Un traje de la célebre soprano griega María Callas (1923-1977) fue robado de una exposición de sus objetos personales en el Instituto de Cultura Italiano en Atenas, informó hoy esa institución. El traje era parte del vestuario utilizado por la diva en sus actuaciones en las óperas más famosas del siglo XX.
María Callas y Swarovski en Teatre Liceu de Barcelona
Melita Palestini, directora del Instituto Italiano, denunció el robo anoche a la policía ateniense, precisó hoy la agencia ANA, aunque las primeras conjeturas de la policía estiman que éste se produjo en la noche del pasado viernes. Las autoridades aseguraron que el recinto de exposición cuenta con cámaras de vigilancia y un guardia. Las autoridades griegas anunciaron que se lleva a cabo una investigación para establecer las circunstancias del robo.

personales y documentos de Callas, a 30 años de su muerte. Foto: Archivo
En la exposición se puede ver un nuevo vídeo, creado especialmente para esta muestra, que la muestra triunfante, como una de las mayores personalidades de la vida artística mundial de su época. Comienza con la Callas recibiendo, al pie de la escalerilla de un avión, una espectacular acogida. Hay en el vídeo imágenes de sus actuaciones operísticas, de su vida social, de su vida diaria. Imágenes de una María Callas triunfadora, delgada y elegante en su apogeo, en sus papeles favoritos, en sus éxitos de sociedad. Se la ve incluso bailando con el gran amor de su vida, Aristóteles Onassis, al que sacaba una cabeza de altura. Y termina con el funeral celebrado en la Iglesia Ortodoxa de París en septiembre de 1977, tras su fallecimiento, con una multitud de amigos, admiradores y curiosos dentro y fuera del templo rezando y llorando. Las ultimas imágenes del vídeo son las de sus cenizas arrojadas al cielo y al Mar Egeo por el Ministro de Cultura en 1979 desde una fragata de la Marina de guerra helena.
La exposición incluye también muchos documentos sobre el comienzo en Grecia de su carrera, recién llegada de Nueva York; de la época en la que estudiaba con Elvira de Hidalgo, cuando era gorda y tímida, y de sus actuaciones en la Ópera de Atenas. Hay otros documentos sobre su regreso a Estados Unidos al concluir la segunda Guerra Mundial, de sus actuaciones legendarias en la Scala de Milán entre 1950 y 1962, y fotografías ilustrando sus triunfos en el mundo entero. También se exponen programas, libros sobre su vida, su piano, una escultura creada por Aspasia Papadoperqaki, recortes de periódicos, muchas maquetas de sus puestas en escena y trajes…
A la exposición seguirán muchos otros actos culturales; serán conciertos y homenajes en lugares como el Teatro Nacional, la Escena Lírica, el Ágora o el Teatro de Herodes Ático. Además habrá un concurso internacional para elegir a la mejor Violeta (la protagonista de «La Traviata», el papel preferido de María Callas), una Gala extraordinaria en la Ópera de París (la asociación cultural María Callas quiere que el Palais Garnier tome su nombre), un homenaje especial en el Festival de cine de Tesalónica y una serie de televisión. María Callas.org

Callas, simplemente María
Onassis quedó fascinado por el halo mítico de Jacqueline Bouvier y accedió a casarse con ella, sin importarle firmar un acta matrimonial secreta en la que se comprometía a entregarle un tercio de su inmensa fortuna en caso de divorcio. La divina y temperamental Callas debió parecerle a Onassis excesivamente familiar ante la distante sofisticación de aquella americana que abría el grifo del lavabo cuando entraba en el cuarto de baño.

La venganza de Medea.
La devastación sentimental por aquella traición sumió a la Callas en un estado de desesperación lindante con la tragedia griega. Estaba, si no en las mejores condiciones para cantar ópera, sí al menos para interpretar en el cine a Medea, la hechicera griega enamorada de Jasón, que ante su traición, envía a Glauca un manto que al ponérselo la abrasa viva, y completa su venganza asesinando a los dos hijos que había tenido con éste. La venganza de María Callas no estuvo exenta de sadomasoquismo operístico: nunca más quiso volver a verle ni aceptó un acercamiento cuando Onassis, harto de los caprichos de Jackie O y de sus desprecios, hundido por la trágica muerte de su hijo en un accidente de aviación, trató de volver con la Callas en 1973. Con la voz destrozada y después de un rodaje infernal con Pier Paolo Pasolini como protagonista de «Medea» (1969), el filme que debía perpetrar su venganza contra el armador y la catarsis por la humillante traición, María Callas intentó suicidarse y fue ingresada de urgencia en un hospital atiborrada de barbitúricos. Se supone que su muerte, en 1977, fue un suicidio encubierto por un ataque al corazón, debido a una sobredosis de Mandrax. Su vida no tuvo nada que envidiar a los argumentos de las óperas románticas que con gran magisterio vocal interpretó durante sus mejores años, especialmente los doce años de la Scala de Milán. En 1965 interpretó su última «Tosca» en el Covent Garden londinense. Pero su hazaña más espectacular fue su transformación de una joven de cien kilos en una mujer de esbelta figura e impresionante belleza.
El método de la tenia
En dos años adelgazó 40 kilos, unos dicen que mediante el método de la tenia y otros comiendo una «pasta psicológica» de Pantanella. Posiblemente, el responsable del cambio de imagen fue Franco Zeffirelli, que le sugirió que se sometiera a una dieta baja en calorías y adoptara el look de la actriz Audrey Hepburn, en especial la clásica «petite robe noir» de Givenchy. Este es el comienzo del mito popular de la «Divina» Callas, tanto por su transformación física como por la rivalidad con Renata Tebaldi y los amoríos con Aristóteles Onassis. En cuanto a su voz, el encanto de su coloratura se debía a que antes de 1954 era un soprano dramática que al adelgazar se transformó en una impresionante mezzo-soprano li- gera. Otros la califican de soprano de coloratura alta, cuya gama se fue ampliando mediante el trabajo y su gran potencia vocal. Aunque el crítico Rodolfo Celleti define su timbre de feo, «de agudos chillones y graves ásperos», Eugenio Gara sostiene que el secreto de su fama se debe a su habilidad para transferir en el plano musical el sufrimiento del personaje que interpreta. «Cuando quieres encontrar el gesto y saber cómo has de actuar en escena, –decía la Callas– lo que debes hacer es escuchar la música». Era su forma de insuflar nueva vida a los personajes, opuesto al «verismo» melodramático del bel canto. A efectos míticos, los tres factores que la convirtieron en la Diva de la Ópera del siglo XX fue esa voz mágica, repleta de matices, su talante dramático para la escena y un temperamento colérico que hacía temblar el misterio. Fuente: La Razón

El 2 de Agosto de 1947 la cantante americana de origen griego, hasta entonces desconocida, hizo su debut en la opera “La Gioconda” en la Arena di Verona, usando una pequeña corona ornamentada hecha por Marangoni. A partir de entonces, Maria Callas vistió únicamente las joyas de escena del Atelier Marangoni, a excepción de las que utilizó en sus presentaciones en la Royal Opera House, Covent Garden hechas en los talleres ROH. El artista y artesano Ennio Marangoni fundó su taller de Milán en 1940 y usó en sus joyas cristales hechos por la compañía tirolesa Swarovski. En 1999 Swarovski compró el Atelier Marangoni y preservó la colección única, de joyas de escena de María Callas, previniendo así, que se dispersaran alrededor del mundo.
Entre la colección de joyas se encuentra el collar y el precioso bonete de Lucia di Lammermoor, adornados con delicadas perlas de cristal de Swarovski que formaron parte de una presentación dirigida y producida por Herbert von Karajan. También la corona de “Norma”, interpretada en Chicago en 1954 como parte del exitoso debut de Callas en EEUU, que fue diseñada para lucir como una corona de laureles. Para “La Traviata”, que interpretó en 1955 en La Scala, el productor Luchino Visconti insistió en utilizar joyas genuinas de ese periodo o alcanzar una reproducción usando las técnicas de manufactura del momento. Con un diseño de Lila de Nobili, Marangoni creo un sorprendente collar cristalino con rubíes y bellas perlas barrocas de Swarovski. NP
María Callas y Swarovski en Barcelona
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