Priyadarsini Govind: Solo de bharatanatyam

 

Priyadarsini Govind posiblemente sea el mejor exponente del bharatanatyam que hay actualmente en la India. Y es verdaderamente maravillosa. Educada como solista desde la niñez por grandes maestros, Shrimati Kalanidhi Narayanan y Shri Swamimalai K. Rajaratnam, Govind ha llegado a dominar la interpretación de la danza.

Solo de bharatanatyam.

Dotada de la flexibilidad corporal de Sylvie Guillem, la eleganteestrella del ballet francés, la nritta (danza técnica pura) de Govind es perfecta. Es capaz de realizar múltiples giros a máxima velocidad, donde otros apenas harían uno solo; vuela a través del escenario pero no con saltos de bailarina; se sostiene y parte desde un perfecto y profundo araimandi plie con un sentido impecable del tala y con un juego de pies maravillosamente definido. Mantiene unas formas claras y elegantes a pesar de su velocidad vertiginosa. Sus miembros desplegados, largos y delgados, exploran la geometría de la forma y la arquitectura del espacio, infundiendo de nueva vida a cada adavu, como si nadie lo hubiera bailado nunca. Su energía contagia al público electrizando a todos los presentes con la asombrosa belleza de sus movimientos y de su control.

La abhinaya de Govind no es menos fascinante que su nritta. Sus cualidades interpretativas no se echan a perder por las sonrisas vacías y la irritante coquetería que con tanta frecuencia pasan por expresión en esta forma de representación. Su profundidad emocional es conmovedora, su inteligencia patente y su sentido del humor, que proyecta en sus caracterizaciones, muy comedido.

Govind, además, se hace acompañar por músicos de gran talento de gira con ella.

Una artista como Priyadarsini Govind debería darse a conocer mucho más para contrarrestar la idea, tan generalizada como desacertada, de que el bharatanatyam clásico es algo ya pasado y completamente predecible. Viéndola bailar, uno se da cuenta de lo errada que es esa idea. Además, con ella, toda esa cuestión sobre la ‘innovación’ en la técnica bharatanatyam queda ya algo obsoleta y sin sentido: se atreve a adaptar la forma a sus asombrosas cualidades para el baile, aportándole el sello de su personalidad, como ha sido siempre en los mejores exponentes, y como siempre será; por lo tanto, innova. Habiendo descubierto la flexibilidad de los límites del clasicismo en el bharatanatyam, ella simplemente los amplía, un poco más cada vez en una dirección diferente, delicadamente, sin jactancia y, en lógica consecuencia, creando nuevo espacio dentro de la forma para su propio florecimiento como artista. Y así amplía el alcance de la forma para que otros la imiten.

Verla es un autentico placer.