, en Bruselas, ejecutó la Sinfonía nro. 2 de Mahler en marzo de 1898 en Lieja, entrando en la historia como el primer director de orquesta extranjero que interpretó una obra de Mahler.
Fotos Peter Adamik
Mahler y Strauss
El 4 de marzo de 1895 Mahler había presentado por primera vez en un concierto bajo la batuta del compositor alemán Richard Strauss los tres movimientos puramente instrumentales de su Sinfonía nro. 2. El 13 de diciembre de ese mismo año Mahler dirigió el estreno de esta sinfonía, ya para entonces completa, y el 14 de enero de 1907 ofreció el primer concierto en Berlín de su Sinfonía nro. 3.
En mayo de 1905 Mahler, quien había sido invitado por Strauss a acudir a Estrasburgo para participar en los primeros Festivales de Alsacia-Lorena, dirigió allí con enorme éxito el 21 de ese mes su Sinfonía nro. 5 y al día siguiente la Sinfonía nro. 9 de Ludwig van Beethoven. Las atronadoras ovaciones fueron tan prolongadas y efusivas que el crítico Gustav Altmann llegó a calificar a Mahler de «el Napoleón de la batuta» en un artículo publicado el 27 de mayo en el Strassburger Post.
La era Nikisch
También el legendario Arthur Nikisch (1855-1922), el segundo director que tuvo la Filarmónica de Berlín en su historia (1895-1922), abogó febrilmente en favor de la música de Mahler. Nikisch, quien había tenido a Mahler como vicedirector en el Stadttheater de Leipzig entre 1886 y 1888, interpretó con la afamada orquesta de Berlín las sinfonías números 1, 2, 4, 5 y 7, así como «La canción de la Tierra».
Los directores más importantes que interpretaron obras de Mahler entre 1911 y 1932 fueron Oskar Fried, Bruno Walter, Klaus Pringsheim, Otto Klemperer y Jascha Horenstein.
En cambio, Wilhelm Furtwängler desempeñó un papel marginal como intérprete de la música de este compositor. Furtwängler dirigió la Sinfonía nro. 1 (1921, 1925, 1929), la nro. 3 (1924) y la nro. 4 (1932), así como las Canciones de un camarada errante y Canciones a los niños muertos.
Fotos Peter Adamik
Los nazis y la postguerra
Con el ascenso al poder de los nazis (1933-1945) quedó prohibida toda ejecución de las obras de Mahler en Alemania. El régimen dictatorial de Adolf Hitler las proscribió después de haberlas estigmatizado como música «judía» y «degenerada».
La tradición mahleriana fue retomada 15 años más tarde por la Filarmónica de Berlín. Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Otto Klemperer dirigía el 2 de mayo de 1948 la Sinfonía nro. 4 de Mahler en el teatro Titania-Palast del distrito suroccidental berlinés de Steglitz, en medio de las ruinas de la ciudad.
El cultivo de la obra de Mahler estuvo marcado en las décadas de 1960 y 1970 principalmente por Sir John Barbirolli. Este director británico (de padre italiano) fue desde 1949 invitado reiteradamente por la Filarmónica y ejecutó todas las sinfonías de Mahler, excepto las números 7 y 8. Su grabación de la Sinfonía nro. 9 sigue siendo hoy un ejemplo singular de ejecución de esta pieza.
La era Karajan
También Leonard Bernstein dirigió la Sinfonía nro. 9 en los dos únicos conciertos por los que subió al podio al frente de la Filarmónica de Berlín los días 4 y 5 de octubre de 1979. Otros intérpretes importantes de las obras de Mahler fueron Rafael Kubelik, Bernard Haitink y Klaus Tennstedt.
Herbert von Karajan (favorito del régimen nazi, entre 1939 y 1945 director de la Staatskapelle Berlin, la orquesta de la Staatsoper Unter den Linden) descubrió tardía y sólo parcialmente la obra de Gustav Mahler mientras fue jefe de la Filarmónica de Berlín entre 1956 y 1989. En 1973 dirigió por primera vez la Sinfonía nro. 5, en 1977 la 6, en 1980 la 4 y en 1982 la 9. Pero Karajan mostraba, sin embargo, mayor afinidad hacia La Canción de la Tierra que incluyó reiteradamente en el programa de la Filarmónica entre 1960 y 1978.
Fotos Peter Adamik
Abbado y Rattle
La trayectoria de Claudio Abbado en cambio siempre estuvo estrechamente ligada a la obra de Mahler, tanto en Londres como en Viena y naturalmente durante su época como director de la Filarmónica de Berlín (1989-2002). Incluso en su concierto de despedida ejecutó las Canciones sobre Rückert, en un amplio programa que abarcó asimismo obras de Brahms y Shostákovich.
Sir Simon Rattle, su sucesor, dirigió durante su carrera por primera vez a la Filarmónica de Berlín en 1987 y lo hizo interpretando la Sinfonía nro. 6 de Mahler. Sir Simon introdujo por primera vez en el repertorio de la Filarmónica de Berlín la Sinfonía nro. 10 en la versión modificada por Deryck Cooke. Durante esta temporada 2010/2011 y la próxima 2011/2012 Sir Simon dirigirá sucesivamente la ejecución de todas las sinfonías de Mahler.
Collection Médiathèque Musicale Mahler
© 2005 – 2011 Danza Ballet
00034