Brujas y monstruos danzan en el carnaval de la Selva Negra y el Rin Superior
Merdingen (Selva Negra) – 27/02/11 – «¡Narrí!!!», vocifera exultante un carnavalero disfrazado de demonio dirigiéndose al público alineado sobre la acera. «¡Narró!!!», contestan alborozados los espectadores al unísono, mientras el frenético ritmo de la disonante música de las bandas de enmascarados («Guggenmusik»), con instrumentos de viento y percusión, invade el aire en la llamada «quinta estación del año».
Más de 2.500 carnavaleros, reunidos en un centenar de cofradías («Narrenzünfte) y 15 carruajes alegóricos de la región desfilaron este domingo 27 de febrero danzando por las estrechas calles de Merdingen, una pequeña localidad vitivinícola de 3.000 habitantes del Rin superior y la alta Selva Negra (en la región de Baden). Los aldeanos mantienen vivas antiquísimas tradiciones de los alamanes (o alemanes), una de las tribus germánicas que poblaban el suroeste de la hoy Alemania, el norte de Suiza, Liechtenstein, Alsacia y el Voralberg austríaco.
La tradición
El «Narrenumzug» (desfile de los locos del carnaval) que junto con la vendimia es uno de los grandes acontecimientos populares por estos lares, rescata parte de los rituales paganos utilizados para ahuyentar a los demonios del invierno y augurar la resurrección de la vida, el arribo de la tibia primavera, con personajes disfrazados de brujas y abominables monstruos con sus rostros cubiertos con máscaras de madera talladas a mano.
Algunos de los nombres de estos grupos: «Wilde Wieber Schöpfheim» («Hembras salvajes del pueblo de Schöpfheim), «Höllewesen Freiburg» («Seres infernales de Friburgo»), «Zunft der Seeräuber Titisee» («Cofradía de los piratas del lago Titisee») o Teufelsknechte Maulburg» («Siervos del diablo de la localidad de Maulburgo») prometen diversión desenfrenada e ingeniosas fantasías y bufonadas carnavalescas.
Familias enteras participan en estos festejos, de una autenticidad apabullante, cuyos orígenes se pierdan en la oscuridad de los tiempos y se entrelazan desde el año 58 antes de Cristo (cuando llegaron las legiones de Julio César a la región) con las tradiciones de las bacanales romanas, herederas directas del culto orgiástico a Dionisio (dios del vino, las uvas, la alegría, la fecundidad y el éxtasis) en la antigua Grecia (Hélade) –con sus desfiles de máscaras y personajes cubiertos con pieles de macho cabrío– que dió origen también a la tragedia griega como género teatral.
Photo Merdinger Fasnetsumzug 2010
Los grupos
Las cofradías de carnavaleros vigilan celosamente que los disfraces, máscaras y formas musicales del «Fasching» o «Fasnet» o «Fasent» (carnaval) se apeguen estrictamente a las tradiciones seculares alemánicas, prohibidas por mucho tiempo en la Edad Media, recuperadas a comienzos del siglo XX e integradas ya a la vida moderna en las regiones de fe católica como preparación para el ayuno eclesiástico de cuaresma.
Típicas de Merdingen son las «Brujas de hollín» («Russhexen»), cuyos rostros son primero embadurnados con grasa de cerdo y luego pintados con polvo de carbón. Las brujas salen a las calles del pueblo y convocan al desfile de carnaval. Lo hacen no sólo con sus escobas voladoras, sino también con sus temidos látigos para espantar a fustazos a los malignos seres que han traído nieve y hielo a la región durante la estación más fría del año.
El vino
El exquisito y ligero vino del Tuniberg, un cerro cuyas laderas cubiertas de vides lindan con las del celebérrimo Kaiserstuhl, corre alegre y generosamente entre las gentes de estas comarcas. Los romanos fueron quienes trajeron y aclimataron las primeras viñas en el valle del Rin, allá por el siglo III de nuestra era, apenas 60 años después de la llegada de Julio César y sus legiones al lugar.
Los pueblos de esta región están acostumbrados asimismo a las singulares delicias culinarias que sin excepción caracterizan su buena mesa. La gastronomía más refinada de toda Alemania es sin ninguna duda la de la Selva Negra y el alto Rin. Aquí la buena cocina es tradicionalmente un arte excelso.
La música
La «Guggenmusik» (también conocida como «Guggemoseg», «Guuggemusig», en Suiza central, o «Chatzemusig») o música de las máscaras de carnaval tiene también su origen en la secular costumbre de ahuyentar a los demonios del invierno soplando cuernos de vaca en los valles de la Selva Negra y del Rin superior.
Este género musical fue mencionado por primera vez como tal en el siglo XVI cuando se organizaban desfiles con matracas, cubos de metal, tambores, cencerros o silbatos para espantar a los espíritus malignos de la estación más fría del año. Esta música –tocada con instrumentos de viento y percusión, muy rítimica y contagiosa– es disonante, potente, desgarradora, pero invita al bailoteo, a retozar en estos «días locos» que esta vez concluyen puntualmente el próximo 9 de marzo, miércoles de cenizas.
Photo Merdinger Fasnetsumzug 2010
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