El polémico y esperado ballet «Nureyev» se estrena finalmente en el Bolshói.
El polémico y esperado ballet «Nureyev», sobre la vida del bailarín Rudolf Nureyev (1938-1993) se estrenó hoy en el teatro Bolshói con un retraso de cinco meses y con su director y escenógrafo, Kiril Serébrennikov, en arresto domiciliario acusado de malversación de fondos públicos.
Inicialmente, el estreno de la obra acerca de uno de los más grandes bailarines clásicos del siglo XX estaba programado para el 11 de julio pasado, pero fue aplazado a última hora por el director el Bolshói, Vladímir Urin, con la explicación de que no estaba a punto para ser presentada al público.
Por primera vez en la historia postsoviética de Rusia, el Bolshói suspendía un espectáculo -en todo el siglo XX solo lo hizo en tres ocasiones-, pero lo más inaudito fue que era la primera vez en sus dos siglos y medio de historia que lo hacía a solo tres días de un estreno. Fuentes citadas por la agencia oficial TASS indicaron en su momento que el aplazamiento fue ordenado en persona por el ministro de Cultura, Vladímir Medinski, quien supuestamente consideró que el espectáculo era una pieza de propaganda de la homosexualidad.
En 2013, Rusia aprobó una ley que prohíbe la «propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores de edad», normativa que según Gobiernos occidentales y grupos de defensa de los derechos humanos alienta los prejuicios contra las minorías sexuales. «Para Rusia es un tema muy doloroso, para los ortodoxos la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, en primer lugar, es un pecado mortal y, en segundo, supone la destrucción paulatina de la humanidad», declaró el cineasta ruso, Nikita Mijalkov.
Según el cineasta, los creadores del espectáculo lo centraron en la homosexualidad de Nureyev, y «hubiera sido de una gran ingenuidad creer que la puesta en escena se enfocaría únicamente en la maestría de genial bailarín».
El director de la cadena de radio Eco de Moscú, Alexéi Vennediktov, escribió en su canal de Telegram que el obispo y vicario del patriarcado de Moscú Tijon pidió cancelar el estreno de «Nureyev».
La Iglesia ortodoxa y el Ministerio de Cultura negaron terminante su implicación en el aplazamiento, que inicialmente preveía que el publico podría ver la obra sólo en mayo de 2018. El director del Bolshói afirmó este viernes que no se han introducido modificaciones en el ballet de Serebrénnikov. «Asistí a los ensayos ayer y anteayer y no vi ningún cambio. Y si los hubiera, estarían consensuados con el coreógrafo y el director, porque están en su derecho. La dirección del teatro no ha interferido», dijo Urin a los periodistas. Al mismo tiempo, adelantó que el espectáculo con toda seguridad dará que hablar.
«Sin duda, habrá polémica. Les gustará a algunos espectadores y en otros provocará rechazo», pronosticó. El director del Bolshói insistió en que una de las funciones del arte es hablar de los asuntos que preocupan a la gente y agregó: «No veo nada malo en eso». En una de las escenas, los intérpretes de Nureyev y su amante -los bailarines Vladisláv Lantrátov (Rusia) y Erik Bruhn (Dinamarca)-, bailan una pieza de danza sensual que representa el momento en que se enamoraron. Lantrátov aseguró a medios rusos en vísperas del estreno que Serébrennikov dirigió los ensayos a distancia y «no abandonó el proceso».
Además señaló que todos los participantes en la obra estaban muy preocupados y soñaban con el estreno de un espectáculo completamente nuevo y «grandioso», que repasa toda la vida del gran bailarín. El gran ausente en el estreno, el director del ballet, que está siendo investigado en un caso de corrupción, ha recibido un amplio apoyo del mundo de la cultura, incluido de figuras vinculadas estrechamente al Kremlin. Considerado uno de los directores de teatro más respetados de Rusia, Serébrennikov fue detenido e interrogado en mayo pasado y tanto su domicilio como su despacho fueron registrados.
Varias personas vinculadas con Séptimo Estudio, compañía creada por Serébrennikov, han sido detenidas por la desaparición de los fondos destinados entre 2011 y 2014 al proyecto «Plataforma» de popularización y desarrollo del arte moderno. El director, que tachó de «tremenda injusticia» las acusaciones, pidió ayuda al público para probar la inocencia de los implicados en el escándalo.
Serébrennikov, de 48 años, ha participado en varias manifestaciones de protesta contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y criticado la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, por ejemplo en su última película, «El estudiante» (2016), que participó en la sección Una cierta mirada de Cannes. Efe Moscú.