Las dimensiones de la brutalidad en el ballet del teatro Bolshoi de Moscú consternaron hasta al propio ministro de Cultura ruso, Vladimir Medinski. «Yo creía que algo así sólo se veía en películas americanas», dijo desconcertado tras visitar en el hospital al director del ballet Serguei Filin, herido de gravedad el viernes por un desconocido que le lanzó ácido a la cara.
Los médicos intentan evitar que el bailarín y coreógrafo de 42 años pierda la vista. Pero la despiadada lucha por el trono del ballet ruso ha estallado.
Tras el ataque, no pocos señalaron como responsable al bailarín y primera figura Nikolai Ziskaridse. «Yo no tengo nada que ver», dijo en declaraciones al diario sensacionalista «M». Sin una palabra de solidaridad con el herido, el bailarín de 39 años dijo que el atentado era consecuencia del trabajo de Filin. En el mundo del ballet, afirmó corrosivo, se trata de mucho dinero y de amores despechados.
Ziskaridse, que ve como responsable de este y otros escándalos al director artístico del Bolshoi, Anatoli Iksanov, tampoco esconde su ambición de ocupar el trono en el Bolshoi.
El ataque a Filin surge de los muchos problemas en el teatro, declaró el cantante de ópera Vadim Lynkovski al diario «Komsomolskaya Pravda». Muchos artistas están descontentos. «En el Bolshoi hay una verdadera dictadura, con señores y siervos», dijo Lynkovski, quien señaló, no obstante, que el dúo Iksanov-Filin contaba con el respaldo de la política y la gerencia del teatro.
Por ahora una persona dirigirá de forma interina la compañía, que con más de 200 bailarines es la más grande del mundo. El propio Filin es un hombre combativo que se preocupa por el futuro del ballet del Bollshoi, aseguraron el ministro Medinski e Iksanov. Ambos dijeron estar sorprendidos por el «espíritu combativo» que ha mostrado Filin a pesar del ataque. Pero el director de la compañía estará de baja durante meses, según señalan los médicos. Necesitará ser operado de la vista, además de transplantes de piel y cirugía plástica.
Los investigadores creen que Filin fue víctima de una lucha interna en el Bolshoi. Siguen buscando a la persona que huyó la noche del viernes, así como un motivo concreto. Y no descartan un thriller en el mundo del ballet o un amor rechazado. El bailarín, casado en segundas nupcias y padre de tres hijos, aúna como casi ningún otro artista poder y belleza en una persona.
Ese tipo de crímen en el que el agresor «desfigura» a la víctima habla de amor y pasión como motivo, señala el psicólogo criminalista Mijail Vinogradov en el diario «MK». No obstante, los investigadores no descartan alguna conexión con la mafia de la venta de entradas.
Filin y el director artístico Iksanov habían impuesto no hace mucho trabas a la especulación y la venta en el mercado negro de las entradas. Tras seis años de una renovación total en la que el teatro Bolshoi recuperó en 2011 todo el esplendor de la época de los zares apenas se pueden conseguir entradas en la venta oficial, a pesar de que cuestan varios cientos de dólares.
Desde que llegó a la cumbre en 2011, Filin ha revolucionado el ballet renovando el repertorio, llevando a escena, aparte del legado ruso, muchas clásicos internacionales y piezas modernas, lo que le granjeó el elogio de los expertos. En el mundo del ballet ruso fue como un terremoto que se contratara en el Bolshoi al estadounidense David Hallberg.
Pero Filin e Iksanov se quedaron estupefactos y tuvieron que encajar que por primera vez en la historia del Bolshoi dos superestrellas decidieran dar la espalda a este mítico ballet. Se fueron a San Petersburgo.
En el Bolshoi las bailarinas y las solistas hacen cola para ser primeras figuras del ballet, puesto que tiene una elevada remuneración, además de la admiración de todos los ricos que se pueden permitir un palco. Y en esa guerra por ser la figura destacada del ballet es Filin quien decide, lo que puede herir a otros bailarines, según reconoció la directiva del teatro. El diario «MK» comentaba que el Bolshoi se parece hoy más al alto mando del Ejército que a un templo de musas. Moscú, 20 ene (dpa)

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