Un antes y un después en la historia de la danza: esto es lo que significa Kinkan Shonen, espectáculo creado en 1978 y necesario para entender la evolución de la danza.
SANKAI JUKU – del 27 al 30 de noviembre de 2008 en el Mercat de les Flors.
La compañía Sankai Juku se creó en 1975 bajo la dirección de Ushio Amagatsu. Amagatsu parte del butoh para transcenderlo y establecer las bases de una nueva perspectiva radical de la danza contemporánea japonesa. Antes de fundar su compañía, el coreógrafo trabajó un año con 30 chicos y chicas; al cabo de este año sólo quedaban tres hombres. En 1980, Sankai Juku fue invitada a Europa y desde entonces su proyección internacional es importantísima.
Kinkan Shonen suposo un hito de la danza contemporánea. El coreógrafo y director es el maestro Ushio Amagatsu, que ha transcendido el butoh para darle una nueva perspectiva radical.
La semilla de Kumquat fue estrenada en 1978 en Nihon
Shobo Kankan Hall, Japón, y la recreación en 2005 en el Biwako hall, Siga, Japón
Dirección, coreografía y diseño Ushio AMAGATSU
Música original Yoichiro YOSHIKAWA
Bailarines
SEMIMARU, Sho TAKEUCHI, Akihito
ICHIHARA, Taiyo TOCHIAKI, Shoji MATSUO,
Ichiro HASEGAWA, Dai MATSUOKA
Jefe de escenario Kazuhiko NAKAHARA
Técnicos de iluminación Genta IWAMURA o Yukiko YOSHIMOTO o Satoru SUZUKI
Maquinistas Satoshi ONO o Kiyonaga MATSUSHITA
Técnicos de sonido Akira AIKAWA junto a Junko MIYAZAKI
Con el patrocinio de TOYOTA y Shiseido
del 27 al 30 de noviembre de 2008
Mercat de les Flors – Barcelona

Programa
I Kinkan Shonen: El bullicio de la memoria…hacia el principio
II Yami no Te: A través del microscopio…la solemnidad del ritual
III Pavo real: La vanidad de la naturaleza
IV Higyo: Transmitiendo una leyenda imposible…algún punto
en
el interior de la cuidad
V Mametaro: Una risa chirriante
VI Sholiba II: El lugar de la captura…infinito
VII El pájaro de hierro: La orilla…hacia la eternidad
KINKAN SHONEN – ©Sankai Juku
El horizonte extendiéndose tras los ojos de uno.
Innumerables peces contoneándose debajo,
mirando hacia arriba a la superficie del agua.
Innumerables corazones están latiendo.
Los latidos se superponen a uno, creando enormes ecos y dispersando,
repetidamente.
Entonces un concreto tipo de pez sale a la orilla, empieza a respirar,
adquiere manos y pies, anda y se erige sobre dos piernas.
Posteriores imágenes superpuestas a imágenes posteriores finalmente se unen
detrás.
De la cara a la espalda.
Un desconocido mira fijamente a la espalda de uno oteando el mar.
La espalda del desconocido es también observada por otro…
Es como si uno estuviera de pie en un punto de un enorme círculo.
Quizá si uno de un paso hacia el mar, uno acabaría el círculo.
Sombras están parpadeando en los párpados de uno.
Abriendo los ojos de uno suavemente.
Uno ve el cielo azul extendiéndose a lo ancho tras los ojos de uno.
Uno se había desmayado.
En el extremo del cabo hay un faro, la playa se extiende,
y alli está una alarma de incendio.
Distribuyendo una luz extremadamente fuerte , el sol está brillando.
Una visión en el momento de desvanecimiento.
La oscuridad en un sueño.
Uno siente nauseas.
Piensa sobre ello, empleando una noche cálida y exenta de sueño la noche anterior.
Abriendo los ojos de uno, anchos hacia la oscuridad, uno se siente como si hubiera,
formulado una pregunta terrorífica.
Verano.
Ushio Amagatsu
El coreógrafo japonés Ushio Amagatsu es toda una paradoja viviente. A penas se le evoca, surge su imagen, cristalizada por treinta años de espectáculo. Con la cabeza lisa, el rostro emblanquecido, la silueta flexible enfundada en una túnica larga, se estira entre el éxtasis y el dolor. Esta visión podría fosilizarse en el clixé. Peró nada más lejo de eso! Por más idéntico a él mismo que sea, Ushio Amagatsu, una de las principales figuras del movimiento butoh japonés1, nunca es igual, pura vibración como es del ser en contacto con sus sensaciones más ocultas. La imagen parece fija y, al mismo tiempo, se estremece, se mueve, liberándose de todas las contingencias e inventándose una identidad espectacular fuertemente singular.
Kinkan Shonen, el verdadero punto de partida
El punto de anclage de este periplo artístic que se inspira tanto en la danza como en la poesía y la filosofía se llama Kinkan Shonen (semilla de cumquat). Verdadero punto de partida, este espectáculo concebido en 1978 para cinco intérpretes de la recién creada compañía Sankai Juku («el taller de la montaña y el mar») evoca, según las propias palabras de Ushio Amagatsu, el sueño de un niño sobre los orígenes de la vida y la muerte. Este niño que está de pie cerca del mar, como lo describe el coreógrafo en un poema introductorio2, deja sumerger la mirada por debajo de la superficie del agua y se fusiona con los peces, estadio primitivo de la humanidad. Ushio Amagatsu nació y pasó parte de su infancia cerca del mar. Los peces secos que componen la decoración sirven de refugio vital a los bailarines, todos con la cabeza desnuda y el cuerpo empolvado de blanco, resbalando fuera de su caparazón para mudar de una manera violentamente perturbadora.
Transmisión, desmultiplicación
Veintisiete años después de la creación de esta obra, Ushio Amagatsu ha decidido confiar el su papel a otros intérpretes. Esta transmisión, de una infinita dificultad, ya que el ritual de transición es un pedazo extraído de la propia vida del coreógrafo, se hace a través de tres bailarines. Amagatsu ha otorgado a cada uno de ellos una parte específica, una ramificación de su papel original. Esta desmultiplicación acentúa la fuerta confusión que ofrece la visión de esta tribu de criaturas tan parecidas y tan diferentes al mismo tiempo, casi tan idénticas de espaldas que remiten a esta secuencia del poema: «Delante suyo, detrás suyo. Alguien mira la espalda de quien mira el mar. A la vez, alguien mira la espalda de este alguien…»
Jeanne Liger
1 Teatro de la crueldad, el butoh, corriente coreográfico nascido en la década de 1960 en Japón, fue
liderado por el japonès Tatsumi Hijikata (1928-1986), que se inspiró en sus escritores Yukio Mishima,
Jean Genet, Lautréamont y Sade.
2 A Dialogue avec la gravité, de Ushio Amagatsu (Éd. Actes Sud).
Por Rosita Boisseau – Le Monde Barcelona en Butoh Ushio Amagatsu: la base de mi danza es la universalidad
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