La bailarina Emily Neale portada de Julio de la revista Point Magazine

 

En la clase de compañía de Ballet West, en Salt Lake City, Utah, en el histórico Capitol Theatre de Salt Lake City, la demi-solista Emily Neale está parada en primera posición. Mientras los bailarines a su alrededor intentan impresionar al personal artístico, Neale, de 24 años de edad, parece inmutable. Su allégro se eleva y se suspende, su técnica es sólida y, al mismo tiempo, está tranquila.

Su estabilidad fue construida a lo largo de un camino muy paciente hacia Ballet West.  Aunque claramente talentosa, luchó por encontrar trabajo durante dos años, soportando las presiones de rechazo mientras esperaba que sus estrellas se alinearan. Se mantuvo firme y, a pesar de su difícil comienzo, su línea de tiempo alcanzó su talento una vez que aterrizó en Ballet West. Desde que se incorporó como aprendiz en 2015, se ha convertido rápidamente en demi-solista. De hecho, es la escalada más rápida que la empresa ha visto desde la directora Beckanne Sisk.

Encontrar su lugar

Neale comenzó su formación a los 9 años en la Acton School of Ballet en Acton, Massachusetts. Allí, su amor por el ballet floreció. Cada año, ASB colocaba un Cascanueces e invitaba a artistas invitados del American Ballet Theatre a actuar como Sugar Plum Fairy and Cavalier. Ver a estos bailarines abrir los ojos de Neale a un nuevo nivel de talento. «Quería ser tan buena», dice ella. «Quería intentarlo».

A los 15 años, dejó a su madre, a su padre ya su hermano mayor y se mudó a la ciudad de Nueva York para continuar su entrenamiento. «Tuve la suerte de tener padres que me permitieron tomar una decisión así a una edad tan temprana», dice. Su madre, investigadora del cáncer, y su padre, un profesor de secundaria, estaban familiarizados con la ciudad, dice Neale, «por lo que se sintieron cómodos enviándome allí».

Su plan era hacer una audición para la School of American Ballet. Durante las dos semanas previas a la audición, Neale estudió con  la venerada Gelsey Kirkland en un curso intensivo de verano en la Academia de Ballet Clásico de Gelsey Kirkland en Brooklyn. Pero, a raíz de un mal salto en clase se lesionó y le impidió hacer una audición para SAB. Después de haberle dicho a su escuela secundaria que no regresaría (finalmente terminó su educación en línea), eligió entrenar con Kirkland después de que su lesión se curó, viviendo en un edificio de apartamentos proporcionado por el programa de GKA. «Terminó siendo un giro sorprendente de los eventos», dice Neale. «Pude realmente centrarme en mi arte».

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