Durante meses, los bailarines de la Ópera de París han ensayado sin descanso. Es un gran placer que interpretarán «La Bayadère», una de las obras más famosas de Rudolf Nureyev, en directo el domingo 13 de diciembre.
Ofrece la magia de un gran ballet clásico, sus disfraces y sus mágicos decorados: los bailarines de la Ópera de París lo han soñado durante semanas. Debían regresar al escenario el 15 de diciembre con La Bayadère, un ballet de tres actos que reúne a 60 bailarines. Pero, durante los anuncios de Jean Castex el jueves 10 de diciembre, se enteraron de que este no sería el caso: bailar en la época del coronavirus no es cosa fácil. Así, el ballet se retransmitirá en directo el domingo 13 de diciembre en la nueva plataforma digital de la Ópera de París (chezsoi.operadeparis.fr) por la suma de 11,90 euros.
«Nos permitió trabajar nuestro cuerpo»
Durante un día, periodistas de France Télévisions se deslizaron detrás de escena de la ópera. A diferencia del primer encierro, a los bailarines se les permite ir a ensayar. «Nos permitió trabajar en nuestros cuerpos, no perder todo lo que perdimos en el primer encierro», informa Ludmila Pagliero, bailarina principal. De momento paso más tiempo aquí que en casa.
Todos van a la transmisión paga
Después del diluvio de viejos programas que se transmitieron gratis en línea durante el primer cierre, y a medida que avanzaba la pandemia, las compañías privadas de danza y los teatros de ópera o el público están recurriendo cada vez más al proceso de transmisión paga. El Royal Ballet de Londres, que ya ha presentado galas digitales de pago desde septiembre, retransmitirá en directo un Cascanueces “Covid seguro” el 22 de diciembre. Lo mismo ocurre con el Dutch Het Nationale Ballet con una gala de Navidad el 19 de diciembre. Los Ballets de Montecarlo emitirán dos espectáculos a partir del martes en su nueva plataforma con cuatro cámaras a disposición del espectador que puede elegir lo que quiere ver.
La Ópera de París ya ha hecho una «prueba» con una retransmisión en directo de pago en Facebook a mediados de noviembre de una velada de danza contemporánea (un total de 8.500 espectadores digitales). El domingo también será la primera vez que sus bailarines dan un ballet académico importante desde enero. «Es un período muy difícil», dijo a la AFP Paul Marque, bailarín principal de 23 años (rango que precede al título supremo de bailarín principal). «O somos una bailarina más experimentada y no nos queda mucho tiempo porque nos acercamos a la jubilación (fijada en 42 en la Ópera, nota del editor), o somos jóvenes y estamos en buena forma física y tenemos muchas ganas de hacerlo». ‘ir allí, nos corta en seco’, lamenta la bailarina de 23 años.
Quedarse vivo
En La Bayadère, que narra el amor frustrado del guerrero Solor y el bailarín del templo Nikiya en un escenario de una India fantaseada, Paul Marque interpreta la variación física del ídolo de oro, y para el primer ensayo en el Opéra Bastille, incluso tuvo que reemplazar en poco tiempo a un bailarín principal que interpretaba Solor. “Aunque no sea necesariamente una portada tradicional, te permite mantener un vínculo con el público, simplemente seguir trabajando, seguir existiendo”, dice.
Preguntada antes del anuncio, el jueves 10 de diciembre, de que los cines no reabrirían el 15 de diciembre, la bailarina estrella Ludmila Pagliero, quien interpreta el papel principal de Nikiya por primera vez, no oculta su consternación ante el yoyo del encierro-desconfinamiento -reclusión. “No siempre es fácil porque realmente no sabemos a dónde vamos”, dice la bailarina argentina. «Pero seguimos aguantando, sabemos que esto no es un trabajo en vano porque nos dará la oportunidad de mantenernos en forma para el futuro».
Para Irek Mukhamedov, ex leyenda del ballet soviético y maestro de ballet de la Ópera, las incertidumbres son «psicológicamente muy duras» para los bailarines, que han tenido ensayos más largos de lo habitual. Además, bailar frente a una cámara no es fácil. «Da más miedo (que bailar frente a una audiencia). Cuando te filman, permanece durante siglos; frente a una audiencia, puede haber errores que se pueden corregir para el próximo programa», dice el primero. bailarín. Pero estas grabaciones son cruciales, según él. «Es importante mantenerse con vida. Con la esperanza de que cuando se vuelvan a abrir las puertas, las personas recuerden lo que vieron en línea durante estos tiempos difíciles. Fuente www.francetvinfo.fr
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