Para profesores de educación física, entrenadores y maestros de danza.
Los trastornos alimentarios, que constituyen un grave problema de salud entre los atletas, pueden iniciarse como hábitos de comida desordenada, a edades muy tempranas.
Los profesores de educación física, los entrenadores y los instructores de danza están en una posición excepcional para reforzar la autoestima de sus alumnos, aumentar su actividad física y contribuir a crear un ambiente que actúe en contra de las comidas desordenadas y favorezca la detección precoz de trastornos alimentarios.
La Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA) ha identificado los trastornos alimentarios como problemas graves de salud. Aunque todos los estudiantes son vulnerables, los más expuestos a desarrollar hábitos de comida desordenada y trastornos alimentarios son los que participan en actividades como las siguientes:
- Aquéllas en las que las calificaciones y las competiciones formales premian la delgadez, como la gimnasia, el patinaje artístico, la danza y también las animadoras.
- Aquéllas en las que se estima que el poco peso favorece el rendimiento, como el senderismo y la natación.
- Aquéllas en las que existen clasificaciones en función del peso. Los estudiantes pueden tratar de «ganar peso» en deportes tales como la lucha libre y el rugby.
No es sano, ni física ni psicológicamente, que los estudiantes de secundaria intenten conseguir o mantener un peso anormalmente bajo. La adolescencia es una época de cambio y desarrollo rápidos. Restringir las calorías durante esa época puede dar lugar a problemas físicos y emocionales, tales como:
- Crecimiento encanijado, pérdida de masa ósea y deficiencias nutricionales.
- Bajo rendimiento en el deporte o la danza.
- Irritabilidad, mal humor y falta de concentración.
- Sensación de no ser «bastante bueno».
Además, no hay pruebas que apoyen la creencia de que un peso corporal bajo mejore el rendimiento en los estudiantes de secundaria (1).
«Soñaba con ser animadora. Cuando se anunciaron pruebas en séptimo curso, las firmé inmediatamente y practicaba de día y de noche. Después de las pruebas, sabía que mi actuación había sido impecable. Sin embargo, la profesora de educación física que juzgaba las pruebas me llamó aparte y me dijo amablemente que, aunque era una de las mejores candidatas, sencillamente no me podía seleccionar. ¿La razón? Me dijo que era demasiado regordeta…» (2). Terapeuta, Wisconsin.
Los trastornos alimentarios constituyen un problema de salud mental, tanto como física
La anorexia, la bulimia y el síndrome de comida compulsiva se asocian a problemas emocionales y a conductas de alimentación inadecuadas, en una cultura que concede gran importancia a la delgadez y a la apariencia. Los estudiantes susceptibles de desarrollar un trastorno alimentario pueden tener una historia de baja autoestima, dificultad para manejar las tensiones y/o actitud perfeccionista.
Los estudiantes vulnerables son extremadamente sensibles a los comentarios de personas que son importantes para ellos. Una observación fortuita, que se refiera a un estudiante o atleta como «regordete» o que «tiene las piernas como columnas» puede quedar profundamente grabada en la mente de una persona propensa a un trastorno alimentario, que ansía con todas sus fuerzas complacer al entrenador.
Usted puede ser el primero en advertir que un estudiante está desarrollando un trastorno alimentario.
En la escuela secundaria, es improbable que se den casos «plenamente desarrollados» en los estudiantes; más bien es posible advertir algunos de los siguientes síntomas precoces:
- Comentarios repetidos de que se encuentran gordos o insatisfacción con sus cuerpos.
- Pérdida o falta de ganancia de peso al crecer.
- Exceso de ejercicio, o hacer ejercicio aun estando lesionado.
- Pretender comer o no comer en reuniones sociales, como excursiones, comidas o celebraciones antes y después de los partidos, banquetes, etc.
- Visitas frecuentes al cuarto de baño.
La detección precoz de un trastorno alimentario es importante para aumentar la probabilidad de éxito en el tratamiento y recuperación. Los trastornos alimentarios se dan en todos los grupos socioeconómicos y culturales, así como en los chicos. Para más información, véanse otras hojas informativas del paquete.
Un estudiante puede hablarle de un amigo antes de que usted advierta cualquier síntoma.
- Pida a los estudiantes que le cuenten lo que han visto u oído en su amigo.
- Dígales que usted se encargará de ello y hablará con el amigo.
- Pregúnteles si quieren que esa conversación sea confidencial o si puede utilizar sus nombres al hablar con el amigo.
- Asegúreles que hablar con usted ha sido lo correcto. Déles a leer la hoja informativa «Cómo ayudar a un amigo».
- Pregunte a los estudiantes si ellos también están preocupados por padecer un trastorno alimentario.
- Considere si deben hablar con un consejero, sobre su preocupación por el amigo.
Reconozca que no tiene los conocimientos necesarios para tratar las tormentas emocionales que suelen acompañar a los problemas de alimentación o ejercicio.
- Comparta información con los especialistas en trastornos alimentarios de su escuela, con los cuidadores escolares y con otros profesores o miembros del personal que conozcan al estudiante. Averigüe si han advertido síntomas similares y si están preocupados.
- Decidan juntos el mejor modo de actuar y quién debe hablar con el alumno y su familia. Para más información sobre cómo hablar con los estudiantes y sus familias, véase la hoja informativa «Cómo ayudar a un estudiante».
- Su objetivo será convencer al estudiante de que se preocupa de él y animarlo a que acuda a un especialista con experiencia en trastornos alimentarios.
En la Escuela Nacional de Ballet de Toronto muestra cómo la intervención precoz, la formación en nutrición y el asesoramiento pueden reducir en gran medida la probabilidad de que las bailarinas desarrollen trastornos alimentarios (3). En reuniones de grupos pequeños, que se celebran varias veces al año, se anima a los estudiantes a que discutan sus experiencias respecto a demandas poco realistas sobre su conducta y apariencia, así como sus sentimientos de impotencia, vergüenza y miedo. A los estudiantes que se muestran preocupados por su silueta, peso o alimentación, se les anima a buscar ayuda rápìdamente.
Antes de que se iniciase el programa, la incidencia de nuevos casos de anorexia o bulimia era de 1,6 al año, entre 100 chicas de 12 a 18 años. En los últimos 8 años, sólo ha habido un caso de anorexia y otro de bulimia (4).
Cómo se construye la autoestima y una imagen positiva del cuerpo.
Recuerde a sus alumnos que la forma y el tamaño del cuerpo o la habilidad física no determinan su valía o identidad. Céntrese en áreas sobre las que ellos tengan más control, como la fuerza, la condición física y los componentes mentales y emocionales del rendimiento.
Otras sugerencias
- No exija comprobaciones de peso y medidas, ni discuta sobre el peso cuando esté evaluando la habilidad o el rendimiento de un estudiante.
- Anime a los alumnos a expresar sus preocupaciones, si se sienten hostigados por su apariencia.
- Muestre vídeos de danzas por coreógrafos de éxito que incorporen a su expresión artística una diversidad de edades, tamaños, razas y pesos (p.ej. Bill T. Jones, Mark Morris y African Bush Women).
- Felicite a los estudiantes por temas no relacionados con su apariencia física, como tener ideas creativas, comportarse amablemente o participar en actividades de servicio a la comunidad.
Eduque a sus alumnos
- Emprenda discusiones frecuentes y abiertas sobre una imagen del cuerpo positiva y sobre cómo una buena nutrición mejora el rendimiento. Explique que ciertas conductas de control del peso, como el ayuno, la restricción acentuada de ciertos alimentos, los vómitos autoprovocados y el uso de laxantes, diuréticos o píldoras dietéticas, son peligrosas y pueden perjudicar el rendimiento.
- Insista en que los estudiantes atletas corren el peligro de desnutrición y deshidratación, que da lugar a pérdida de fuerza muscular y resistencia, disminución de la velocidad, pérdida de coordinación y calificaciones bajas. Si la mala nutrición y la deshidratación son continuadas pueden ocasionar disfunción cerebral, irritabilidad e incapacidad para concentrarse, depresión y retraimiento social.
Otras sugerencias
- Eduque a los atletas e intérpretes más destacados sobre cómo formarse con seguridad durante sus años de formación.
- Explique la «tríada de la mujer atleta» (comida desordenada, ausencia de menstruación y pérdida de masa ósea) que puede comenzar en los años de la escuela secundaria.
- Anime a los estudiantes a que hablen con usted o con otros adultos, si creen que ellos o alguno de sus amigos pueden padecer un trastorno alimentario.
Fomente el amor por el deporte y la danza.
El tamaño y la forma corporal de algunos estudiantes puede no encajar en el ideal de un deporte o tipo de danza determinados. Si es así, hábleles de otras formas de actuación en el deporte o la danza, como por ejemplo:
- Coreografía, vestuario o escenografía.
- Actuar como entrenadores o formadores de atletas.
- Actuar como árbitros o jueces.
- Investigación o gestión sobre el deporte y la danza.
Reoriente su atención sin mencionar la forma y el tamaño del cuerpo, ni el peso.
Definiciones:
- Anorexia nerviosa. Equivale a morir de hambre. Quienes la padecen comen muy poco, aun cuando estén delgados. Presentan un miedo intenso e insuperable frente a la grasa corporal y a la ganancia de peso.
- Bulimia nerviosa. Se caracteriza por ciclos de atracones y purgas, bien mediante vómitos o ingiriendo laxantes o diuréticos. Quienes padecen bulimia temen a la grasa corporal aun cuando su volumen y su peso sean normales.
- Exceso de ejercicio. Consiste en hacer ejercicio compulsivamente durante largo tiempo, como medio para quemar las calorías de los alimentos que se acaban de ingerir. Se presenta a menudo en pacientes de anorexia o bulimia.
- Síndrome de comida compulsiva. Consiste en ingerir grandes cantidades de alimento en poco tiempo, generalmente en soledad, sin ser capaz de detenerse cuando se está lleno. Los atracones suelen ir acompañados de sensación de falta de control, y seguidos de sentimientos de depresión, culpabilidad o disgusto.
- Comida desordenada. Hace referencia a comportamientos alimentarios anormales, como las dietas restrictivas, los atracones o las purgas, que ocurren con menos frecuencia o son menos graves de lo necesario para cumplir plenamente los criterios de diagnóstico de un trastorno alimentario.
Bibliografía:
1. U.S. Olympic Committee Sports Medicine Council. Eating Disorders. International Center for Sports Nutrition and the University of Nebraska Medical Center Eating Disorders Program, 1993.
2. Berg, Frances M. Afraid to Eat: Children and Teens in Weight Crisis. Hettinger, ND: Healthy Weight Publishing Network, 1997, pág. 91.
3. Piran, N. et al. (eds.) Preventing Eating Disorders: A Handbook of Interventions and Special Challenges. Philadelphia: Brunner/Mazel, 1999.
4. Piran, N. On Prevention and Transformation. Toronto Department of Applied Psychology, Ontario Institute for Studies on Education.
Fuente es.salut.conecta.it © 2007 Danza Ballet®
