La fuerza intelectual de Mahler

La fuerza intelectual de Mahler  | Danza Ballet 
La fuerza intelectual de Mahler  | Danza Ballet 

Un programa compacto de una hora y 55 minutos sin interludio aguarda a los 2.440 espectadores que llenan por completo esta tarde del 5 de febrero de 2011 la gran sala de conciertos de la Filarmónica de Berlín.

Sir Simon Rattle ha preparado un concierto al frente de esta emblemática orquesta, integrada al completo, cuyo núcleo medular es la magnífica «Sinfonía nro. 3» de Gustav Mahler, dentro del ciclo conmemorativo del centenario de su muerte.

La velada se ve enriquecida además con dos piezas breves: las canciones «Es tönt ein voller Harfenklang», para coro femenino, trompa y arpa de Johannes Brahms, y «Elfenlied», para soprano, coro femenino y orquesta, de Hugo Wolf, con texto de William Shakespeare («Sueño de una noche de verano»).

Primero, el coro femenino de la Radio de Berlín y los solistas (Stefan Dohr, trompa, y Marie-Pierre Langlamet, arpa) entregan una versión celestial de la breve canción de Brahms. Son apenas dos cuartetas de Friedrich Ruperti (1805-1867) que hablan del sonido del arpa, del amor, la nostalgia y de la emoción que llega hasta lo más profundo del corazón.

Apoyadas por las cuerdas y las maderas, las voces interpretan con gran dulzura los ocho versos, haciendo estremecer a la platea: «Es tönt ein voller Harfenklang / Den Lieb’ und Sehnsucht schwellen, / Er dringt zu Herzen tief und bang / Und lässt das Auge quellen». // «O rinnet, Tränen, nur herab, / O schlage Herz, mit Beben! / Es sanken Lieb’ und Glück ins Grab, / Verloren ist mein Leben!»

Después viene la «Canción élfica» de Wolf, con una excelente interpretación de la soprano Anke Herrmann con voz muy delicada, cristalina y de poco volumen (a veces superada por la orquesta). El ajuste es exacto y sobre todo en el pasaje del segundo elfo: «Schwarze Käfer, uns umgebt / Nicht mit Summen, macht euch fort! / Spinnen, die ihr künstlich webt, / Webt an einem andern Ort», la soprano logra transmitir enorme pasión al público.

Finalmente, con la sinfonía en re menor, compuesta por Mahler entre 1895 y 1896 y estrenada poco después por partes, en sucesivos conciertos (el legendario Arthur Nikisch interpretó por primera vez el segundo movimiento el 9 de noviembre de 1896 al frente de la Filarmónica de Berlín), la platea tiene ante sí una obra de enorme fuerza interior que apela a todos sus sentidos y emociones.

Sir Simon controla con gran celo los enormes contrastes entre los movimientos. La primera sección («Kräftig. Entschieden») comienza con gran energia y vitalidad y se va desarrollando sin excesos, con mesura, sin prisas, pero con enorme profundidad y contundencia (en los pasajes de la marcha) hasta dejar fascinado al espectador.

En la segunda sección, las cuerdas y las maderas dominan el «Tempo di Menuetto. Sehr mäßig» e imprimen exactamente la moderación que requiere el movimiento. Con mayor soltura y desenfado, la Filarmónica acomete el «Comodo.Scherzando. Ohne Hast», en el que destaca la excelente intervención solística de Tamás Valenczei (corneta de postillón), detrás del escenario, pero como una suave sonoridad que desciende del cielo.

Este a su vez contrasta con el cuarto movimiento («Sehr langsam. Misterioso. Durchaus ppp: «Oh Mensch! Gib Acht!»), más meditativo y de gran sensibilidad. Sobre todo cuando la contralto Nathalie Stutzmann interpreta los versos de Nietzsche («Also sprach Zarathustra. 3 Theil. Das andere Tanzlied»): «Was spricht die tiefe Mitternacht? / Ich schlief! / Aus tiefem Traum bin ich erwacht! / Die Welt ist tief! / Und tiefer als der Tag gedacht!»

La intervención solística del clarinete y el canto de Stutzmann parecen evocar primero el «klezmer», la música de los judíos askenazíes, de Europa oriental, después el «kadish», la plegaria fúnebre judía que invoca profundamente el dolor, pero que originariamente pedía a Dios la rápida redención y venida del Mesías: «O Mensch! / Tief! Tief ist ihr Weh! /», y preparan a continuación el pasaje hacia el quinto movimiento con: «Lust tiefer noch als Herzeleid! / Weh spricht: Vergeh! / Doch alle Lust will Ewigkeit! / Will tiefe, tiefe Ewigkeit!».

Este («Lustig im Tempo und keck im Ausdruck»), es alegre y vivaz con las voces de los niños cantores: «Bimm-bamm, bimm-bamm» y del coro femenino, muy bien preparados por Kai-Uwe Jirka y Simon Halsey, respectivamente: «Es sungen drei Engel einen süßen Gesang; / Mit Freuden es selig in dem Himmel klang. / Sie jauchzten fröhlich auch dabei, / Dass Petrus sei von Sünden frei.» E invoca a Jesús durante la última cena cuando se dirige a Judas: «Und als der Herr Jesus zu Tisch saß, / Mit seinen zwölf Jüngern das Abendmahl aß, / Da sprach der Herr Jesus: Was stehst du denn hier? / Wenn ich anseh’, so weinest du mir!».

Y así llega el sexto y último movimiento («Langsam. Ruhevoll. Empfunden») que interpreta la orquesta dirigida por Sir Simon con exquisitez y gran sensibilidad, subrayando la grandiosidad de la obra que en su versión completa dirigió Mahler personalmente al frente de Filarmónica de Berlín el 14 de enero de 1907. Cuando todavía flotan en el aire los ecos de los últimos acordes, el público permanece varios segundos ensimismado, sobrecogido por la impactante fuerza intelectual que destila la pieza, hasta que prorrumpe en interminables aplausos y ovaciones.

El concierto, transmitido en vivo por internet este sábado, puede ser visto en los próximos días a través de la grabación de vídeo del archivo digital de la Filarmónica de Berlín (www.berliner-philharmoniker.de/dch). Una verdadera joya!!!


Berlín, 05.02.2011
Gran sala auditorio de la Filarmónica de Berlín.
Anke Herrmann (soprano). Nathalie Stutzmann (contralto).
Solistas: Stefan Dohr (trompa), Marie-Pierre Langlamet (arpa), Tamás Valenczei (corneta de postillón).
Coro femenino de la Radio de Berlín, preparado por Simon Halsey.
Coro de niños del Estado y de la Catedral de Berlín, preparado por Kai-Uwe Jirka.
Orquesta Filarmónica de Berlín.
Director Sir Simon Rattle. «Es tönt ein voller Harfenklang», op. 17, nro. 1, para coro femenino, trompa y arpa, con texto de Friedrich Ruperti, de Johannes Brahms (1833-1897). «Elfenlied», para soprano, coro femenino y orquesta, con texto de William Shakespeare «A Midsummer Night’s Dream», traducido por August Wilhelm Schlegel, de Hugo Wolf (1860-1903). «Sinfonía nro. 3» en re menor, para orquesta, contralto, coro de niños y coro femenino, con texto de Friedrich Nietzsche («Also sprach Zarathustra») y de las canciones «Des Knaben Wunderhorn», de Gustav Mahler (1860-1911).
100% del aforo.

 

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