El Ballet del Teatro Nacional de Praga presentó ‘El Cascanueces, un cuento de Navidad’ en el Teatre Liceu.
Estrenada en Bonn (Alemania, 1988), ‘El Cascanueces, un cuento de Navidad’ del Ballet Nacional de Praga con coreografía del húngaro Youri Vámos, deleitó al publico del Liceu recreando un ambiente navideño idóneo para la fecha.
A partir de la fusión de dos de los cuentos mas representativos de las navidades europeas ‘El Cascanueces’ de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann -célebre gracias a la música de Piotr Ilich Tchaikovsky- y ‘Cuento de Navidad’ (“A Christmas Carol”) de Charles Dickens, Vámos crea con libreto propio “El Cascanueces, un cuento de Navidad’.
Bajo la dirección artística de Petr Zusca, el ballet de Praga compone una historia con una narración impecable donde no se escapa detalle alguno. Ambos cuentos forman un bello ballet que reluce tanto por lo teatral (la escenografía y vestuario encantadores de Michael Scott) como por la excelente calidad de sus integrantes, donde no destacan figuras particulares, sino un conjunto de jóvenes bailarines de impecable técnica y correcta sincronización.
El Ballet del Teatro Nacional de Praga nacido en 1883, conserva una tradición de peso, pero se encuentra en constante desarrollo. Durante su historia fueron varias las personalidades al frente de la Cía; donde a través de los años se llegó a formar un repertorio compuesto de grandes clásicos y, una vez cambiado el sistema político, de obras contemporáneas. Kylián, van Manen, Cranko y Tetley no tardaron en entrar en el repertorio.
Augustin Berger (1861 – 1945), bailarín, coreógrafo y reputado maestro de ballet de varios teatros europeos y americanos (Dresde; Varsovia y Opera Metropolitana de Nueva York) fue el responsable de crear los cimientos necesarios para que el teatro contara con una agrupación de bailarines y una escuela de ballet. Su trabajo influyó en toda una generación de jóvenes alumnos y bailarines “creando escuela”.


Fue además de un verdadero maestro, un adelantado para su época, y es necesario señalar que posee una tremenda influencia en la danza y el teatro nacional checo. Había sido nombrado como solista en el Teatro Nacional de Praga en 1883, y trabajó en él hasta el 1923.
Berger creía y enseñaba conceptos e ideas bajo un sentimiento integrador de real importancia hacia el ballet. Se animaba a destacar, por ejemplo, un concepto que hoy puede resultar básico pero no lo era para su época y varias veces fue criticado por ese motivo. Nos referimos a que “el trabajo del coreógrafo era tan importante como la del compositor”. Personalmente siempre pensé de la misma forma.
Como coreógrafo fue el responsable de la primer producción no rusa del segundo acto del Lago de los Cisnes en el año 1888, un evento al que asistió el mismo Tchaikovsky.
Actualmente la escuela del Ballet Nacional de Praga es ejemplar gracias a la tradición checa y a la influencia de maestros rusos. De ella han salido figuras destacadas como Jiří y Otto Bubeníček, actuales bailarines del Hamburg Ballet, y la extraordinaria bailarina Daria Klimentová por nombrar solo algunos.
Durante la representación del sábado 24 por la tarde el bailarín Tomáš Kopecký como Mr. Scrooge fue el dueño absoluto del desarrollo de los dos actos en donde demostró una maestría teatral y escénica excelente y con soltura envidiable. La transformación de su personaje -de viejo miserable y malo a abuelo encantador- lo resolvió a lo largo del ballet de una manera tan natural que al finalizar, ya nada queda del viejo al que nadie quería y todos rechazaban por avaro.
Gran parte de la responsabilidad de su cambio es por el encuentro con un demonio sensual y divertido, Alexandre Katsapov. Excelente!
El grand pas de deux del segundo acto fue ejecutado brillantemente por la bailarina principal Nikola Márová dueña de una musicalidad y una gracia etérea, pero también de una técnica impecable. Sus piernas y sus pies dibujaban bellas lineas ejecutando développés y hermosos arabesques; pero sobre todo me atrajeron sus suaves giros, limpios y perfectos. Tan centrada y colocada en su eje, que era realmente asombroso.
Su partenaire Michael Štípa, siempre elegante y ágil, realizó un excelente trabajo. Atento en todo momento a que Márová se luciera durante el adagio principal. Sus grands portés se apreciaban ágiles y livianos, lo que hizo que recibieran en momentos claves, merecidas y emocionantes ovaciones.
Un punto aparte merece la actuación de los niños de la escuela Oriol Martorell, de Barcelona.
El baile que realizan casi al terminar la obra junto a un bondadoso y encantador Mr. Scrooge se llevo todos los aplausos que cabían en la sala y fue un precioso momento lleno de magia y encanto.
Radiante la ejecución de la Orquesta del Teatre del Liceu, bajo la dirección musical de Sergej Poluektov. El publico reconoció su labor y fue largamente aplaudida.
Siempre atentos a “actualizar” las obras maestras pero conservando la versión clásica y original, la versión actual de Youri Vámos no decepciona en ningún momento: la mayor parte de la historia de El Cascanueces coincide con su versión original solo que entrelazada a otra historia.
Mr. Scrooge y Herr Drosselmeier se juntan en el escenario y el resultado es un gran ballet brillante de espíritu familiar y copos de nieve.
Un regalo magnífico!


©2012 Danza Ballet