Five Brahms Waltzes in the Manner of Isadora Duncan, Frederick Ashton. Ashton celebrates a great pioneer of modern dance in five atmospheric vignettes set to Brahms’s piano waltzes. There are currently no scheduled performances of Five Brahms Waltzes in the Manner of Isadora Duncan.
Isadora Duncan (1877–1927) is an iconic figure in dance, renowned for her impassioned movements and her musicality. In reference to Duncan’s own Brahms Waltzes, Frederick Ashton sets five waltzes from Brahms’s op.39.
Frederick Ashton saw Isadora Duncan dance in London in 1921. It was to be one of the most enduring influences on his life. Duncan’s freedom of movement, the driven intensity of her dancing and the way in which she seemed to fuse music and dance, were all profound influences on Ashton’s own choreographic style. Almost fifty years after seeing her perform, Ashton recalled, ‘She had the most extraordinary quality of repose. She would stand for what seemed quite a long time doing nothing, and then make a very small gesture that seemed full of meaning’.
Ashton originally choreographed a single waltz for Lynn Seymour, which had its premiere at a Hamburg gala on 22 June 1975 in memory of Vaslav Nijinsky (another choreographer strongly influenced by Duncan). The following year he expanded the piece to create a suite for Seymour, for a gala celebrating the 50th anniversary of Ballet Rambert – Marie Rambert, another admirer of Duncan, reputedly burst into tears on seeing Seymour so strongly embody one of her idols. Seymour never saw Duncan dance but was guided by the compendium of photos and line drawings that Ashton had collected. She later said of Duncan, ‘She was a pioneer – she had a huge, strong self-belief. You don’t see a lot of that today’. Fuente www.roh.org.uk.
El tributo de 1976 de Frederick Ashton crea a la bailarina vestida lujosamente en el suelo, vestida con una túnica de color coral dibujando, con los dedos de la mano, ondas en el suelo. La creación de Ashton se destila en cinco valses de piano de Brahms, refractados a través de una lente clásica que combina deslizamientos de ballet con inflexiones de la marca Duncan: puños cerrados, piernas arqueadas, posturas recogidas y brazos abiertos. Es una oda a la artista en su forma más lírica. Poeticismo, resplandeciente mientras Isadora agita un dosel y esparce pétalos por el escenario.
Así comienza Five Brahms Waltzes in the Manner of Isadora Duncan, del coreógrafo británico Frederick Ashton, quien vio bailar a Isadora y quedó profundamente afectado e inspirado por su concepto radical de movimiento.
Cuando Frederick Ashton vio a Duncan en 1921, él todavía era un adolescente y la ya legendaria bailarina tenía 44 años demasiado maduros. Su dieta preferida de Pommery 1911 había comenzado a pasar factura: «¿Cómo se puede bailar con limonada?». Su vestuario estaba viejo, y con roturas. Sin embargo, Ashton quedó cautivado. Con su memoria privilegiada para el movimiento, pudo crear un solo de Duncan para Lynn Seymour más de 50 años después. Cinco valses de Brahms a la manera de Isadora Duncan fue bailado el martes por la exdirectora del English National Ballet Begoña Cao y presentado por Camille Andriot (ella misma entrenada por Seymour).
El principal recuerdo de Ashton fue la «enorme gracia y el enorme poder» de Duncan y una carrera en la que «se dejó atrás». Cao da la nota correcta de alegre abandono con un circuito extático del escenario, tres metros de gasa ondeando a su paso. El breve trabajo de Ashton forma la pieza central, y en gran medida lo más destacado, de Isadora Now, el homenaje de Viviana Durante Company al pionero estadounidense de la danza moderna.
Isadora Duncan (1877-1927) fue un verdadero espíritu libre. Inspirada por los ideales de la antigua Grecia, cambió los corsés y las restricciones del ballet clásico por túnicas griegas fluidas y sandalias ligeras o pies descalzos. Desarrolló un nuevo estilo de movimiento que reflejaba los impulsos de la naturaleza, como el mar y el viento.
Como dijo Duncan: “La bailarina no bailará en forma de ninfa, ni hada, ni coqueta. . . ella bailará la libertad de la mujer».
Isadora Duncan Legacy www.instagram.com/isadoraduncanlegacy

Sir Frederick Ashton
Bailarín y coreógrafo británico, que condujo al Royal Ballet hasta su apreciada reputación internacional. Nacido en Guayaquil, Ecuador, vio actuar a la bailarina rusa Anna Pavlova (1881-1931) cuando era niño, y como resultado viajó a principios de 1920 a Londres, donde estudió con el coreógrafo de origen ruso Leonid Massine y con la bailarina británica Marie Rambert. Las primeras coreografías de Ashton estuvieron estimuladas e influidas por Rambert y la coreógrafa rusa Bronislava Nijinska, hermana del gran bailarín Vaslav Nijinski. Entre sus primeros trabajos coreográficos figuran The Tragedy of Fashion (La tragedia de la moda, 1926), y Capriol Suite (1930). En 1935, cuando llegó a ser miembro permanente del Vic-Wells Ballet (más tarde Sadler’s Wells Ballet, y luego Royal Ballet), no sólo se erigió en eminente coreógrafo y bailarín sino que además comenzó una larga asociación con la bailarina británica Margot Fonteyn, quien realizó auténticas creaciones para los personajes de muchos de sus ballets.
Fue director del Royal Ballet desde 1963 a 1970, en estos años algunas de sus más importantes creaciones fueron Margarita y Armando (1963), escrita para Fonteyn y para el bailarín soviético Rudolf Nureyev: Monotones (1965) y Enigma Variations (1968). Entre sus últimos trabajos se señalan el solo para la bailarina británica Lynn Seymour, Cinco valses de Brahms a la manera de Isadora Duncan (1975-1976) y Un mes en el campo (1976).


