21,23,24,26 y 27 de marzo en el Teatre Liceu
La conmovedora y dramática historia de la geisha Cio-Cio-San que culpe a los espectadores.
En los más de 100 años de existencia, Madama Butterfly ha sido una de les óperas más bien acogidas por el público y está considerada la ópera más popular de Puccini. En esta temporada, el Liceu la ha programado en dos períodos (en marzo y en julio de 2013) con un total de 13 funciones con 4 diferentes repartos del más alto nivel.
La puesta en escena es de una gran simplicidad y los grandes intérpretes que intervienen, con el refuerzo del Cor y la Orquestra del Gran Teatre del Liceu, aseguran un gran espectáculo. La gran demanda recibida por parte del público ha hecho que las entradas estén prácticamente agotadas para las representaciones que se hacen en marzo pero el espectáculo se vuelve a programar en julio (días 20,21,23,24,25,26,27 y 29).
Música de Giacomo Puccini (1858-1924)
Ópera en tres actos. Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en la obra teatral homónima de David Belasco.
Coproducción Gran Teatre del Liceu /Royal Opera House Covent Garden (Londres)
ORQUESTRA SIMFÒNICA I COR DEL GRAN TEATRE DEL LICEU
Dirección del Cor José Luis Basso
Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán el 17 de febrero de 1904.
Estrenada en una nueva versión en el Gran Teatro de Brescia el 28 de mayo de 1904.
Estrenada en el Gran Teatre del Liceu el 10 de diciembre de 1909.
La última vez que se representó en el Liceu fue durante la temporada 2005-06.
- Retransmisiones de la ópera en directo:
- Catalunya Música: 21 de marzo de 2013
- Ràdio clásica, de RNE: 27 de marzo de 2013
Madama Butterfly, «tragedia japonesa» en tres actos de Giacomo Puccini, con libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giocosa, nos explica la patética historia de una jovencísima geisha de Nagasaki, Butterfly (Cio-Cio-San), que confía ciegamente en el amor y en el retorno de un cínico oficial de la Marina americana, Pinkerton, que se ha casado con ella según una ley japonesa que le permite el repudio y ha regresado a su país.
Cuando descubre que el hombre a quien ama incondicionalmente vuelve casado con una americana y pide hacerse cargo del hijo que ella ha tenido durante su ausencia, pone fin al sueño occidental que la ha poseído, recupera el mundo japonés que le es propio y se hace el haraquiri.
Puccini, ya famoso y querido por éxitos anteriores como La Bohème o Tosca, había quedado muy impresionado por la obra teatral del mismo título del dramaturgo americano David Belasco que presenció en Londres en 1900. La sentimental historia de la japonesa seducida y abandonada, que finalmente se quita la vida, se adecuaba perfectamente a su extraordinaria capacidad de conmover musicalmente que ya había demostrado en los teatros de ópera de todo el mundo. La ambientación exótica en un Extremo Oriente entonces en plena moda en Europa (Pierre Loti, Sullivan, Mascagni, etc.) también influyó en esta opción. A pesar del prestigio de Puccini y las expectativas creadas, la primera versión, estrenada en el Teatro alla Scala de Milán en 1904 fue un fracaso total. Tres meses después del estreno se representó una nueva versión, más ágil y proporcionada, en Brescia, versión que fue ya recibida con entusiasmo. Sufrió aún varias revisiones del compositor hasta la versión definitiva de 1906. Desde entonces, el éxito no ha cesado, convirtiéndose en una ópera de referencia, que ha emocionado a generaciones y generaciones por todo el mundo.
La acción se sitúa en Nagasaki, en época coetánea a su estreno.


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