«La Bayadera» es una de las obras más importantes y sobresalientes de ballet clásico que forma parte obligada del gran repertorio universal de las grandes compañías de ballet del mundo.
Inspirada en Sakuntala, obra maestra del siglo V, fue creada por el escritor y dramaturgo Sergei Kuschelok y el corógrafo Marius Petipa, artífice de las más perdurables y ricas coreografías creadas exclusivamente para las obras maestras del ballet.
Por Carolina de Pedro Pascual para el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
León Minkus, principal colaborador de Petipa, fue quien compuso su partitura musical. Aunque no exenta de conflictos sobre sus orígenes dudosos en relación a la verdadera autoria de su creación siempre se atribuyo la misma a Kuschelok y Petipa .
Su estreno se produzco por el Ballet Imperial en el Bolshoi Kamenny Theatre de San Petersburgo el 4 de febrero de 1877 y su argumento constituye una hermosa historia de amor y justicia donde los sentimientos elevados gozan de una ética prodigiosa y elevada.
Petipa construyó el ballet sobre una fuerte base romántica, genero altamente conocido por él, el cual desarrolló sosteniblemente a lo largo de su obra brindándole su propia e innata estética basada principalmente en una estricta y distinguida técnica clásica.
Siempre consideró que la coreografía debía tener prioridad absoluta sobre todos los demás elementos que forman una obra, y en el caso de La Bayadera ésta fue expuesta hasta su máximo exponente ya que se distingue por su exclusiva y notable escena del segundo acto titulada «El Reino de las sombras» donde desde una notable y magnífica creación coreográfica decisiva para la calidad artística del ballet creada en un principio según la idea original de Petipa para el lucimiento de 32 bailarinas -y así lo continuo Yuri Grigorovich con la reposición que realizó para el Teatro Bolshoi de Moscú en 1991 – se entremezclan la fantasía con la realidad y ambas inundan la escena transformándola en un ambiente fantástico lleno de luz y ensoñación.
Con una sencilla y repetitiva coreografía, y completamente carente de cualquier acción dramática, la entrada de las sombras (las bayaderas del templo transformadas en espíritus) se convirtió en una de sus composiciones más célebres y sublimes.

«El Reino de las sombras» amplió y dotó al ballet en una creación exclusiva y magnífica, proporcionando con este cuadro una oportunidad de lucimiento único para las bailarinas que lo interpretan. Descendiendo una en una de una rampa a modo de conexión entre un estado espiritual y lo terrenal, y vestidas con tutus blancos con velos sobre sus brazos que al estirarlos logran un efecto volátil, las bailarinas demuestran en este acto la impoluta técnica que portan sobre sus zapatillas de puntas ante un publico que se deleita viendo desplegarse ante sus ojos un cuadro lleno de goce y acreditado clasicismo técnico.
Escenas espectaculares como la destrucción del templo del ultimo acto, hacen que La Bayadera sea una de las más importantes obras del repertorio clásico que destaca no solo por ser una superproducción sino, y esto es lo mas trascendente, porque proporciona un lenguaje coreográfico diferente compuesto por componentes artísticos y exóticos no vistos hasta el momento que no obedecen a esquemas tradicionales de coreografía y puesta en escena conocidos dentro del ballet clásico.
La Bayadère esta considerada como uno gran reto para toda agrupación artística de ballet tanto para sus principales bailarines como también para el cuerpo de baile en calidad de demostrar no solo la técnica sino también las habilidades dramáticas.
El argumento de ‘La Bayadera’ cuenta la historia de amor entre la bayadera Nikiya y el guerrero y príncipe Solor y las circunstancias y acontecimientos a los que se ven sometidos para impedir su unión.
El Corella Ballet es una agrupación única en su género siendo actualmente la única compañía de danza clásica que existe en el país.
El pasado septiembre de 2008 presentó en estreno absoluto en España la versión completa de «La Bayadere», con coreografía de Natalia Makarova, basada en la obra original de Marius Petipa. Con un tremendo éxito tanto de críticas como de público era la primera vez que en el escenario del Teatro Real de Madrid la música de Minkus sonaba triunfal en su versión completa.
Debuta por la puerta grande al presentar los días 9,10 y 11 de julio sobre el escenario del Gran Teatre del Liceu una producción tan única como exclusiva. Material elaborado por el Gran Teatre del Liceu.

