Con 300 años de antigüedad, el Théâtre Royal de la Monnaie – Koninklijke Muntschouwburg es uno de los «templos» líricos más famosos e importante de Europa.
Se caracteriza por su gran versatilidad, tanto en el repertorio sinfónico como en el operístico, puesto que el Teatro de la Moneda es la Ópera Real de Bélgica.
Su historia en Bruselas se remontan al siglo XVII. El edificio fue construido por el afamado arquitecto belga José Poelaert, en 1855. Su gusto por la grandiosidad se materializó en numerosas edificaciones, tan monumentales como sobrecargadas.
El Théâtre Royal de la Monnaie, testigo vivo del nacimiento de la revolución de 1830, llevó hacia la independencia a Bélgica mientras se representaba en el interior del teatro, la ópera de Auber «La Muda de Portici». El tema abordado en la ópera de Auber, era conflictivo y despertaba mucho interés por estar íntimamente relacionado con la sublevación napolitana ante la ocupación española acaecida a mediados del Siglo 17. La representación de esta ópera desempeñó un papel histórico en la lucha por la independencia de Bélgica, ya que, en el momento del área «Amor sagrado de la patria», la sala integra se levantó y salió a la calle a empujar a los holandeses fuera de la ciudad. Fue tal la exaltación de la audiencia que su ánimo colerizado desencadenó el comienzo de un movimiento popular que llevaría a los belgas a independizarse de Holanda.

Actualmente, la gran sala principal conserva el aspecto creado por Joseph Poelaert. Aunque la cúpula del techo y el fresco que lo decora han sido restaurados, conservan su estilo de base. El telón puede ser levantado de tres modos diferentes: según el sistema griego (verticalmente de abajo hacia arriba), el sistema alemán (en oblicua) y el sistema italiano (en oblicua al bies). Completamente renovada, la sala superior cuenta con una capacidad para 1152 localidades y cinco pisos. Es una de las más bellas y tradicionales de Europa. Desde el comienzo de las representaciones las puertas son cerradas automáticamente, y solo pueden ser abiertas desde el interior, de esta manera, se garantiza un placer musical sin perturbación y ninguna molestia.
El 21 de enero de 1855, la sala y el escenario -alumbrados por lámparas de aceite- fueron presa de las llamas dando paso a un incendio devastador. La reconstrucción fue confiada a nuevamente a Poelaert quien aseguró la creación del interior -en un estilo que yuxtapone elementos neobarrocos y neoclásicos- en rojo y oro. Los colores elegidos por Poelaert permanece vivos hasta el día de hoy.
En 1963, la Moneda pasó a ser la Ópera Nacional. En 1998, bajo la dirección de Bernard Foccroulle, el Théâtre Royal de la Monnaie adquirió dos antiguos edificios cercanos, el Vanderborght y el edificio neoclásico situado en el número 23 de la calle Leopoldo. A las puertas del siglo XXI, la Moneda abrió allí sus nuevos talleres de estudios y celebró su tricentenario con una gran y lujosa exposición titulada «La ópera».
En 1985, el arquitecto Charles Vandenhove permitió modernizar la sala y restituirle sus colores originales. Vandenhove creó un concepto arquitectónico nuevo para la entrada y solicitó a dos artistas americanos una contribución, de esta manera, Sol Lewitt diseñó el piso en forma de abanico en mármol blanco y negro y Sam Francis, pintó un tríptico montado en el techo.
El teatro, completamente renovado, fue inaugurado el 12 de noviembre de 1986 con un función especial que dió luz y brillo a la reconstituida Ópera, en la que triunfó la 9º Sinfonía de Beethoven.

El Théâtre Royal de la Monnaie es una de las casas más grandes de ópera en Europa, sobre todo, desde que Gerardo Mortier mantuvo su dirección en los años 1982 al 1992. Bernard Foccroulle le sucedió durante quince años y desde el 1 de agosto de 2007, el dramaturgo belga Peter de Caluwe es su actual director.
La danza contemporánea y el ballet clásico siempre tuvieron su lugar privilegiado sobre el escenario de la Monnaie. Durante una etapa importante de su historia, el teatro contó con su propio cuerpo de ballet clásico. Varios miembros de la familia del legendario coreógrafo Petipa dejaron su legado en Bruselas, principalmente durante el siglo 19, pero el entusiasmo del público hacia el ballet clásico disminuyó.
En 1959, el director Maurice Huisman emprendió una cooperación con un joven coreógrafo de vanguardia, Maurice Béjart. Esto, causó la creación del «Ballet du XXième Siècle» convirtiéndose en la compañía de danza mas importante de Bruselas, hasta 1987, cuando Béjart y su troupe, dejaron el teatro por un conflicto con Gérard Mortier.
En 1988, Mortier contrató al famoso coreógrafo de Nueva York, Mark Morris. Morris, dirigió varias producciones en Bruselas hasta el 91. Bajo la dirección de Bernardo Foccroulle, Ana Teresa de Keersmaeker y su compañía «Rosas» forman la compañía de danza en residencia.
Como ejemplo excepcional de la arquitectura teatral, el Théâtre Royal de la Monnaie, constituye un rico legado cultural, tanto histórico, como contemporáneo. La Monnaie, es una de las grandes casas de ópera de Europa y existe desde hace trescientos años. Se ha caracterizado, sobre todo, por presentar numerosas obras de vanguardia. Las creaciones culturales en Bruselas se diversifican y los artistas desempeña un papel destacado en el país. Algunas formas de arte barren las existentes y conflictivas barreras lingüísticas, y es, paradogicamente desde las diferencias, donde se transforma el país en un centro rico, que contiene una programación cultural alta y variada durante todo el año.
El ballet y la ópera estuvieron durante varios años relacionadas. En los años 60 el «Ballet van Vlaanderen» cobró independencia bajo la dirección de Jeanne Brabants. Otro tanto ocurrió con el «Ballet de Wallonie» bajo la dirección de Hanna Vooss. La danza en Bélgica comenzó a adquirir fama internacional con la presencia de Maurice Béjart y el nacimiento de Ballet del Siglo XX (1960), la escuela Mudra en los 70, aportó otro tanto.
Bejart, se desempeño como maître de ballet del Théâtre Royal de la Monnaie entre los años 1959 y 1981.
La danza contemporánea tuvo su momento de gloria en la década de los 80, gracias a coreógrafos emergentes y vanguardistas como Anne Teresa De Keersmaeker (compañía de danza Rosas creada en 1983) y Wim Vandekeybus con su compañía Última Vez.
De Keersmaeker, estudió en su infancia ballet clásico en la Escuela Lillian Lambert, mas tarde ingresó en la prestigiosa escuela Mudra de Béjart y, en 1981 en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York. Desde 1992, Rosas es la compañía residente del Théâtre Royal de la Monnaie. En 1995, la coreógrafa fundó la academia de danza P.A.R.T.S. (Performing Arts Research and Training Studios) que hoy en día es uno de los centros de danza contemporánea más importantes de Europa donde se imparte un programa de cuatro años de estudio y acoge a estudiantes talentosos de todas partes del mundo.
De Keersmaeker fijó dos objetivos para su trabajo: intensificar la relación entre la danza y la música y construir un gran repertorio dedicado a la danza contemporánea. Las producciones de Rosas han viajado por los teatros, festivales y escenarios más prestigiosos del mundo obteniendo un gran y reconocido éxito.

Wim Vandekeybus, director, coreógrafo, actor y fotógrafo, nació en Herenthout (Bélgica-1963). Comenzó a estudiar psicología, y tras participar en un curso de teatro, con el director y escritor Paul Peyskens, abandonó la carrera para dedicarse a la danza.
En 1985, entró a formar parte de la Compañía de Jan Fabre, y dos años más tarde, en Madrid, forma su propio grupo llamado Última vez -estrenando el espectáculo What the body does not remember- galardonado en Nueva York con el Bessie Award por ‘una brutal confrontación entre danza y música’, según la crítica especializada.
Desde entonces ha creado más de 20 espectáculos por todo el mundo, con elencos diferentes, en los que siempre han intervenido españoles como Charo Calvo, Iñaki Azpillaga o Eduardo Torroja. También, ha participado en varias películas y cortometrajes, y ha colaborado con figuras de la música como David Byrne o el guitarrista Marc Ribo, auténtico icono de la escena neoyorquina.
La principal sala intercultural es el Palais des Beaux Arts que alberga exposiciones de arte temporales, danza clásica y contemporánea, música clásica y las rondas finales del conocido concurso musical Reina Isabel. El teatro y la danza contemporánea flamenca se representan en el Koninklijke Vlaamse Schouwberg o Teatro Real Flamenco.
A pesar del gran interés que despierta y tiene actualmente la danza contemporánea en Bruselas, no existe ningún teatro o lugar consagrado en exclusiva a este arte. La ciudad de Amberes es un lugar ideal para disfrutar del ballet clásico con su brillante Ballet Real de Flandes.
El Ballet Real de Flandes – The Koninklijk Ballet van Vlaanderen -es la única compañía de ballet clásico en Bélgica -fundada en Amberes en 1969 por Jeanne Brabants. El ballet se llamó a sí mismo ‘Real Ballet de Flandes» desde 1976. La compañia realiza giras internacionales y su labor consiste, principalmente, en la creación de un nuevo repertorio de producciones creado para unir nuevos puentes que acercan la tradición y la experimentación.
Rápidamente, gracias a sus magnificos bailarines dotados de una elevada técnica y un amplio repertorio, logró el reconocimiento internacional como un grupo de ballet independiente. Desde el 2005, un equipo de dos personas trabajan al frente de la compañía, la australiana Kathryn Bennetts -que asumió el cargo de directora artística- y el belga Dirck Carron – que se convirtió en su manager general-. Bennetts, posee una rica y variada carrera internacional en el mundo la danza. Después de un período inicial con el Ballet de Australia, se incorporó a la Ballett Stuttgart, donde durante nueve años, tuvo un gran éxito como bailarina y se elevó a la categoría de solista. Desde entonces, se ha destacado como una prominente maestra de danza y se ha convertido, nada mas y nada menos, en la mano derecha de William Forsythe en el Ballett Frankfurt.
El Ballet cuenta hoy día, con el lujo de tener una base permanente en el moderno Teatro ‘t Eilandje en Amberes, que alberga los estudios y salas de ensayo. © 2007 Danza Ballet®