Jean-Christophe Maillot, director y coreógrafo de Les Ballets de Monte-Carlo desde 1993 ha creado más de 40 ballets. Es conocido por su reinterpretaciones de los ballets clásicos, como las que ha llevado a cabo en «Roméo et Juliette» o «La Belle».
«Le Songe» El sueño de una noche de verano, se divide en tres partes: el mundo reglado de los atenienses, el universo carnal de las hadas y la teatralidad de los artesanos. La obra cuenta con una escenografía sencilla del pintor Ernest Pignon-Ernest, un vestuario a mi gusto infantil, de Philippe Guillotel, y iluminación de Dominique Drillot.
La elección de dos compositores contemporáneos para acompañar la clásica obra de Shakespeare hacen que esta versión de Les Ballets de Monte Carlo se diferente y entretenido aunque por momentos, excesiva.
Daniel Teruggi describe con su música electroacústica el universo del grupo de las hadas y los elfos, Bertrand Maillot, hermano del coreógrafo, el de los Artesanos, y Mendelssohn los atenienses.
La música pasa de lo romántico a lo electroacústico de manera muy abrupta y rompedora marrcando una gran diferencia entre unas y otras.
A las incursiones musicales se les agrega tres tipos de coreografías y tres tipos de bailarines con diferentes estilos y capacidades.
El resultado es una mezcla de danza, a la que a veces se suman las palabras y en la que todo es muy heterogéneo porque todo se aprecia muy mezclado (danza, palabras, música y bailarines mezclandose por el escenario) y no facilita la comprensión al espectador al causar, por momentos, gran confusión.
La energía de Jean-Christophe Maillot y su imaginación son desbordantes. Prueba de ello es su enfoque único e imaginativo. Hace realidad un sueño que opera aquí las tres fuerzas motrices de la obra: el teatro, la música y la danza para orquestar un desorden fantasioso en la que apreciamos y somos testigos de las tribulaciones románticas de tres mundos: los atenienses, hadas y artesanos.
Maillot ha abordado un ballet difícil porque «El sueño de una noche de verano» es una historia compleja. Más aún es delicado porque anteriormente dos grandes coreógrafos, John Neumeier en 1977 y George Balanchine en 1962 para el New York City Ballet, trabajaron en ella y crearon a mi juico y gusto, dos joyas llenas de plasticidad y belleza estética con una narrativa limpia y clásica, con un cuidado trabajo general del espíritu de Shakespeare.
Resumiendo, Le Songe, de Jean-Christophe de Maillot es una obra extravagante con cierta estética trivial y burlesque por momentos, en donde la mímica, las voces y la técnica clásica (puntas las chicas, muchos levantamientos, además de giros, piruetas y saltos que imprimen mucha acción a la obra) se entremezclan entradado al poético universo shakesperiano, poblado por duendes y hadas que lidian batallas ingeniosas y sensuales, de una manera diferente y con un toque divertido en donde salta a la vista y resulta interesante observar sin perder detalle los enredos que el visionario coreógrafo Jean-Christophe Maillot establece según su propio universo.
“Me gusta cuando el ballet va más allá de solo mostrar pasos de danza, cuando estás contando una historia y tratas de llegar un poco más profundo» Jean-Christophe Maillot.