Trabajadora incansable, pragmática, creativa y perfeccionista, Nadja Saidakova, primera bailarina del Staatsballett Berlin que dirige Vladimir Malakhov se muestra feliz con su labor en la más importante compañía de danza de Alemania.
En 2009 estrenó con gran éxito su primera gran coreografía: Egopoint, una pieza muy moderna con música tecno que amalgama con gran singularidad elementos de la danza clásica con los del breakdance, streetdance y hip hop.
A partir del próximo 15 de enero emprende una gira de dos semanas por Japón con el Staatsballett que llevará Cinderella, Tschaikowsky y Malakhov and Friends a tres ciudades de ese país. De trato refinado y afable, Saidakova accede a esta entrevista durante dos pausas en medio de sus ensayos diarios para bailar Caravaggio, de Mauro Bigonzetti, inspirada en la historia del genial maestro del barroco, y al margen de una sesión de floor barre en la sala de ensayos de la Staatsoper Unter den Linden.
Nadja Saidakova – Staatsballett Berlin © EnricoNawrath
Juan Carlos Tellechea:
¿Cómo fue tu niñez en tu Izhevsk (Rusia) natal?
Nadja Saidakova:
Allí viví los primeros nueve años de mi vida y después me trasladé a Perm (a unos 600 kilómetros de distancia), para entrar en régimen de internado a la Academia Estatal de Ballet. Cada tanto regresaba a mi ciudad natal. Viajaba regularmente entre ambas ciudades. Ahora cuando echo una mirada retrospectiva hacia aquellos tiempos, evoco lo duros que fueron esos ocho años de formación. Cuando le cuento a mi marido, él siempre me dice: ¿cómo pudiste sobrevivirlos?. Fueron realmente muy duros, pero en aquel entonces no lo percibía así, porque éramos tantos niños, todos estábamos en la misma situación y nuestro gran sueño, la danza, nos mantuvo siempre unidos. Con todas las dificultades cotidianas, era como una necesidad urgente. Mis padres tenían muy poco dinero. Realmente, vengo de una familia de condiciones muy modestas.
Juan Carlos Tellechea:
Pero tus padres, ambos ingenieros, no son músicos…
Nadja Saidakova:
Sí. Aunque mi padre (Pavel), quien hoy está jubilado (se formó en ingeniería, trabajó en una gran planta siderúrgica), es un apasionado de la música. Estudió en una escuela de música, no en un conservatorio, pero desde su niñez hasta su juventud aprendió a tocar el piano (lo hace muy bien) y el acordeón a piano y siempre toca en fiestas familiares, naturalmente temas rusos.
Y desde mi más tierna infancia, mis primeros recuerdos sobre música son de temas conocidos de autores clásicos: Bach, Beethoven, Mozart…Todo lo he recibido de mi padre y su gran amor por la música. Mi hermano menor (Konstantin) –somos sólo dos hermanos– estudió dirección de coros en el conservatorio de Kazan, del lado europeo de los Urales, ahora dirige el coro de una iglesia ortodoxa, y momentáneamente trabaja asimismo en un coro de Samara (a orillas del Volga).
Juan Carlos Tellechea:
¿Y tu hijo?
Nadja Saidakova:
Bogdan (que en ruso significa dado por Dios) tiene 9 años, va a la escuela (internacional aquí en Berlín), habla tres lenguas (inglés, alemán y ruso). En casa habla ruso, su lengua materna, pero también habla muy bien alemán e inglés. Estoy muy contenta, porque puede hablar con fluidez tres idiomas. Con la música…bueno…naturalmente le gusta la música…pero no creo que tenga vocación por ese lado…ya probé a ver si le podría gustar la danza…pero no lo veo…¿quién sabe? vaya uno a saber cuál es su inclinación en la juventud…
Juan Carlos Tellechea:
¿Y además para bailar debería haber comenzado o debería comenzar desde muy temprano…?
Nadja Saidakova:
Sí, debería haber comenzado desde muy niño. Él hace mucho deporte y participa en todas las actividades escolares destinadas a niños de su edad…pero bueno…habrá que ver cuando se despierte su interés durante la juventud…
Juan Carlos Tellechea:
¿Tener un hijo no ha sido un obstáculo para tu carrera?
Nadja Saidakova:
Estoy muy feliz de tener un hijo. ¡Hace tan bien!!!!!!! (se ilumina su rostro). Después del nacimiento y cuando regresé al ballet me sentía muy diferente, física y mentalmente. El físico, de todas maneras, pero también la cabeza funciona de otra forma. Cuando estaba encinta ya había desconectado y pensaba que jamás regresaría a la danza. Es una vida completamente diferente. No me la imaginaba así. Fue una larga pausa por maternidad. Pero cuando volví me decía: es sensacional que pueda estar de nuevo aquí, que pueda disfrutarlo otra vez. Y, por supuesto, disfruto todo más conscientemente. Ya no soy tan joven, las lesiones que sufres ya no se regeneran tan rápidamente. No es que piense que esta puede ser la última vez que bailo. No. Pero sé que este momento de felicidad no se prolongará eternamente y tengo que gozarlo. Por eso disfruto los estrenos de nuevas obras aún más intensamente.
Juan Carlos Tellechea:
¿Y qué recomendarías a las nuevas generaciones de bailarines? Los métodos con los que aprendiste fueron muy duros. ¿Pero, no fueron buenos?
Nadja Saidakova:
Sí, fueron excelentes. Lo digo siempre hoy: la escuela rusa de ballet es realmente muy buena, es muy buena y tiene que seguir así. Pero los bailarines de hoy tienen que ser muy polifacéticos, tienen que ser muy versátiles y no sólo bailar danza clásica. Si bailan «new classic», y eso se nota también, tienen que abrir muy bien los ojos y probar realmente mucho…diferentes estilos, diferentes métodos…ir almacenando todo…y en algún momento utilizarlos…por ejemplo si se prueba el estilo Balanchine…más tarde uno lo integra…no viene automáticamente…pero lo conoce y no le resulta nuevo. Y así pasa con otros estilos…verdaderamente modernos…de improvisación…hay que aprender de todo…. Naturalmente no es necesario tomar parte en todos los cursos habidos y por haber, pero en nuestra profesión hay tantas posibilidades de hacerlo y hay que estar realmente abierto a ello.
Cuando vine a occidente por primera vez, a Alemania, con mi formación clásica…
Nadja Saidakova – Staatsballett Berlin © EnricoNawrath
Juan Carlos Tellechea:
A Düsseldorf primero…tras haber estado en la Compañía de Ballet Clásico de Moscú…
Nadja Saidakova:
Sí, a Düsseldorf, al Ballett der Deutschen Oper am Rhein (en 1991). Cuando ví todo lo que había en el repertorio…para mí era todo nuevo…yo decía para mis adentros: nunca podrás bailar todo esto. Entonces había muchas cosas modernas de Holanda, también de Mats Ek y de William Forsythe. Yo pensaba nunca podré hacer todo esto. Sin embargo, me fascinó. Me decía para mí misma: Dios mío, también se puede bailar así, con formación clásica. Y entonces probé: una, otra, esta, esta otra, quería hacerlo todo muy, pero muy bien. Era un poco ambiciosa, pero valió la pena, valió la pena…y ahora cuando miro hacia atrás me digo: mi Dios qué bueno que lo hayamos tenido en el repertorio y que no lo rechacé. Me ponía detrás para imitar todo. No era que yo hiciera todo inmediatamente sobre el escenario. No. Todavía no era lo suficientemente buena, lo sé. Pero probé. Y entonces me decía: la próxima vez tendrás que ser de alguna manera mejor. Aconsejo siempre a los bailarines que quieran ser buenos a no esconderse, sino a probar, probar todo, probar todo lo que venga…
Juan Carlos Tellechea:
Y esta es la filosofía que sigues…incluso a partir de Egopoint, estrenada mundialmente el 28 de noviembre de 2009 en Berlín, con música tecno del DJ Luke Slater (Luke Slater’s 7th Plain)…
…
Nadja Saidakova:
Sí, continúo con esta filosofía…Egopoint fue para mí un experimento, puramente un experimento…fue para mí algo muy nuevo…y cuando se hace algo nuevo nunca se sabe si funciona o no…sencillamente lo hice. Me causó enorme placer hacerlo junto con los bailarines, ellos colaboraron también. Y realmente, entonces pensé: me da igual, no sé si saldrá bien o no, música tecno con lenguaje clásico, ¿quién lo hizo antes que yo? No lo sabía en absoluto. Quizás hubo alguien que lo hizo antes, pero me dije: tengo que probarlo…
Juan Carlos Tellechea:
Sí, y creo que lo solucionaste muy bien. Tuviste muchas críticas…buenas y no tan buenas…aunque me parece que Egopoint es una pieza innovadora, fresca que muestra un interesante empeño por alcanzar nuevos hallazgos y amalgamas de movimientos…los elementos clásicos unidos con los del streetdance, el breakdance y el hip hop…las luces, el vestuario, la escenografía…
Nadja Saidakova:
Sí, muchas cosas…Efectivamente, procuro encontrar nuevos movimientos…Quizás pueda verse así como tú lo ves, pero en realidad no hubo influjos directos, al menos conscientemente, del streetdance ni del breakdance ni del hip hop…Los impulsos vinieron de la música, del ritmo. Claro, he visto bailar estos estilos. Pero yo no los puedo bailar. Cuando veo a gente que lo hace muy bien, como profesionales, quedo maravillada. En noviembre estuve en Brno, invitada con mi pareja de baile para danzar (en la primera parte) una pieza de Forsythe en el marco de un Tanzbrücke (Puente de la Danza) entre Alemania y la República Checa. En la segunda parte se bailó Petrushka, con música de Stravinski, y me decía: bueno, nada nuevo. Pero la producción era novísima. Los autores habían combinado música de Stravinski con la de streetdance, pop, tecno, con los nuevos influjos de hoy, con muy buen gusto, y la historia adaptada a nuestros días. Petrushka, el protagonista (el muñeco ruso relleno de paja y serrín), podía hacer de todo: actor, bailarín en todos los géneros, breakdance, clásico, pop…Fue muy interesante!!!
Naturalmente la próxima vez –que tendrá que ser, por supuesto, algo totalmente diferente– me tomaré algo más de tiempo para las cuestiones técnicas, para desarrollarlas mejor, para elaborar algunas cosas todavía toscas…y así espero que haya menos puntos para criticar…Hubo mucha gente que criticó mi pieza, pero lo que más me sorprendió en ese festival (Spielzeit’ Europa 2009 de Berlín) fue que la mayoría de la gente escribió más sobre mí…(ríe), frente a nombres como Sasha Waltz o Pina Bausch…¿Pero quién es Saidakova (ríe) con Egopoint, el Staatsballett Berlin y música tecno? Eso fue interesante para mucha gente…escribieron mal o bien, indistintamente, pero despertó interés…y eso es lo que encuentro bien…(ríe)
Soy muy pequeña todavía (como coreógrafa), pero hay que tomarse un cierto tiempo para respirar. Eso de que uno se vea sometido a la fuerte presión de: y qué vendrá después, no es bueno, no es saludable, es destructivo…
Mi forma de coreografiar es la de probar yo misma los movimientos (ríe). Y entonces le digo a los bailarines cómo se hacen. Ensayo 100 veces antes de decírselo. No soy una persona que haga las cosas en un verbo, a toda pastilla, rápidamente, sino que pruebo cada movimiento y además lo ensayo con diferentes bailarines. Entonces observo: ajá…con este funciona bien, pero con este otro no, entonces tengo que cambiar un poco las cosas.
Nadja Saidakova – Staatsballett Berlin © EnricoNawrath
Juan Carlos Tellechea:
¿Algún modelo?
Nadja Saidakova:
Pongamos por caso, Forsythe. Él seguirá siendo para mí un ejemplo. ¿Por qué? Quizás sea sólo mi punto de vista personal, pero él disolvió la compañía que tenía en Francfort –por los motivos que sean y que no se conocen exactamente– fundó otra (en 2005), trabaja en parte en Frankfurt (en el Bockenheimer Depot) y en parte en Hellerau (en las afueras de Dresde). Estuve allí una vez, es una muy pequeña localidad, un suburbio muy pequeño de Dresde. Y con ese gran nombre, da igual donde trabaja, la gente viene, la gente quiere verlo y los estrenos que él hace se realizan una vez al año. Y eso ocurre raras veces entre el público. Pero los espectadores vienen, da igual donde él trabaje, ellos vienen…¿sabes lo que te digo?
Juan Carlos Tellechea:
Es como un profeta, un gurú…
Nadja Saidakova:
¡Sí!!! En el panorama del ballet internacional, la de Forsythe es una pequeña compañía. Pero la gente siempre está atenta a sus temporadas y ve sus programas de ballet. Es decir, espaciados, no sometidos a la presión de tener que hacer estrenos sucesivamente, uno detrás de otro, lo que realmente es demasiado.
Pero figuras como Forsythe que tienen un nombre, un nombre importante en el mundo del ballet –más allá de que sea una cuestión de gusto lo que hace ahora o lo que ha hecho– pese a todo, tiene ese prestigio de que siempre trae algo nuevo, sin que se pierda ni un ápice el interés, sino, por el contrario, despertándolo cada vez más.
Juan Carlos Tellechea:
En el Dance Summit de 2010 en Berlín, has presentado tu técnica de floor barre (los ejercicios básicos que se realizan sobre el suelo con el cuerpo en posición acostada o sentada para flexionar piernas, pies, brazos)…
Nadja Saidakova:
Ohh, este es un gran tema. Y ahora que nos vamos con el Staatsballett de gira por Japón, aprovecho para comentar que una revista de danza de ese país me ha manifestado también su gran interés por este método. Lo practico desde hace más de 15 años. Comencé en Düsseldorf, me trasladé también a París (al Centro de Danza) para continuar estudiándolo. Es óptimo para bailarines que tienen mucha actividad hoy en día. Se trata de 17 ejercicios que se realizan en 45 minutos antes de los entrenamientos y de los ensayos.
Juan Carlos Tellechea:
¿Y es bueno para qué?
Nadja Saidakova:
Este método, de Boris Knjasev (un inmigrante ruso en Estados Unidos, de la antigua ola emigratoria, quien falleció hace un mes y medio allí), es para todo el cuerpo –para bailarines de danza clásica, naturalmente, que es lo que yo hago (de este método hay muchas otras variantes para quienes no bailan danza clásica)– y brinda una óptima preparación para los entrenamientos y ensayos que hacemos. Lleva al cuerpo a un estado apropiado, a un correcto warming up.
Encuentro que este floor barre ayuda a los bailarines a mantener un cuerpo cuidado y sano durante años.
Juan Carlos Tellechea:
Esa es la magia…
Nadja Saidakova:
Esa es la magia de este asunto. Lo continúo desarrollando y transmitiendo a los demás bailarines lo que ya he probado en mi propio cuerpo. Este método ayuda a mantener sano el cuerpo, mantiene elásticos, flexibles los músculos y las articulaciones y ayuda mucho, mucho.
Knjasev fue bailarín de ballet, pero también un gran científico que realizó estudios sobre la danza clásica y desarrolló este método especialmente para bailarines de ballet, por el cual los ejercicios que se hacen diariamente con las barras se pueden hacer también tendidos sobre el suelo.
Hoy en día hay centenares de versiones con múltiples combinaciones y con diversos nombres, todo se ha mezclado mucho, pero me consta que todo viene originalmente de Boris Knjasev. Cuando llegué a Düsseldorf conocí por primera vez este método y una compañera me aconsejó entonces que tomara contacto con una ex bailarina o maestra de ballet (Jacqueline) que lo enseñaba en París. Viajé entonces a la capital francesa, asistí a sus cursos y me enamoré inmediatamente de este sistema que sigo practicando hasta ahora, desde hace más de tres lustros.
Una vez llegada a Berlín seguí ejercitándolo, para mí solamente, desde muy temprano en la mañana, y de vez en cuando mis compañeros me preguntaban qué era lo que hacía y si podían hacerlo junto conmigo. Fue así que primero lo hice informalmente hasta con 20 bailarines, tres o cuatro veces por semana, siempre a las 09:30 horas de la mañana (antes de comenzar los ensayos), y ahora ya lo hago oficialmente. Los bailarines están tan encantados con estos ejercicios que ya no pueden vivir sin ellos (ríe).
Encuentro que es un método, desarrollado especialmente para bailarines de ballet, que mantiene sano nuestro cuerpo durante años y no es necesario acudir a un estudio de fitness, para mejorar el estado físico. No es que te ayude a mantenerte en forma. No, sino que es un sistema que te permite mantener tonificados diversos grupos musculares: los abdominales, los de la pelvis, los de la espalda, los que nos mantienen las piernas flexionadas hacia afuera.
Hace algún tiempo atrás estaba yo obsesionada por este método, quería hacerlo todo muy bien, lo hacía incluso todos los días y a veces hasta dos veces diarias. Es un poco loco, pero lo encontré tan bien, porque no necesitas ir a un estudio de fitness para prepararte nuevamente para una función. Y noto que cuando lo hago regularmente me mantengo en forma, me siento sana, mis músculos no están débiles o sobreexigidos, permanecen en la forma correcta, y así transmito esta experiencia a otros. Los músculos necesitan regenerarse, oxigenarse y recibir minerales para continuar con elasticidad, es importante por eso beber agua y alimentarse sanamente, además de dormir mucho.
Este método es también muy importante para lograr un equilibro perfecto del cuerpo después de una lesión, cuando hay que evitar que los pies o las piernas sean sobreexigidos y al mismo tiempo hay que mantenerse en forma pese a todo. ¡Es ideal!!!
Esto lo hice incluso después del parto y pude reintegrarme rápidamente a los entrenamientos y ensayos.
Juan Carlos Tellechea:
¿Cómo logras esa entrega, ese fervor cuando bailas, practicas además yoga o meditación?
Nadja Saidakova:
(ríe) Es por la alegría de hacer lo que hago. Disfruto especialmente las piezas en las que me gusta la música. Esa es mi mejor inspiración. Yoga, no (ríe)…para yoga no tengo tiempo, a pesar de que es algo muy bueno. Meditar…bueno…yo no puedo quedarme así (abre los brazos, permanece un instante en actitud de contemplación y ríe). Y cuando regreso a mi casa tampoco puedo dedicarme a la meditación (ríe). Apago mi conexión con el ballet y esa es también una forma de relajarme (ríe).
Mis ejercicios de floor barre son mi forma de meditar interiormente. Para mí la clave radica en la respiración, los ejercicios de floor barre y los entrenamientos, los ensayos. Hallo que la respiración es muy importante. Cuando respiro correctamente me siento agradablemente bien con los músculos. Entonces ocurre ese proceso químico por el cual los músculos se oxigenan. Esas respiraciones breves, agitadas y entrecortadas no son buenas. Está bien sentarse y hacer pausas, pero hay que respirar conscientemente de forma muy profunda y exhalar el aire controladamente para sentir rápidamente esa sensación agradable.
Nadja Saidakova – Staatsballett Berlin©EnricoNawrath
© 2005 – 2010 Danza Ballet
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