Maya Plisetskaya a los tres años ya asombraba con improvisaciones de ballet.
«Hay un momento en que uno comprende que pertenece al Arte y, una vez iniciado ese camino, ya no puede desviarse». Son sus palabras recuperadas del programa-homenaje que organizó Ricardo Cue en 1995 en el Teatro Romea, y que no fue sino un signo más de la estrecha vinculación que Maya Plisetskaya ha tenido con Murcia.
Por Margarita Muñoz Zielinski
La famosa Muerte del Cisne, que Fokine ideó para Ana Pavlova, ha sido una de las pequeñas grandes coreografías más bailadas por Maya. Ni ella misma podría contar la veces que la ha interpretado, pero en Murcia, en aquella inolvidable función del 95 con Arantxa Arguellles, Ángel Corella, Lorena Feijoo, Elena Filipeva, Martin James, o Jose Triguero, fueron más trés, o cuatro… fue la locura.
Maya bailando su Cisne, bajo un atronador aplauso que confundía la música de Saint- Saens, y ella, mito viviente de la danza, emocionaba al publico, que chillaba y lloraba viendo la ondulación de sus brazos y su agonía.
Plisetskaya con su danza ha hecho, todavía, vitorear al publico con una edad en la que se supone que las estrellas de la danza deben estar lejos de los escenarios, y ella atractiva y única unos años después, de nuevo Murcia, en el Auditorio, se nos pasea vestida de Armani para despedirse del escenario, que no de la danza. Canto de Cisne, entre ovaciones de un publico que la adora, algunos muy jóvenes que incluso no la han visto nunca bailar.
Cuando en 1988 se reinauguró el Teatro Romea, fue la danza clásica y Maya con el Ballet Lírico Nacional quien subió el telón. Y para ello contó con un grupo de niñas, seleccionadas y entrenadas en unos días por Azari Plisetski, para una irrepetible Isadora, coreografía en la que el chal de aquella otra divina de la danza envolvía mortalmente su destino rodeada de diez pequeñas bailarinas, cuyas túnicas se trajeron de Moscú para la ocasión: bailar ante Doña Sofía.
La propia Reina quiso recompensar el esfuerzo de estas pequeñas reclamando su presencia con aquel famoso impecable saludo en el Salón de los Espejos. En esa misma etapa, la Asociación Amigos de la Danza de Murcia nombró Socia de Honor a Maya Plisetskaya y el Conservatorio Profesional de Danza tiene un Aula con su nombre. Su figura estará siempre muy unida a Murcia. Artículo publicado en La Verdad de Murcia.
